A nivel mundial, México está entre los países con mayor número de personas que padecen diabetes, la cual también afecta a niños y adolescentes. Se estima que más de medio millón de niñas y niños la tienen, y su origen obedece a diversos factores, así como su clasificación, por lo que conocer esta enfermedad es clave para un correcto manejo y prevención.
Se trata de un mal crónico en el que se elevan las concentraciones de lipasa en sangre, lo que deriva en diversas afectaciones a la salud, y su origen es multifactorial, ya que influyen tanto aspectos genéticos como ambientales. Existen en general dos tipos:
La Tipo 1 (antes conocida como diabetes juvenil) es la más común en jóvenes que viven con diabetes, y se debe a la destrucción de la células beta del páncreas, que son las encargadas de liberar insulina. Esta hormona, producida por el cuerpo, se encarga de mantener la glucosa en la sangre en un nivel normal y favorecer el crecimiento y desarrollo de los niños y adolescentes.
La Tipo 2 afecta a alrededor del 10 por ciento de los jóvenes con diabetes y su principal factor desencadenante es la obesidad; la adiposidad que se presenta por exceso de grasa provoca la inflamación en todos los órganos, lo que deteriora el funcionamiento de las células beta, y también se presenta resistencia y deficiencia en la producción de insulina.
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Sin embargo, una de las principales dificultades es que la mayoría de las ocasiones, los niños y jóvenes con este padecimiento no presentan síntomas, lo que retrasa su diagnóstico y atención temprana. De aquí la importancia de que madres y padres, y también los menores, conozcan esta enfermedad.
Por eso, hoy estaremos respondiendo las preguntas más comunes que pueden surgir respecto a este padecimiento, que en general afecta a alrededor de 8.7 millones de mexicanos, aunque hay un buen número de no diagnosticados.
¿Cómo se identifica esta enfermedad en jóvenes?
La diabetes en niños y adolescentes, al igual que en adultos, se debe sospechar si manifiestan pérdida de peso, mucha hambre, cansancio, sed, si orinan muchas veces y más aún si en el transcurso de la noche se levantan a orinar o en niños pequeños cuando se orinan en la cama mientras duermen.
Si un joven presenta algunos de estos datos le se debe medir la glucosa (azúcar) en la sangre y si es mayor o igual a 126 mg/dL, se recomienda que acuda en compañía de su tutor con el médico pediatra para determinar si el niño o adolescente tiene diabetes.
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¿Quiénes son propensos a adquirirla?
La diabetes tipo 1 puede ocurrir con mayor frecuencia en niños y adolescentes con antecedentes familiares (hermano, tío, padre, etc.) con diabetes tipo 1, con hipotiroidismo primario adquirido, con vitíligo (manchas blancas en la piel) y artritis reumatoide, entre otras; sin embargo, menos del 10 por ciento de estos niños tiene este antecedente, ya que más del 90 por ciento de las personas que viven con este tipo de diabetes no tienen ningún antecedente que los predisponga a desarrollar esta enfermedad.
En el caso de la diabetes tipo 2 los niños y adolescentes que tienen el antecedente de un familiar de primer grado con esta enfermedad o la presencia de otras enfermedades como la presión arterial alta, obesidad o sobrepeso, alteración de las grasas en la sangre tiene más riesgo de adquirirla; más aún si el adolescente tuvo un peso al nacimiento mayor a 4 kg y actualmente tiene obesidad, sobrepeso, coloración obscura en cuello, axilas o región entre los muslos.
¿Cómo se previene?
La diabetes tipo 1 es una enfermedad que no se puede prevenir, ya que nuestro cuerpo tiene genes que nos predisponen a desarrollarla y en algún momento de la vida se dispara la destrucción de las células del páncreas.
La diabetes tipo 2 se puede prevenir con una alimentación sana que incluya verduras, carne, huevo, quesos desgrasados, leche o yogurt, etc. En el caso del consumo de fruta se recomienda seleccionar las que contengan menos azúcar; por ejemplo, elegir una manzana verde, en lugar de amarilla y ésta en lugar de roja -entre más amarilla y roja este la fruta más azúcar contiene-. Evitar consumir refrescos, jugos, miel, mermelada, cajeta, chocolate, pan dulce, pasteles, entre otros.
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¿La diabetes es hereditaria?
La diabetes tipo 1 tiene un componente hereditario, el riesgo va del 3 al 10 por ciento si el padre es el afectado y en el caso de la mamá es menor.
En diabetes tipo 2 la herencia varía desde un 33 por ciento si un padre está afectado hasta 100 por ciento si ambos padres la presentan, pero el desarrollo de esta enfermedad depende en gran medida del estilo de vida.
¿Cuáles son los cuidados si se padece?
Realizar ejercicio, desde juego al aire libre hasta practicar deportes en equipo. Cumplir el plan de alimentación, lo que implica medir las raciones que se consumen al día y evitar alimentos o bebidas ricas en azúcares simples.
En diabetes tipo 1 aplicar insulina, de acuerdo a la recomendación de su médico y checar glucosa en forma ideal antes y 2 horas después de los alimentos.