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“No tienes tiempo para comer bien hasta que tienes la azúcar alta"

Las enfermedades relacionadas con la nutrición no respetan, edad, sexo, situación socioeconómica o profesión.

Escrito en NUTRICIÓN Y DIETAS el

Eduardo Rosas al que todos sus pacientes llaman con cariño “Lalo”, trabaja como médico general y cuenta que durante la pandemia “se le ha cargado demasiado el trabajo” y por ello presenta ansiedad, un padecimiento que lo lleva a consumir alimentos que no debería comer:

“Cuando me empieza a dar ansiedad estoy ahí comiendo y la verdad hay ocasiones en que suelen regalarte comida, refrescos y jugos, lo cual me gusta mucho y más con este calor; aparte no puedes rechazar un regalo de tus pacientes porque se sienten mal y eso no me gusta. Me excedo bastante con este tipo de bebidas y no realizo una actividad física que pudiera decir, ayuda con mi peso pues en el trabajo no me muevo tanto”.
 

Y mientras eso ocurre, uno de cada ocho niños menores de 5 años padece desnutrición crónica en nuestro país. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la desnutrición se presenta principalmente en los estados del sur de México y en las comunidades rurales más que en las urbanas; los más afectados son los hogares indígenas”

Además de lo anterior, en México solamente 3 de cada 10 bebés se alimentan únicamente con leche materna durante sus primeros 6 meses de vida. 

Y de acuerdo con la propia Unicef, la leche materna es el mejor alimento para los bebés ya que les proporciona todos los nutrientes que necesitan y ayuda a prevenir muchas enfermedades; además les brinda beneficios a las madres”.

“No tienes tiempo para comer bien hasta que tienes la azúcar alta"

El 28 de mayo es el Día Mundial de la Nutrición y tiene como fin invitar a la reflexión sobre la importancia de una alimentación correcta, ya que es la base para estar y sentirnos bien.

Cuando la alimentación es incorrecta o los alimentos no se combinan de forma adecuada, puede presentarse desnutrición como resultado de la falta de nutrientes y su inadecuado balance, o en el extremo opuesto, puede llevar a la obesidad, es decir, exceso de grasa en el cuerpo, reflejo de un alto consumo de calorías y una deficiente actividad física.

Desnutrición y obesidad, ambas relacionadas con la malnutrición

En entrevista con SuMédico, la doctora Marcela Rodríguez médica adscrita a la Clínica de Obesidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición (INCMNSZ) explica que México es un país en dónde se combinan la desnutrición y la obesidad, ambas enfermedades relacionadas con la malnutrición.

“Tenemos varias enfermedades derivadas de la obesidad. Las encuestas nacionales aun reportan deficiencia de hierro y vitaminas, particularmente en los estratos o nivel socioeconómico bajos. Estamos en una situación resultante de la reducción progresiva del estilo de vida, cosas rápidas, lo procesado, horarios extraños para comer”.
 

La doctora advierte que hay gente que come en la noche o mientras trabaja y las alternativas que eligen no son de calidad:

“Muchos alimentos son más baratos si se producen de manera más artificial o con conservadores que hacen que duren más, pero reducen la calidad nutritiva. En realidad, estamos ante una situación muy compleja pues en los adultos que atendemos podemos observar un escaso consumo de frutas y vegetales viviendo en un país con una disponibilidad de frutas y vegetales muy alta pero que sigue los patrones de consumo de comida industrializada; estamos ante la situación compleja de haber buscado lo práctico como norma y la necesidad como prioridad”.
 

De acuerdo con información del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la malnutrición es un problema que afecta a los niños, niñas y adolescentes en México de diversas maneras:

“Por un lado, la desnutrición durante la infancia tiene impactos negativos en el resto de la vida, como tallas bajas y desarrollo insuficiente del sistema inmunológico. Por otro lado, el sobrepeso y la obesidad que favorecen la aparición de enfermedades como la diabetes, problemas circulatorios, de los riñones o del corazón, repercusiones graves que afectan la calidad y esperanza de vida”.

Por otra parte, México es una de las naciones con mayor obesidad en adultos en el mundo, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El 19.5% de los adultos de los 35 países que pertenecen a la OCDE padece obesidad y los países con mayor prevalencia son: Estados Unidos, con 38.2%; México, con 32.4%, y Nueva Zelanda, con 30.7%. Se proyecta que la obesidad en México aumente a 39% y en Estados Unidos a 47% para 2030.

