Muchas referencias históricas sugieren que las propiedades del ajo son tan poderosas que pueden prevenir enfermedades como hipertensión, parásitos estomacales y tumores pero sin duda su principal beneficio es que es un efectivo alimento anticancerígeno, pero ¿cuánto ajo hay que comer para prevenir el cáncer?
El ajo es un vegetal que pertenece a la clase Allium de plantas bulbosas, las cuales también incluyen a las cebollas, el puerro, el chalote y la cebolleta.
Normalmente el ajo se usa para cocinar pero estudios han demostrado que este alimento tiene buenos niveles de azufre, arginina, oligosacáridos, flavonoides y selenio, componentes muy beneficiosos para la salud.
En algunos papiros médicos egipcios se mencionan más de veinte remedios hechos con ajo considerados eficaces para una variedad de afecciones como el dolor de cabeza, la hipertensión y los tumores.
En la Edad Media, las propiedades del ajo también fueron muy utilizadas para luchar contra la peste y otras enfermedades contagiosas y más tarde, se usó para combatir enfermedades como asma y escorbuto.
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Los datos disponibles sobre las propiedades anticancerígenas de las verduras de la familia del ajo sugieren que estas desempeñan un papel importante en la prevención de distintos tipos de cáncer, especialmente de cáncer de esófago, de estómago y de colon.
De acuerdo al libro Los alimentos contra el cáncer de Richard Béliveau y Denis Gingras, el ajo también podría prevenir el cáncer de próstata.
En un estudio realizado a los habitantes de la ciudad de Shangai, se encontró que las personas que consumían más de 10 gramos diarios de verduras de la familia del ajo, tenían 50% menos cánceres de próstata en comparación con los que comían menos de 2 gramos diarios.
Por su parte, estudios realizados en Francia demostraron que el ajo y la cebolla están asociados con un menos riesgo de cáncer de mama.
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En resumen, las propiedades del ajo y otras verduras de su mismo grupo frenan el desarrollo del cáncer, tanto por su acción protectora sobre los daños causados por las sustancias cancerígenas como por su capacidad de impedir el crecimiento de las células cancerosas.
De acuerdo al Instituto Nacional del Cáncer, que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud, no todas las preparaciones con ajo son iguales por lo que es difícil determinar la cantidad exacta de ajo que puede ser necesaria para reducir el riesgo de cáncer.
Además, los compuestos activos que se encuentran en el ajo pueden perder su eficacia con el tiempo, la manipulación y el procesamiento.
Sin embargo, las pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la promoción de la salud indican que en los adultos la dosis diaria ideal para prevenir el cáncer es de 2 a 5 g de ajo fresco (aproximadamente un diente de ajo).
Si lo prefieres, también puedes consumir 0,4 a 1,2 g de ajo en polvo seco, 2 a 5 mg de aceite de ajo, 300 a 1 000 mg de extracto de ajo, u otras formulaciones equivalentes a 2 a 5 mg de alicina.
Pero lo ideal es comer el ajo fresco, ya que las moléculas que traen los beneficios anticancerígenos se liberan al romper directamente las verduras.
El ajo fresco machacado es por mucho la mejor fuente de compuestos anticancerígenos y debe preferirse en lugar de los suplementos.
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El ajo es un vegetal que pertenece a la clase Allium de plantas bulbosas, las cuales también incluyen a las cebollas, el puerro, el chalote y la cebolleta.
Normalmente el ajo se usa para cocinar pero estudios han demostrado que este alimento tiene buenos niveles de azufre, arginina, oligosacáridos, flavonoides y selenio, componentes muy beneficiosos para la salud.
En algunos papiros médicos egipcios se mencionan más de veinte remedios hechos con ajo considerados eficaces para una variedad de afecciones como el dolor de cabeza, la hipertensión y los tumores.
En la Edad Media, las propiedades del ajo también fueron muy utilizadas para luchar contra la peste y otras enfermedades contagiosas y más tarde, se usó para combatir enfermedades como asma y escorbuto.
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Propiedades del ajo para prevenir el cáncer
Los datos disponibles sobre las propiedades anticancerígenas de las verduras de la familia del ajo sugieren que estas desempeñan un papel importante en la prevención de distintos tipos de cáncer, especialmente de cáncer de esófago, de estómago y de colon.
De acuerdo al libro Los alimentos contra el cáncer de Richard Béliveau y Denis Gingras, el ajo también podría prevenir el cáncer de próstata.
En un estudio realizado a los habitantes de la ciudad de Shangai, se encontró que las personas que consumían más de 10 gramos diarios de verduras de la familia del ajo, tenían 50% menos cánceres de próstata en comparación con los que comían menos de 2 gramos diarios.
Por su parte, estudios realizados en Francia demostraron que el ajo y la cebolla están asociados con un menos riesgo de cáncer de mama.
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En resumen, las propiedades del ajo y otras verduras de su mismo grupo frenan el desarrollo del cáncer, tanto por su acción protectora sobre los daños causados por las sustancias cancerígenas como por su capacidad de impedir el crecimiento de las células cancerosas.
¿Cuánto ajo ayuda a prevenir el cáncer?
De acuerdo al Instituto Nacional del Cáncer, que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud, no todas las preparaciones con ajo son iguales por lo que es difícil determinar la cantidad exacta de ajo que puede ser necesaria para reducir el riesgo de cáncer.
Además, los compuestos activos que se encuentran en el ajo pueden perder su eficacia con el tiempo, la manipulación y el procesamiento.
Sin embargo, las pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la promoción de la salud indican que en los adultos la dosis diaria ideal para prevenir el cáncer es de 2 a 5 g de ajo fresco (aproximadamente un diente de ajo).
Si lo prefieres, también puedes consumir 0,4 a 1,2 g de ajo en polvo seco, 2 a 5 mg de aceite de ajo, 300 a 1 000 mg de extracto de ajo, u otras formulaciones equivalentes a 2 a 5 mg de alicina.
Pero lo ideal es comer el ajo fresco, ya que las moléculas que traen los beneficios anticancerígenos se liberan al romper directamente las verduras.
El ajo fresco machacado es por mucho la mejor fuente de compuestos anticancerígenos y debe preferirse en lugar de los suplementos.
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