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Prioritario detectar la hepatitis para evitar consecuencias graves

La hepatitis es una enfermedad con diversas variantes y orígenes que produce inflamación del hígado

Escrito en OPINIÓN el

La hepatitis es una enfermedad con diversas variantes y orígenes que produce inflamación del hígado, por lo que es relevante detectarla de manera oportuna a fin de recibir el tratamiento adecuado y evitar consecuencias graves que pueden ocasionar la muerte, cirrosis hepática o cáncer de hígado.

¿Cómo se transmiten?

La hepatitis A es más común en niños y se transmite por ingerir agua o alimentos contaminados por heces de una persona que tenga la infección.

Las variantes B y C de esta enfermedad se transmiten por varias circunstancias, entre ellas, compartir agujas o material infectado para inyectarse o inhalar drogas, reutilización de material no esterilizado en tratamientos dentales o realización de tatuajes, pigmentación, perforaciones y colocación de piercings, además de transmisión perinatal.

La transmisión sexual es frecuente en la hepatitis B y, posible pero no común en el caso de la hepatitis C

(Foto: Pixabay)

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas de la hepatitis A por lo general son de corta duración, moderados y rara vez graves; incluyen:

  • náuseas
  • diarrea
  • fiebre
  • coloración oscura de la orina
  • pigmentación amarilla de piel y ojos

Los pacientes con la enfermedad tipo B o C presentan síntomas únicamente en las etapas iniciales, entre ellas:

  • fatiga
  • falta de apetito
  • náuseas y vómito
  • orina oscura
  • heces pálidas
  • piel amarilla

Diagnóstico

Para diagnosticar este padecimiento y sus variantes, existen pruebas de laboratorio en sangre que indican inflamación del hígado y disminución del flujo de la bilis, que se pueden elevar con cualquiera de los virus de los tipos A, B o C.

Para confirmar los diagnósticos se requiere la determinación de anticuerpos hepatitis A para este virus, carga viral o anticuerpos para la variante C, y determinación de carga viral para el virus, antígeno de superficie y otras pruebas confirmatorias para hepatitis B. 

(Foto: Unsplash)

Tratamiento y progresión de la enfermedad

Para la variante A no existe tratamiento específico, se prescriben medidas generales como hidratación; es importante evitar medicamentos innecesarios que puedan inflamar más el hígado. Los síntomas por lo general duran pocas semanas y desaparecen espontáneamente. 

En casos de la variante B existe una remisión de la enfermedad espontáneamente hasta en un 90 por ciento de los casos y el 10 por ciento restante requiere tomar tratamiento generalmente de por vida. 

Los pacientes que se infectan con el virus de la hepatitis C desarrollan enfermedad crónica entre un 55 y 85 por ciento de los casos y es cuando se indica el tratamiento antiviral. Se utilizan combinaciones de medicamentos con antivirales de acción directa. La curación con estos fármacos es de aproximadamente 98 por ciento y están disponibles en México. 

Complicaciones

Una de las complicaciones más temida de hepatitis A es la hepatitis fulminante, que es una inflamación grave del hígado que puede llevar a la muerte, aunque solo ocurre en el 0.5% de los casos.

Con respecto a los tipos B y C crónicas la complicación más común es la cirrosis hepática y puede ocurrir de 20 a 30 años después de la infección. En pacientes que desarrollan cirrosis debido a hepatitis B o C, existe otro riesgo aún mayor: el cáncer de hígado, que se presenta entre el 1 y 6% de los casos con cada año que pase.

Existen otros tipos de hepatitis y estos que menciono son los más comunes entre los virales.