La obesidad es una enfermedad sistémica, crónica y multicausal que afecta a todos los grupos de edad, de distintas etnias y de todas las clases sociales a la cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha denominado la epidemia del siglo XXI. 

“La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial y cada año mueren, como mínimo, 2.8 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso”.

El aumento en la prevalencia de obesidad en México se encuentra entre los más rápidos que se han documentado en el plano mundial. 

En ese sentido, la Estrategia contra el sobrepeso y la obesidad establecida en el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria de  Secretaría de Salud (Ssa), desde el año 2010 hacía evidente la transición nutricional que el país experimentaba por características específicas como el aumento en la disponibilidad a bajo costo de alimentos procesados adicionados con altas cantidades de grasas, azúcar y sal; aumento en el consumo de comida rápida; disminución del tiempo disponible para la preparación de alimentos en casa; aumento de forma importante a la exposición de publicidad y oferta de alimentos industrializados, y disminución importante de la actividad física de la población.

Obesidad en México

Por otro lado, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2018-19) señala que el sobrepeso y la obesidad afectan a 75.2 por ciento de las personas adultas y en 35.6 por ciento de la población infantil. La diabetes mellitus se incrementó de 9.2 por ciento en 2012 a 10.3 por ciento en 2018, y la hipertensión arterial pasó de 16.6 por ciento en 2012 a 18.4 en 2018. Y estas dos afecciones están relacionadas con la obesidad.

Entre 2012 y 2016, la obesidad aumentó 5.4 por ciento. En el caso de las mujeres de 20 a 49 años, de 1988 a 2016 la prevalencia de sobrepeso se incrementó 41.8 por ciento y la de obesidad 290 por ciento. En el caso de los hombres adultos de 20 o más años, de 2000 a 2016 la prevalencia de sobrepeso aumentó 1.9% y la de obesidad incrementó 49.7%.

La obesidad está asociada con 4 importantes causas de mortalidad en México, como las enfermedades del corazón, diabetes mellitus, los tumores malignos y las enfermedades del hígado, entre las que se encuentra el hígado graso.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018, el 75.2 por ciento de los adultos mayores de 20 años vive con sobrepeso u obesidad, porcentaje que en 2012 fue de 71.3 por ciento.

No es lo mismo bajar de peso que no subir de peso

La doctora Marcela Rodríguez explica que aunque actualmente se puede tener más claridad acerca de lo que es “bueno” o “malo” comer, el problema está en enfocar las intervenciones nutricionales en la delgadez y el cuerpo pues se olvidan las enfermedades y cuidado de la salud:

“Por un lado, hay que saber que nosotros creemos de manera muy equivocada que estamos en control de peso por estar delgados pero ahora se sabe que nacemos con miles de genes que tienen que ver con la respuesta neurológica al hambre, la saciedad, el estrés y hay muchos estudios de genética también. No se trata de la voluntad, la obesidad es una enfermedad y en nuestro país estamos expuestos a una oferta de alimentos que es una señal intermitente de placer, por ello, no se trata de pensar únicamente en el índice de masa corporal. En el Instituto medimos el gasto energético y tratamos de indagar en la multitud de factores que son modificables y los que no lo son pues no es lo mismo bajar de peso que no subir de peso”.

Médicos afectados por la malnutrición en la pandemia: la historia de “Lalo”

El médico Eduardo Rosas cuenta en entrevista con SuMédico que, si bien su trabajo no requiere gran esfuerzo físico, el cansancio es demasiado:

“El trabajo que hago algunas veces es exhaustivo, pero no físicamente pues ahora ves a tantas personas enfermas o sospechosas de covid que es una tensión constante y a eso le agregas que en cada evento o reunión dentro del hospital hay alimentos riquísimos o bebidas que según son naturales, pero bien azucaradas”.
 

Preocupado por el cambio en su alimentación debido a las jornadas extremas de atención hospitalaria por covid, “Lalo” quiso hacerse un chequeo general para encontrar que a sus 30 años ya presentaba un alto nivel de azúcar en sangre. 

