Los antiácidos pueden convertirse en la mejor opción cuando se sufre acidez estomacal, reflujo ácido y úlceras, pues en poco tiempo las molestias se disminuyen; sin embargo, también podrían provocar problemas de salud.
Dos estudios presentados en la Semana del Riñón 2016 de la Sociedad Americana de Nefrología, afirman que ciertos antiácidos pueden provocar daños en los riñones, por ejemplo, cálculos renales.
El primer estudio realizado por la Universidad Católica del Sagrado Corazón, en Roma, Italia, señala que tras analizar los inhibidores de la bomba de protones (IBP) y por 26 años los bloqueadores del receptor de la histamina-2 (H2), que se usan para reducir la producción de ácido gástrico, se encontró que produjeron 3.245 cálculos renales sintomáticos.
Después de ajustar aspectos como la edad, raza, índice de masa corporal, actividad física, tabaquismo, comorbilidades, uso de medicamentos y consumo de nutrientes, se encontró que el IBP aumentó en un 12% el riesgo de desarrollar cálculo renal, mientras que los bloqueadores H2 un 13%.
"El uso de IBP y bloqueadores de H2 se relaciona con un pequeño aumento en el riesgo de incidentes de cálculos renales. Es necesario realizar más estudios para confirmar nuestros hallazgos e investigar si el exceso de riesgo está relacionado con un tipo particular de cálculos renales como los de oxalato de calcio", indica Pietro Manuel Ferraro, autor de la investigación.
El segundo estudio realizado por "VA Saint Louis Health Care System", en Estados Unidos, afirma que además de los cálculos, se aumenta el riesgo de padecer enfermedad renal crónica con el uso de los IBP.
Tras revisar los datos de 152.157 personas que consumieron los IBP o bloqueadores de H2, se halló que se tenía un 30% más riesgo de enfermedades renales crónicas o combinación con insuficiencia renal, así como un 50% más en la tasa de filtración glomerular estimada (una medida de la función renal).
Yan Xie, autor del estudio, concluye que los pacientes son tratados con IBP, deben tener buena atención en la función renal para prevenir complicaciones.
(Con información de Infosalus)
Dos estudios presentados en la Semana del Riñón 2016 de la Sociedad Americana de Nefrología, afirman que ciertos antiácidos pueden provocar daños en los riñones, por ejemplo, cálculos renales.
El primer estudio realizado por la Universidad Católica del Sagrado Corazón, en Roma, Italia, señala que tras analizar los inhibidores de la bomba de protones (IBP) y por 26 años los bloqueadores del receptor de la histamina-2 (H2), que se usan para reducir la producción de ácido gástrico, se encontró que produjeron 3.245 cálculos renales sintomáticos.
Después de ajustar aspectos como la edad, raza, índice de masa corporal, actividad física, tabaquismo, comorbilidades, uso de medicamentos y consumo de nutrientes, se encontró que el IBP aumentó en un 12% el riesgo de desarrollar cálculo renal, mientras que los bloqueadores H2 un 13%.
"El uso de IBP y bloqueadores de H2 se relaciona con un pequeño aumento en el riesgo de incidentes de cálculos renales. Es necesario realizar más estudios para confirmar nuestros hallazgos e investigar si el exceso de riesgo está relacionado con un tipo particular de cálculos renales como los de oxalato de calcio", indica Pietro Manuel Ferraro, autor de la investigación.
Aumenta riesgo de enfermedad renal crónica
El segundo estudio realizado por "VA Saint Louis Health Care System", en Estados Unidos, afirma que además de los cálculos, se aumenta el riesgo de padecer enfermedad renal crónica con el uso de los IBP.
Tras revisar los datos de 152.157 personas que consumieron los IBP o bloqueadores de H2, se halló que se tenía un 30% más riesgo de enfermedades renales crónicas o combinación con insuficiencia renal, así como un 50% más en la tasa de filtración glomerular estimada (una medida de la función renal).
Yan Xie, autor del estudio, concluye que los pacientes son tratados con IBP, deben tener buena atención en la función renal para prevenir complicaciones.
(Con información de Infosalus)