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Rutinas de cuidado de salud mental

La salud mental reside en un órgano base y que este es nuestro cerebro; mantener un buen estado del residente de nuestro cráneo es el mínimo básico para cumplir con estos cuidados

Escrito en OPINIÓN el

Como buenos seres humanos enterados de las noticias de la fuente de salud en la interfase del siglo XX al XXI, conocemos de primera mano y con muy buenos refuerzos sobre las rutinas y buenos hábitos que tenemos que realizar de forma cotidiana para poder conservar una buena salud metabólica, cardiovascular, y en general una buena salud física en toda la extensión de la palabra. 

Pero, ¿pasa lo mismo en cuanto a la salud mental?

Un primer paso limitante en la resolución de esta pregunta es el entender que la salud mental reside en un órgano base y que este es nuestro cerebro; mantener un buen estado del residente de nuestro cráneo es el mínimo básico para cumplir con estos cuidados. 

Por lo tanto, no es muy difícil entender que sostener un correcto aporte de sangre, de nutrientes y de oxígeno es súper relevante para poder mantener al cerebro en buena forma. 

Rutinas de cuidado de salud mental

Esto se logra estando al pendiente de que el intercambio respiratorio sea muy eficiente, que la bomba cardíaca funcione de forma rítmica y adecuadamente.

(Foto: Unsplash)

Que los vasos sanguíneos sean carreteras suficientes para permitir que la sangre fluya diligentemente, con un buen control de la viscosidad y del número de elementos perfecto para que no se atore el paso en los vasos más pequeños del organismo, mismos que se encuentran en los puntos más finos del encéfalo.

El control correcto de la glucosa, del colesterol, de los triglicéridos y de las plaquetas es elemental para estas funciones.

De aquí se deriva la importancia de contar con una alimentación muy balanceada; nos han escuchado comentar de la dieta mediterránea, en porciones pequeñas distribuidas durante todo el día, bien equilibradas, para que lleguen a su punto en la forma idónea.

 Hay que recordar también que los vasos sanguíneos tienen una capa intermedia de musculatura que puede y debe de ser ejercitada de forma regular.

El realizar esfuerzos de tipo aeróbico, combinados con días de trabajo de resistencia muscular, permiten tener en condiciones óptimas a esta capa y que pueda responder de buena forma cuando se requiera un cambio en el diámetro de estos canales para poder hacer un intercambio de nutrientes como debe de ser. 

(Foto: Pexels)

Manejar el sueño y el estrés

Se nos olvidaba hablar de un elemento central: el sueño reparador. Nos equivocamos si pensamos que esta fase que ocupa alrededor de la mitad de tiempo de mi vida solo sirve para reposar. 

El sueño tiene una función fundamental de equilibrio. Regula la temperatura corporal, modula el intercambio eléctrico entre la corteza cerebral. Permite recuperar las correctas funciones de cada zona del encéfalo. Nivela las cantidades de neurotransmisores cerebrales y es básico en la consolidación de la información en los diferentes de tipos de memoria. 

No nos debemos de fijar en un número exacto de horas para dormir, lo relevante se constituye en lograr que el sueño adquiera características reparadoras.

Que despierte yo a gusto, con una sensación de querer comenzar con energía el día, así como no estar con la constante necesidad de ir a descansar por períodos durante las horas de luz solar. Sí logramos esto, podemos sentirnos satisfechos.

Finalmente, y probablemente lo más difícil de conseguir, es adiestrarnos en técnicas para poder regular y controlar nuestra exposición al estrés. 

(Foto: Unsplash)

Paso uno, el estrés es inevitable en nuestras vidas, las cosas malas suceden, es irreal pensar en no tener que enfrentar dificultades o en controlar todo nuestro entorno.

Al contrario, tenemos que estar preparados, casi casi entrenados para poder dar nuestra mejor batalla a través de nuestros mecanismos de defensa contra las agresiones del medio ambiente y lograr no solamente adaptarnos, sino obtener ventajas y crecimiento de cada momento difícil que nos toque enfrentar. A esto le llamamos resiliencia.

Debemos de recordar estos elementos del gimnasio cerebral de la salud mental.