“Pues compré un glucómetro y mi medición fue de 180 y pensé ´santo Dios´ pues uno como médico sabe cuándo ya la cosa no va tan bien y ya estás tomando resultados malos y pensé que esto no estaba bien pero el problema ahorita es el tiempo pues hace tiempo he querido acudir con un nutriólogo. Estamos en una etapa de mucha presión en el trabajo para entregar cosas y con la vacunación, aumentan los registros de pacientes, cosillas que empiezan a requerir más del tiempo que a veces tenía libre”.
 

El doctor además cuenta que hay días que llega tan cansado que lo único que quiere es dormir. 

“Estoy pensando si alguien me puede recomendar unas pastillas para al menos sentirme satisfecho porque si me siento satisfecho aun así me pongan enfrente la comida más suculenta y deliciosa, ya no como porque yo mismo siento que es suficiente. El punto es que tengo ataques de ansiedad por tanto trabajo; tengo que mandar reportes, atender pacientes y empiezo con los dulces y chucherías aunado a que no estoy realizando actividad física y la mala alimentación que estoy llevando”.
 

Por otro lado, Lalo, dice que hay especialistas para todo:

“A veces se piensa que como somos médicos sabemos todo y de todo, pero no es así; hay especialidades, hay quienes se dedican a la alimentación y ahorita si a mí me dicen que no es recomendable que tome alguna pastilla, pues no me la tomo, pero quiero saber, antes que nada, antes de todo, que estoy al cien, entonces ya me fui a tomar unos estudios pues estoy consciente de mis malos hábitos”.

Para el doctor, una ventaja de la pandemia son las consultas por videollamada:

“Pues ahorita ya busqué a una nutrióloga porque como puedo tener ahorita mucho tiempo, después nada y pues al menos puedo tener una consulta hasta muy tarde o si me organizo bien al menos no pierdo esa consulta; es cuadrar mis tiempos para hacer mis videollamadas y ya después que se pueda quizá la consulta”.

En ese sentido, la doctora Marcela cuenta que las enfermedades relacionadas con el estado de nutrición obedecen a muchas causas y por ello, se ha continuado con las consultas durante la pandemia

“Nosotros nunca estuvimos totalmente cerrados y veíamos pacientes, aunque nuestros programas son ambulatorios entonces para continuar con los pacientes nosotros podíamos tener acceso al hospital. En la situación de pandemia, por miedo algunas personas comenzaron a cuidarse. Es un desafío pues tuvimos casi que inventar formas de atención pues muchas personas también requerían acompañamiento médico, aún más las personas mayores y, por otro lado, se ha generado un contexto de dietas para bajar de peso que por el puro concepto tiene una carga de castigo, insípido o deficiente. Tenemos que cambiar muchos conceptos incluso deben ser explicados a los propios profesionales de la salud y comprenderlos en su complejidad”.

Malnutrición se agudiza durante la pandemia y alcanza a los especialistas

La doctora Rodríguez subraya la importancia de no pensar en el peso como indicador de salud pues no funciona así. 

“Hay gente que puede bajar de peso. Nosotros no hablamos de peso ideal desde hace una década entonces decir que la delgadez es el único objetivo es crear una frustración terrible y por otro lado tenemos a pacientes con trastornos de la conducta alimentaria y se requiere regularizar las cosas cosméticas. Como siempre se ha dicho, los medicamentos no son suficientes para hacer cambios aunque en muchos casos se convierten en un requisito invaluable para tener salud. Tenemos páginas del Instituto Nacional de Nutrición que pueden ser consultadas por la población en general y entender así más la importancia de la alimentación y nutrición”.
 

Finalmente, “Lalo”, el doctor con horarios extremos por la pandemia, hace un llamado para que se comprenda la difícil rutina que los médicos tienen con la pandemia y que los lleva a comprometer su salud y estado de nutrición:

“No soy el único, muchos pueden decir ahí viene el médico gordo, no estudió bien, no sabe, pero en realidad ahorita con la situación de covid, todos comemos lo que sea y en ocasiones ni siquiera podemos comer nada por tanto trabajo. Hay días que he desayunado a la media noche y tú ves que la gente sale sin cubrebocas o no cree aún en el coronavirus, entonces piensas que tu esfuerzo no importa, que como sociedad nos falta mucha empatía".

“No solamente es poner una vacuna para la enfermedad o apoyar a los médicos en redes sociales, es hacer todo lo posible para que nuestro trabajo sea más sencillo pues también somos personas con necesidades tan básicas como comer y bien”.