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¿Sirven o no los antioxidantes?

La vitamina C, betacaroteno y ácido fólico, podrían representar riesgos

Escrito en NUTRICIÓN Y DIETAS el
Linus Pauling fue un reconocido científico que en 1964, cuando tenía 65 años, comenzó a agregar vitamina C a su jugo de naranja matutino, pues argumentaba que ese suplemento tenía múltiples beneficios. El más conocido es el de curar el resfriado, así como otros padecimientos: enfermedades cardiovasculares, cataratas, cáncer e incluso el VIH.

En 1992 sus ideas fueron presentadas en la portada de la revista Time bajo el título: "el verdadero poder de las vitaminas". Con esto creció su popularidad y la venta de suplementos multivitamínicos y dietéticos.

La realidad de los suplementos


Sin embargo, con el paso de los años el poder de la vitamina C y otros suplementos, han tenido poco respaldo científico. Incluso se ha descubierto que pueden causar más daños que beneficios.

Pauling afirmaba que la vitamina C es parte de los antioxidantes, grupo de moléculas que incluye la vitamina E, betacaroteno y ácido fólico. Esto le hacía creer que los beneficios que aportaban se debían a la capacidad de las moléculas de neutralizar a los radicales libres.

Los radicales libres pueden conducir al deterioro celular, provocar enfermedades y acelerar el envejecimiento.

El proceso de operación de los radicales comienza en las mitocondrias, los pequeños motores de combustión que habitan en las células.

Dentro de las mitocondrias, el alimento y oxígeno se convierte en agua, dióxido de carbono y energía. Asimismo, requieren de electrones.

El flujo se mantiene a través de cuatro proteínas, cada una incrustada en la membrana interna de la mitocondria, impulsando la producción del producto final: energía.

Dicha reacción es un proceso imperfecto ya que hay fuga de electrones, cada uno capaz de reaccionar con moléculas de oxígeno cerca. Como resultado se tiene un radical libre, el cual causa estragos en las estructuras que lo rodean. Para ello, extraen electrones de moléculas vitales como el ADN y proteínas para equilibrar su propia carga.

A partir de las investigaciones sobre los radicales, éstos fueron considerados enemigos que debían ser eliminados del organismo.

"La disminución [de los radicales libres] en un organismo podría resultar en una disminución de la tasa de degradación biológica con un aumento en los años de vida útil y saludable", escribió Denham Harman, del Laboratorio Donner de Física Médica en la Universidad de Berkeley, en EE.UU en 1972 cuando comenzaba el estudio de los radicales.

Antioxidantes no resolvían el problema


Con las teorías de Pauling, se creyó que los antioxidantes serían la clave para eliminar a los radicales; sin embargo, los experimentos que se realizaron para comprobarlo no dieron los resultados esperados.

Un ensayo realizado en 1994 a 29.133 finlandeses fumadores que consumieron suplementos de betacaroteno, demostró que la incidencia del cáncer de pulmón aumentó en un 16%.

Otro estudio en mujeres posmenopáusicas en Estados Unidos, demostró resultado similar. Tras tomar ácido fólico por 10 años, el riesgo de cáncer de mama aumentó en un 20%.

En 1996, otra investigación demostró que en un grupo de 100 fumadores que habían tomado suplementos de beta caroteno y vitamina A, la tasa de cáncer de pulmón aumentó en un 28% y las muertes en un 17%. Por ello, el estudio tuvo que terminar dos años antes.

"Los presentes hallazgos proporcionan amplias bases para desalentar el uso de suplementos de betacaroteno y la combinación de betacaroteno y vitamina A", escribieron en ese momento los investigadores.

A pesar de estos resultados, no existe suficiente evidencia que lo avale ya que otros estudios encontraron beneficios como reducción de enfermedad coronaria y cáncer de páncreas. Otras 10 investigaciones no notaron ningún tipo de beneficio.

Pauling murió en 1994 por cáncer de próstata, sin saber que sus ideas podrían ser fatales.

Si la vitamina C era la cura al igual que otros antioxidantes, nunca lo sabremos, aunque el cuestionamiento prevalece por la relación de exceso de antioxidantes con el cáncer.

Lo mejor es tomarlo en dosis moderadas y asesorarnos con nuestro médico.

(Con información de BBC)