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OPINIÓN

¿Cómo se diagnostica el TDAH?

Llegar a un diagnóstico del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad no es fácil, ya que no existen pruebas que ayuden a hacerlo

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Generalmente los padres de familia que tienen la sospecha de que su hijo o hija puedan tener trastorno por déficit de atención e hiperactividad, se hacen la pregunta de cómo se diagnostica cuando ya pasaron por varios momentos muy difíciles.

En algunos casos cuando el niño ya los puso al borde de la desesperación, sobre todo porque la mala conducta y el bajo desempeño del niño, así como las constantes advertencias y señalamientos de los maestros en la escuela y otras personas cercanas de que algo anda mal, parecen no estar fundamentadas en algo concreto y específico que ayude a ver el problema, lo que genera impotencia y mayor confusión.

Es importante señalar que ante la duda se recomienda realizar el diagnóstico lo más pronto posible, ya que de esto dependerá disminuir los impactos negativos que enfrentará la persona que lo padece, sobretodo en los aspectos académico, social y emocional, los cuales se agudizan por las experiencias de fracaso y rechazo que se van acumulando a través de los años. 

(Foto: Especial)

Llegar al diagnóstico no es fácil

Para un diagnóstico correcto es importante saber que existen otros padecimientos que pueden presentar síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad, que son los más conocidos y característicos del TDAH, pero que no por estar presentes estos síntomas se deben al TDAH. 

Debido a que no se tienen marcadores biológicos para evidenciar la presencia del TDAH, es conveniente señalar que no hay pruebas de laboratorio, baterías neuropsicológicas, estudios de electroencefalograma, análisis de sangre o neuroimágenes (IRM, PET), que sirvan para confirmar la presencia del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

En caso de usarse alguna de estas pruebas, debe de ser para descartar otros padecimientos y bajo la responsabilidad del médico, puesto que el diagnóstico del TDAH es clínico, esto significa que se hace a partir del análisis de la información recabada entre las personas cercanas al niño y su observación y no por lo que alguna de las pruebas anteriormente mencionadas arroje.

(Foto: Especial)

Para llegar al diagnóstico por lo tanto se debe:

  • Elaborar la historia clínica detallada.
  • Realizar entrevistas a los padres, maestros y cuidadores del niño.
  • Aplicar cuestionarios sobre la presencia e intensidad de los síntomas.
  • Descartar otros padecimientos médicos.
  • Realizar una valoración psicológica.

Toda la información obtenida en las entrevistas, los cuestionarios, los exámenes físicos, la evaluación psicológica, se complementa con los resultados de los cuestionarios específicos para el TDAH, con lo que se establece un perfil sobre los síntomas predominantes y su relación con la presencia de los síntomas que responden a otros problemas.

El manual estadístico de padecimientos mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-5) establece estos criterios adicionales que se deben de cumplir para el diagnóstico:

  1. Los niveles de inatención, hiperactividad e impulsividad son inadecuados para la edad del niño (intensidad adaptativa incoherente)
  2. Seis o más síntomas de los enumerados en el formato de evaluación del DSM 5 para los síntomas deberán de estar presentes durante seis meses o más de manera continua
  3. Algunos síntomas se evidencian antes de los 12 años (para la detección de adultos)
  4. Los síntomas se presentan en más de un ambiente (casa, escuela, trabajo, etc.)
  5. Hay pruebas claras de deterioro del funcionamiento académico, social y/o familiar
  6. Los síntomas no se explican mejor por la presencia de otro problema de salud mental o física

A partir del diagnóstico preciso que describa claramente el estado del niño en todos sus aspectos (médico, emocional, social, conductual, aprendizaje, desempeño escolar y procesos cognoscitivos), se podrá determinar el tipo de tratamiento que se debe instrumentar y marcar una línea base para medir los avances u obstáculos que se vayan presentando a lo largo del tratamiento.

No hay que perder de vista que el TDAH no se diagnostica en una sola consulta, ni con base en unas cuantas preguntas sobre si el niño es inquieto o no. La tabla siguiente ayuda para saber con quién acudir.