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Analfabetas sexuales

No utilizar la información seria que se tiene sobre sexo seguro en las prácticas sexuales y poner pretextos son actitudes de analfabetas sexuales

Escrito en OPINIÓN el

Resulta que el analfabetismo sexual no se refiere a lo mucho que una persona pueda tener de información sobre el sexo, sino qué tanta educación sexual tiene y cómo vive su sexualidad. Según los expertos, los analfabetas sexuales son quienes no disfrutan a plenitud de los encuentros sexuales, tienen sexo sin erotismo (sensualidad que afecta nuestros sentimientos y emociones) y además lo hacen con mala información.

Solo para empezar, dentro de la mala información se encuentran los mitos sexuales, creencias como pensar que durante la primera vez no se producen embarazos, o que el coito interrumpido es un anticonceptivo eficaz, nos pone como analfabetas sexuales. No utilizar la información seria que se tiene sobre sexo seguro en las prácticas sexuales y poner pretextos como por ejemplo tener relaciones sin protección con el pretexto de que necesitan tener mayor sensibilidad para excitarse; tener sexo ocasional y múltiples parejas sexuales sin uso de anticonceptivos o condones y pensar que a ellos no les ocurrirá nada, son actitudes de analfabetas sexuales igual que lo son quienes creen que el sexo sin compromiso y sin responsabilidad es libertad sexual.

Desafortunadamente, estas ideas son la herencia de una pésima educación sexual, que no se refiere a sólo la información teórica de métodos anticonceptivos y anatomía básica, sino a la manera en que es vivida la sexualidad desde lo físico hasta lo espiritual. Estadísticamente está probado que el número de abortos, el embarazo adolescente, los divorcios y la misma promiscuidad aumentan cuando el analfabetismo sexual lo hace, es cierto que en el contexto actual hay más acceso a la información, más libertad sobre tocar y hablar del tema sexual, quizá menos prejuicios enraizados, pero también hay muy mala educación sexual, desafortunadamente, aún hoy, los padres y madres creen que informar es educar y no prestan atención a los preceptos que forman la educación de sus hijos lo que impide que se tenga un mejor desenvolvimiento sexual.

Peor aún, sigue muy presente pensar que a los niños no hay que hablarles del sexo (que además esto se confunde con hablar de coito) porque se les quita la inocencia, lo cual es un mito, pues en realdad lo que les quitamos es la ignorancia y les damos la posibilidad de identificar rasgos de abuso sexual que podrían evitar.

Cuando se piensa que un embarazo va a ayudar a “amarrar” a una persona a la relación sexual; cuando se finge un orgasmo; cuando creo que es mi responsabilidad que mi pareja llegue al orgasmo; cuando el hombre reclama que la pareja le atiende menos que al hijo recién nacido; cuando tenemos sexo porque “toca”; cuando creemos que en la cama se arreglan todos los problemas de pareja; cuando pensamos que los hombres siempre deben querer sexo; cuando pensamos que la orientación sexual se escoge; cuando creemos que solo las personas pervertidas usan juguetes sexuales; cuando pensamos que es de sexoservidoras ir a un hotel para tener sexo; cuando pensamos que el sexo casual y la promiscuidad son lo mismo; son solo ejemplos de analfabetismo sexual.

Las actitudes predicen los comportamientos, pero se forman desde el plano del aprendizaje.

Si vemos el sexo como malo lo viviremos culposamente, si lo vemos como una mera satisfacción física lo viviremos sin erotismo, a cualquier edad podemos adquirir la información correcta pero no cambiaremos las actitudes sino las trabajamos desde una mejor educación y para ello jamás se es demasiado grande.

Es importante saber que las informaciones equivocadas generan actitudes y comportamientos sexuales incompletos que pueden llegar a ser alteraciones o disfunciones sexuales.En el todo el mundo,  hoy los jóvenes inician su vida sexual cargados de mitos y dudas pues se mal informan a través de amigos o peor aun, a través de redes sociales con pésima información que se conjunta con una existente y en aumento presión social para iniciar cuanto antes con esta actividad, por lo que terminan por ceder sin usar condones, sin cuidado y totalmente expuestos a alguna ETS.

Pero lo más impactante es que de esta voragine, los adultos no se salvan. En el nuevo afán de ser sexualmente activos por más años, de retrasar el envejecimiento que impide tener sexo, lo cual es otro mito y por tanto un rasgo de analfabetismo sexual, los adultos jóvenes y maduros entran en un círculo de analfabetismo tal que los lleva a consumir fármacos para la disfunción sexual sin necesitarlos y confundirlos con afrodisiacos, a buscar sugar babys, a someterse a dietas y planes de ejercicio por mantener una figura juvenil y no una buena salud.

Y es que como en el analfabetismo intelectual, conocer la letras no es leer, ni siquiera lo es poder reproducir las palabras que vemos escritas, leer es comprender la idea no reproducir sonidos, es esa capacidad de asimilar lo escrito, de activar el pensamiento para captar el mensaje, y además desarrollar la capacidad de usar ese lenguaje para comunicarlo con palabras a través de la escritura, con sentido. En el sexo, es igual, saber sin mejorar la sexualidad es mero analfabetismo.