Durante el embarazo, las células del bebé migran a la circulación sanguínea de la madre y luego regresan al bebé, este fenómeno se conoce como “microquimerismo fetal-materno”.
Durante 40 semanas, las células circulan y se fusionan y después del nacimiento del bebé, muchas de estas células permanecen en el cuerpo de la madre, dejando una huella permanente en los tejidos, huesos, cerebro y piel de la madre, y así continúan sucesivamente durante décadas.
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Cada bebé dejará una huella similar
Diversos estudios han mostrado células del feto en el cerebro de la madre 18 años después de dar a luz. La investigación ha demostrado que si el corazón de una madre está herido, las células fetales migran al lugar de la lesión y se convierten en diferentes tipos de células especializadas en la reparación del corazón.
El bebé por lo tanto ayuda a “arreglar” a la madre, mientras que la madre construye al bebé. Esta situación a menudo contribuye a que algunas enfermedades en la madre desaparecen durante el embarazo. Es increíble cómo el cuerpo de la madre protege al bebé a toda costa, y el bebé protege y reconstruye a su madre para que pueda desarrollarse y sobrevivir.
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Esta es la razón por la cual si tú eres madre puedes sentir intuitivamente a tu hijo incluso cuando él no esté cerca…
Bueno, ahora hay pruebas científicas de que las mamás llevamos a nuestros hijos durante años y años incluso después de haberlos dado a luz.
Las madres llevamos 9 meses a nuestros hijos en el vientre y toda la vida en el corazón
Dra. María del Carmen Gorbea Robles
Para aprender más de...7 datos sobre el cerebro del bebé que quizá no conocías
El cerebro de un bebé: Después del primer año de vida, el cerebro de un bebé ha duplicado su tamaño y para los cinco años, tendrá el 90% del volumen de un cerebro adulto pues los cerebros de los niños se desarrollan más rápido a esa edad que en cualquier otro momento de la vida. Además, pueden crear hasta un millón de conexiones neuronales por segundo. ▲
Los primeros 2 años: Para el correcto desarrollo de sus cerebros, es vital la conexión y el apego entre los padres e hijos. Si ésta es suficientemente buena, a los dos años el bebé habrá aprendido a formar relaciones de calidad; tener empatía y comprensión; saber divertirse y sentirse bien consigo mismo y tolerar límites, lo que significa que ya se le puede enseñar y educar.
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Crea un impacto positivo en tu bebé: La fundación Minderoo es una organización filantrópica que propone una iniciativa de cinco pasos para una infancia próspera. Plantean que para un desarrollo saludable se necesitan cinco cosas principales: conectar, hablar, jugar, un hogar saludable y una comunidad.
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El desarrollo de tu bebé: Para potenciar su desarrollo se proponen dos técnicas principales: La primera se llama “servir y devolver”: conecta, habla y juega con tus hijos. La segunda, “temprano y con frecuencia”: la cantidad de veces que debes hacer la primera técnica. Los primeros cinco años de vida del bebé son esenciales para su desarrollo físico y mental. ▲
No es un juego de niños… Jugar con tu bebé es una de las mejores cosas que puedes hacer por ellos porque construyes y fortaleces su relación, mejoras su salud mental y les enseñas habilidades vitales de la vida diaria como hacer amigos, presentar un examen, conseguir trabajo y hasta formar su propia familia algún día.
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La ciencia detrás de los juegos. Los juegos de imitación fomentan la empatía y la imaginación; los juegos de nombres ayudan a desarrollar el vocabulario y la atención e inclusive el juego de escondidas desarrolla la memoria y la confianza. La interacción y la relación positiva de los infantes con sus padres es primordial para formar a los adultos del futuro.
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Bebés sin conexión ni apego: Los infantes están programados para buscar conexiones significativas y el no recibirlas les genera un estado constante de estrés y confusión además les resulta difícil estar tranquilos porque no se sienten seguros y desarrollan problemas para confiar en las personas. Esos son solo algunos de los impactos negativos que el bebé va a tener que cargar de por vida.
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