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Artrosis de rodilla: causas, síntomas y tratamiento

Su tratamiento radica en reside en el uso de fisioterapia, medicamentos y cirugía.

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La artrosis de rodilla es uno de los padecimientos reumáticos más frecuentes en las personas mayores, sobre todo en las mujeres, pero también puede afectar a personas con antecedentes de lesión de rodilla, sobrepeso, con sobrecarga de trabajo o antecedentes familiares.

Este es el caso de Diego Armando Maradona, quien presenta dos de los síntomas de artrosis de rodilla más característicos: dolor en las rodillas por la edad, sobrepeso y anteriores lesiones, así como la imposibilidad de estar mucho tiempo de pie.



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Artrosis de rodilla: tipos, causas y síntomas


La artrosis es una patología reumática que afecta al cartílago de las articulaciones. Se produce cuando se desgasta o desaparece el cartílago de las extremidades, que son el revestimiento entre los huesos.

Los tipos más frecuentes de artrosis, por su localización, son el lumbar, cervical, de rodilla, de cadera y de mano.

La causa de esta patología puede ser en parte genética, sin embargo, sus factores de riesgo son lo que al final detonan el padecimiento, tales como sobrepeso y obesidad, mala postura, sedentarismo, sobreesfuerzo en las articulaciones por actividad física, movimientos no naturales y lesiones o fracturas localizadas.

Entre los síntomas característicos de la artrosis se encuentran: rigidez o inmovilidad, inflamación, dolor localizado o mecánico, que con el reposo o tratamiento mejora, y en algunos casos incluso la pérdida del funcionamiento.

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Diagnóstico y tratamiento


La prueba más común para diagnosticar la artrosis de rodilla y confirmar el daño en las articulaciones es a través de una radiografía.

Además, puede extraerse líquido articular de la rodilla para analizarlo y confirmar que las características son las típicas de la artrosis.

En cuanto a su tratamiento, cuyo  objetivo es mejorar el dolor y mejorar la calidad de vida, reside en terapia física o fisioterapia, uso de medicamentos y en cirugía. En ocasiones suelen combinarse estos métodos para mejores resultados.

Respecto al tipo de medicamentos que se emplean para su tratamiento, la Fundación Española de Reumatología distingue: analgésicos, antiinflamatorios y corticoides, así como medicamentos de acción lenta (SYSADOA por sus siglas en inglés), algunos de los cuales se infiltran directamente en la articulación.

 

Con información de Inforeuma, La Nación e Infosalus