El principal propósito en año nuevo es iniciar un régimen alimenticio para bajar los kilos ganados durante las fiestas decembrinas; sin embargo, pocas veces se logra cumplir el objetivo.
La nutrióloga Elisa Gómez comentó que para hacer un plan nutricional primero hay que tener en consideración varios puntos, como no esperar cambios rápidos, proponerse metas medibles y alcanzables, conseguir un aliado y realizar actividad física.
Explicó que no se deben esperar cambios muy rápidos, ya que al no tenerlos, las personas se decepcionan y abandonan el propósito. “Un hábito se considera que está realmente establecido cuando se realiza seis meses”, indicó la experta.
Gómez añadió que para que el organismo se acostumbre, se lleva un tiempo. “Hay personas que en una o dos semanas quieren perder peso, no debemos esperar esos cambios pronto, porque si no los ven pronto, se decepcionan y dejan el hábito”, abundó.
Recordó que es necesario recordar que para perder medio kilo, hay que ahorrar 3 mil 500 calorías, por eso dijo la importancia de proponerse metas medibles y alcanzables, pues “cuando una persona sabe hacia dónde va, es mucho más fácil que se le pongan estrategias”.
En esta parte influyen mucho los especialistas y nutriólogos, reiteró, ya que es mucho mejor que a una persona con un sobrepeso grande se le diga que con perder el 10 por ciento de su peso es suficiente para disminuir el riesgo de posibilidades de enfermedades cardiovasculares, que si se le dice que debe pesar cierta cantidad.
Además se deben identificar los factores que predisponen y refuerzan la conducta de una persona para lograr un estilo de vida saludable.
En cuanto a conseguir un aliado, la especialista indicó que se trata de una estrategia que ayudará a conseguir las metas.
“La gente que come en familia, acompañada, tiene mejores hábitos de alimentación”, ya que se recuerdan las costumbres saludables y refuerza los conocimientos de lo que se debe hacer.
Hay que planificar las compras de los alimentos, dijo, “lo que se va a comprar en el súper, porque si no lo compras, no lo tienes en casa y si no lo tienes en casa, no lo comes”.
La dieta debe ser especial y completa, explicó, dado que debe ser personalizada a las características de cada individuo como edad, sexo o enfermedades, si es que se tienen; pero debe ser completa y variada e incluir frutas, verduras, lácteos y alimentos de origen animal; así como inocua para no provocar daños al organismo.
Otra cosa que mencionó la nutrióloga es evitar hábitos riesgosos, como los medicamentos, fármacos y las dietas milagro. “Las dietas de moda generalmente no cumplen con las características de una dieta correcta, son estrategias que hacen para perder nutrimentos y a la larga pueden causar problemas en la salud digestiva y en general”.
También recordó que la actividad física y evitar el exceso de caloría son indispensables para bajar de peso. En México, dijo, siete de cada diez no hace ejercicio “y la actividad física no es sólo hacer ejercicio programado, sino el caminar, levantarte, hacer movimientos, actividades recreativas”.
Sentenció que el sedentarismo es un factor de riesgo para la salud digestiva, además de que si la persona padece estreñimiento, es importante que tome suficiente agua y fibra.
Finalmente, dijo lo recomendable es no utilizar términos como “prohibido” o “permitido”, “pues eso implica que la persona piense más en el alimento y, cuando lo come, lo hace en exceso porque lo restringió demasiado”.
“Más que renunciar (a un alimento), hay que moderar la manera en que se come y moderar la porción. Todos los alimentos se pueden consumir en una dieta saludable siempre y cuando se limite a cierto número de veces y cierta cantidad”, concluyó la especialista.