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Niños y obesidad: problema de salud de este siglo

Indudablemente muchos problemas nos dejó la pandemia, una de ellas es que se disparó el aumento de peso en las personas, eso incluye a los niños

Escrito en OPINIÓN el

Indudablemente muchos problemas nos dejó la pandemia, una de ellas es que se disparó el aumento de peso en las personas, eso incluye a los niños. Desde 1975 en el mundo empezó aumentar el peso de la población, que coincide con la mayor participación de la mujer en el campo laboral, y la industrialización de los alimentos (comida procesada).

Ya hay mucha investigación de cómo el azúcar, la sal y la grasa combinada produce adicción que es la base de la comida industrializada, y además lleva como consecuencia el aumento de peso.

México es actualmente, detrás de Estados Unidos, el segundo país del mundo con mayor índice de personas obesas, y es el primer país del mundo con niños que padecen sobrepeso.

Las enfermedades crónicas que se pueden desarrollar por el sobrepeso son:

  • enfermedades del corazón (infarto al miocardio)
  • diabetes (ceguera, insuficiencia renal, accidentes cardiovasculares, amputación de piernas)
  • cáncer

Otro de los problemas ha sido que nos hemos vuelto más sedentarios, y con la pandemia vino la prohibición de que los niños salieran. Así que la combinación de comida industrializada más la falta de ejercicio hizo que la obesidad se potenciara.

Niños y obesidad: problema de salud de este siglo

Sin embargo, tenemos que preguntarnos por qué hay personas que ganan más peso que otras, y para ello hay que comprender la biología de la obesidad.  El origen es el medio ambiente, circunstancias familiares y predisposición genética.

Comprender la biología de la obesidad es algo complicado y hay que entender que no todo es auto control.

En la obesidad en general (adultos, jóvenes y niños), se ha encontrado factores que se caracterizan por pobreza, racismo y familias disfuncionales, que son propensas a la violencia. Es importante detectar estos factores para poder dirigir a las familias atención psicológica.

(Foto: Pexels)

Cuales son las soluciones a este gravísimo problema de salud.

1.- Qué pueden hacer las escuelas: 

Las escuelas pueden incluir en sus currícula cursos de nutrición, en los que se hable de la importancia de comer saludablemente y qué significa eso. Es increíble que las personas no tengan conocimiento de lo que es comer sano.

Las escuelas deben enfatizar la importancia de ingerir agua natural por lo que debe haber accesibilidad para consumir agua natural. Las cafeterías deberán ofrecer alimentos sanos como primera opción. 

Y así como hay enfermería, psicología, habría que abrir la posibilidad de un centro de nutrición. Es importante involucrar a los padres en los cursos de nutrición y ofrecerles el servicio del centro de nutrición.

(Foto: Pexels)

2.-Qué pueden hacer las familias:

Tomar cursos y asesorías de nutrición para que aprendan la importancia de QUÉ se come, CUÁNDO se come y CÓMO se sirve. Aprender dinámicas familiares para enseñar a sus hijos que significa una comida saludable, y que ellos (los hijos) decidan qué comen y cuánto se come, no obligarlos a terminarse el plato. 

Entre todos elijan una verdura que todos deben probar, un bocado una vez a la semana, puede ser algo nuevo también. 

Es importante leer las etiquetas de los alimentos que vamos a comprar, para saber qué es lo que contienen y poder decidir si eso es lo que queremos consumir, si eso tan atractivo a los ojos es saludable, hacerlo con nuestros hijos.

Lo mejor es consumir frutas y verduras naturales, más de dos litros de agua natural al día y evitar lo más posible la comida procesada.

(Foto: Pexels)

Procurar hacer ejercicio al aire libre, realizar paseos a los parques, elegir entretenimientos que impliquen moverse físicamente. 

Cambiar nuestros hábitos alimenticios no es tarea fácil, y más cuando hay premura para preparar la comida. Por ello es importante que toda la familia participe. El que las personas quieran dejar un producto que ya les ocasionó adicción necesita de mucho trabajo personal (psicoterapia y/o grupos de apoyo).

Tampoco es fácil comenzar a moverse, pero es importante cambiar nuestros hábitos sedentarios y procurar en familia tener actividades físicas por lo menos 20 minutos diarios. 

No sobreestimen el trabajo que necesitamos hacer, la salud de nuestros hijos y nietos está en juego.