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10 consejos para educar a los hijos (parte II)

Los padres somos los primeros educadores En una conferencia en Chile el famoso educador David Isaacs señaló que los padres somos los primeros educadores de nuestros hijos y también sus principales abogados

Escrito en OPINIÓN el

Sexto Principio

Los padres somos los primeros educadores

En una conferencia en Chile el famoso educador David Isaacs señaló que los padres somos los primeros educadores de nuestros hijos y también sus principales abogados. Esto en miras al deber de defender sus derechos.

El mayor beneficiado por la unidad entre el colegio y la familia es el hijo. Esto no significa que, en casos puntuales, los padres no deban hacer valer sus derechos como padres o defender al hijo en determinadas circunstancias.

Séptimo Principio

Educa para el mundo real

Estas son las actitudes que encierran al hijo en una burbuja y lo dejan frágil y desprotegido para vivir en el mundo que le ha tocado:

  • Padres que viven lamentándose del mundo de hoy, todo está podrido, el futuro es negro, y añorando tiempos pasados
  • Padres que para que el ambiente exterior no contamine a los hijos, los sobreprotegen

(Foto: Pexels)

¿Cómo preparar al hijo para ser parte activa de este mundo y, así, mejorarlo?

Con una sólida formación intelectual que le permita pensar por sí mismo y tener criterio propio para ir contra corriente. A los hijos se les enseña a pensar, discutir y defender ideas con temas interesantes en la mesa familiar, con panoramas atractivos, con buenas lecturas…

Con un concepto verdadero de tolerancia. Escudados en un falso concepto de tolerancia, hoy se aceptan como legítimas todas las posturas: no hay una verdad objetiva, sino muchas verdades singulares.

Hay que enseñar a querer y respetar a las personas, pero sin trazar con el error. A buscar lo que une y no lo que desune, pero teniendo claro que el mal no puede ser tolerado por una malentendida tolerancia.

Octavo Principio

El amor es inteligente cuando conoce y pone límites

  1. Los padres que quieren a sus hijos con amor inteligente establecen ciertas normas. En familia elaboramos un código familiar de permisos.
  2. Todo permiso lleva asociada una carga educativa, pues emite señales que los hijos captan.
  3. Los permisos son opinables, pero no son neutros.
  4. Existe un conjunto de reglas establecidas, por acuerdo de padre y madre, que se han explicado a los hijos, antes de que éstos eleven pliegos de peticiones.
  5. Hay reglas que permiten concesiones porque se dicen con relación a principios secundarios o menos importantes.
  6. El permiso solicitado debe suponer un beneficio para el hijo que lo pide o al menos que no sea dañino. El permiso no debe perjudicar el bien común.
  7. Cada hijo es diferente. Al conceder un permiso se debe evaluar la relación entre libertad y responsabilidad. Los permisos deben ser concedidos en forma gradual.
  8. Los padres tienen derecho a unos minutos tranquilos para decidir un permiso.
  9. La concesión de permisos no puede convertirse en una batalla campal.
  10. Los padres deben ser coherentes y consecuentes.

Palabras del experto: El cariño de un hijo hacia sus padres no depende de la cantidad de “noes o de síes” que le hayan dado, sino del buen criterio con que se dieron”. 

(Foto: Pexels)

Noveno Principio

Confía siempre en ellos y en su capacidad de reacción

Cuando el hijo está en el peak de su adolescencia, cuando parece que todo lo que se ha sembrado no sólo no da fruto, sino parece que agoniza, ¡calma!

En lugar de catalogarlo como un flojo perdido, un irresponsable rematado, un egoísta sin vuelta… demuéstrale que el cariño de sus padres es a prueba de adolescentes. Un hijo al que se le ponen etiquetas negativas llega a pensar que no tiene futuro; el que siente que ya no se confía en él, pierde toda la seguridad en sí mismo.

Exige en pocas cosas, pero en las importantes. No des peleas inútiles y haz de tu hogar un lugar seguro con el que cuente en medio del temporal. Paciencia, paciencia, paciencia. Busca y reconoce en él las cualidades que tiene. ¡Todos tienen! Incentívalas.

Confía. No pierdas la esperanza. Ya verás: pronto saldrá a la luz el hombre y la mujer que hay en su interior. Habrá madurado.

Una historia: Tom Cruise tuvo enormes problemas a lo largo de su vida escolar, entre otros, una severa dislexia. ¿Cómo logró este exitoso actor superar esas dificultades?

Cruise cuenta que su madre le repitió constantemente, a pesar de que los hechos no parecían darle la razón: “Tienes tantas capacidades, no te des por vencido”. Agradecido, el actor reconoce: “Me salvó”.

(Foto: Pexels)

Décimo Principio

Pon metas altas a tus hijos

El ser humano vale por lo que es, no por lo que tiene. Lamentablemente hoy se aspira más a tener que a ser.

Hay que enseñar a los hijos que el fin de esta vida no es pasar por ella “lo mejor posible”. Los grandes valores e ideales se respiran en el hogar, se inculcan dando ejemplo. Esto supone autoexigencia.

  • ¿Cuáles son los temas dominantes de la familia?
  • ¿Sólo se habla de dinero, de cosas y panoramas?
  • ¿Hay una preocupación real por los más necesitados?
  • ¿Se eligen las carreras por su rentabilidad o prestigio o por la contribución personal que desde ahí se puede hacer al mundo?
  • No rebajes los ideales de tu hijo
  • No lo aplastes con el miedo

Si los papás suspiran añorando tiempos pasados, si todo el presente es un desastre y el futuro se ve negro, tu hijo crecerá lleno de temores y será incapaz de emprender pequeñas o grandes iniciativas en favor de otros. Sé optimista y muéstrale cómo con muchos pequeños esfuerzos se logran grandes cosas.

Reacciona: En tus hijos debe quedar grabada una idea clave: que “hay mucho que hacer y se puede hacer mucho”. Para que tu hijo pueda mirar alto y ser capaz de decir con convicción:

 “Yo puedo hacer algo. Mi contribución ¡vale!