Saber cómo respirar cuando corremos, es fundamental, ya que de lo contrario, podemos experimentar fatiga tanto crónica como pulmonar.
Cada persona tiene un ciclo de respiración diferente que se basa en la genética y en la condición que tengamos, pero para modificarlo en nuestro beneficio, sólo se requieren algunos pasos como son los siguientes:
1. Determina tu ritmo: cuando corras, analiza cuántos pasos tardas en inhalar y exhalar cuando vas a un paso cómodo. Puede ser por ejemplo de 2-2, es decir aspiras en 2 y exhalas en dos.
2. Consume menos oxígeno: utilízalo más en sesiones de intensidad baja o moderada. Acorta la inhalación y alarga la exhalación.
3. Incrementa tu velocidad: cuando corras más raído, aumenta la inhalación y acorta la exhalación.
Algunos ejercicios que te ayudarán a lograr estos pasos son los siguientes:
1. Masajes de diafragma: pon tus dedos en el arco costal, inhala y al exhalar introduce las yemas de por dentro del arco, de modo como si agarraras tus costillas por debajo y masajea.
2. Liberación de la musculatura cérvico-costal: antes de comenzar a correr, colona una mano entre el esternón y la nunca. Cuando exhales, empuja el esternón y estira la columna cervical en dirección opuesta.
3. Apertura de la musculatura del hombro y del diafragma: colócate boca arriba con los brazos sobre tu cabeza y has inhalaciones profundas para que lleves el aire hacia al abdomen mientras estiras los brazos. Luego inhala abriendo las costillas y exhala manteniendo el estiramiento.
(Con información de Women´s Health)