La época navideña se caracteriza por la reunión familiar, la convivencia y el intercambio de regalos, sin embargo, no para todos es un mes de paz y alegría, de hecho, es común que se presente la depresión blanca, un padecimiento que puede arruinar por completo la llegada de la Navidad.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 44% de la población mundial padece síntomas de ansiedad, depresión o tristeza en Navidad.
(Foto: tomada de la web)
La llegada de las fechas decembrinas no siempre es motivo de ilusión o mágica festividad, en ocasiones, surge una melancolía y un desánimo constante conocido como depresión blanca o blues de Navidad. A continuación, te decimos todo al respecto.
¿Qué es la depresión blanca?
Conocido también como blues de Navidad, los expertos no lo consideran un trastorno, sino un estado de ánimo negativo y temporal, una reacción emocional ante estímulos exteriores como la decoración navideña, la música de los villancicos o las excesivas reuniones familiares.
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Algunos de los síntomas más comunes de la depresión blanca son:
-Sentimiento de enorme tristeza
-Pérdida total del interés en las fiestas de Navidad
-Pensamientos negativos
-Nostalgia o estado melancólico
-Falta de apetito
-Mal humor
-Alteraciones del sueño
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-Ansiedad
-Estrés
-Malestar al salir a la calle y ver las decoraciones navideñas
-Aislamiento y soledad
Según un artículo publicado en Infosalus, los adultos mayores o aquellas personas que están en fase de duelo por la muerte de alguien cercano son los más propensos a sufrir este desequilibrio anímico.
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¿Cómo afrontarlo?
La depresión blanca o blues de Navidad afecta cada vez a más personas y para afrontarlo es recomendable prepararse y tomar algunas medidas. En primer lugar, se debe hacer un esfuerzo por no aislarse ante las emociones negativas, sino buscar apoyo, ya sea con un amigo o si es posible, con un profesional de la salud mental.
Otro punto importante es aprender a poner límites, es decir, realizar sólo aquello que nos haga sentir bien y evitar aquellos compromisos a los que solo asistimos para “quedar bien”. Es ideal involucrarse en actividades tranquilas, como envolver regalos o ayudar con la decoración, incluso se puede escuchar música que traiga recuerdos felices mientras se realizan.
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Finalmente, para combatir la depresión blanca o blues de Navidad, debemos procurar detener los pensamientos negativos y las creencias que solo nos hacen daño, el diálogo interno positivo será clave. Los expertos en psicología recomiendan marcar expectativas reales sobre cómo celebrar la Navidad y, sobre todo, buscar ayuda profesional para asumir con naturalidad los cambios, el exceso de villancico y las ausencias.
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(Con información de Infosalus, National Geographic y Mejor con Salud)