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Profeco advierte por licores que no son licores, ¿cuál es el riesgo?

Lo que más encontramos en el mercado son licores de caña, destilados de caña o licores de caña.

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En su análisis mensual, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), señala a aquellas marcas de bebidas alcohólicas que no son licores pues no cumplen con el mínimo porcentaje de azúcares para denominarse de esa manera. Actualmente, existen en el mercado varias bebidas con alcohol que se ofrecen a muy bajo costo y por ello, surge la duda acerca de si son lo que dicen ser o contienen otros compuestos que alteren la salud.

El análisis incluyó 41 productos de los cuales: 6 fueron licor de caña, 2 destilados de caña, 5 rones, 1 ginebra, 2 charangas, 3 brandys, 12 licores de agave, 6 vodkas, 1 licor de agave con sabor y 3 whisky de los cuales se evaluó la información comercial, contenido neto, contenido de alcohol, contenido de componentes volátiles, contenido de azúcares y contenido energético.

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Profeco advierte por licores que no son licores, ¿cuál es el riesgo? 

Así, Profeco señala que lo que más encontramos en el mercado son licores de caña, destilados de caña o licores de caña y la regulación de estas bebidas con alcohol se muestra en la Norma Oficial Mexicana (NOM-142). El consumo de alcohol puede describirse en términos de gramos de alcohol consumido o por el contenido alcohólico de las distintas bebidas en forma de unidades de bebida estándar: 

“El trago estándar o unidad de bebida estándar es una unidad de medida que se utiliza para determinar una cantidad fija de etanol puro por trago. Establecer y saber utilizar dicha medida proporciona la posibilidad de contabilizar con precisión cuánto bebe una persona o población”.
 

¿Licores que no son licores?

Respecto a los licores, la Profeco señala que no todas las marcas cumplen con lo que dicen en sus etiquetas y presenta las siguientes marcas:

Licor de caña

El León Dorado: El producto no cumple con el contenido alcohólico que declara ni contiene en mínimo de azúcares para denominarse licor.

El Jacalito de Tonaya: Cumple con lo que vende.

El Mezcalito de Tonaya: Su etiqueta muestra una imagen de agave, sin embargo es un licor de caña. Además tuvo 3.4 por ciento menos del contenido neto declarado.

No te Rajes (blanco): La información que da al consumidor es completa.

Tonayán: Aunque tiene símbolo de ANIDA es un licor de caña.

No te Rajes (oro): No cumple con el contenido alcohólico que declara.

Licor de Agave

Enigma: Su información es correcta.

Cielo Azteca: Cumple con lo que promete en su etiqueta.

El Compadre (blanco): la forma en que se coloca la leyenda 100% agave puede inducir al error. Tampoco cumple con el contenido alcohólico que declara, ni tiene el mínimo de azúcares para denominarse licor.

Paloma Negra: Cumple con su etiquetado.

El Compadre (oro): Igual que su hermano, la forma en que se coloca la leyenda 100% agave puede inducir al error. No tiene el mínimo de azúcares para denominarse licor.

Llano Escondido: Tiene 2.4 por ciento menos del contenido neto declarado.

San Luis: Cumple con el etiquetado.

Paloma Blanca: No contiene el mínimo de azúcares para denominarse licor.

Rancho Escondido (oro y plata): Cumple con todo lo que ofrece.

Vértigo: No contiene el mínimo de azúcares para denominarse licor.

Licor de Agave con sabor

Rancho Escondido (tamarindo): No cumple con el contenido alcohólico que declara.

Así, el hecho de que algunos licores no cumplan con lo que ofrecen representa un engaño al consumidor pero también puede afectar la salud de manera importante.

En ese sentido, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) indica que la comercialización de alcohol etílico (etanol) adulterado con alcohol metílico (metanol) para consumo humano es ilegal.

Para la fabricación de bebidas alcohólicas se utiliza alcohol etílico o etanol el cual también se usa para la elaboración de cosméticos, dispositivos médicos, gel antibacterial desinfectantes, entre otros, a diferencia del metanol.

¿Cuáles son los riesgos de consumir alcohol adulterado?

La dependencia además indica que si este tipo de alcohol es inhalado irrita las mucosas nasales y oculares, produce vértigo, asfixia, tos, dolor de cabeza, vómito, náuseas, trastornos oculares, convulsiones e inconsciencia.

Cuando es ingerido puede causar:

- Afecciones visuales

- Dolor abdominal

- Vómito

- Diarrea

- Inconciencia

En casos graves:

- Coma

- Paro respiratorio

- Ceguera

- Convulsiones

- Acidosis metabólica severa

- Muerte.

Si este tipo de alcohol se absorbe por la piel presenta efectos similares a la inhalación, además de producir resequedad enrojecimiento y dolor. En los ojos causa irritación, sensación de quemadura, lagrimeo y visión borrosa. Por lo anterior, COFEPRIS exhorta a la población a no consumir bebidas de procedencia dudosa y en caso de haberlas ingerido, acudir urgentemente al centro de salud más cercano e informar al médico los detalles de dicho consumo.

¿Consumo de riesgo? Evitar el exceso

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2018) advierte que entre los jóvenes mexicanos el consumo de alcohol es uno de los principales factores de riesgo a la salud. Es a partir de los 20 años que el consumo de alcohol se incrementa y en el mercado existe gran variedad de alternativas a precios menores de $130.00 pesos mexicanos, como:

- Vodka

- Ron

- Whisky

- Charanda

- Brandy

- Ginebra.

Profeco advierte que el consumo de riesgo es un patrón de consumo de alcohol que incrementa el riesgo de consecuencias adversas para la salud si el hábito persiste:

“La OMS lo describe como el consumo regular de 20 a 40 gramos diarios de alcohol en mujeres y de 40 a 60 gramos diarios en hombres”.

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Finalmente, Profeco recomienda no excederse en el consumo de alcohol, leer siempre las etiquetas de los productos, adquirir los productos en comercios establecidos, así como evitar el consumo si se es menor de edad o se encuentra embarazada, además de evitarlo cuando manejas y/o vas a hacerlo.

Con información de: Profeco y Cofepris