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La razón por la que los hombres callan ante la violencia doméstica

Cuando un hombre admite ser víctima de violencia doméstica, la sociedad tiende a caricaturizarlo y ridiculizarlo, dice el psicólogo de la UNAM, Ricardo Trujillo

Escrito en MENTE SANA el

Cuando pensamos en violencia doméstica siempre tenemos dos personajes: uno que violenta y otro que es violentado; es común que el primer papel se reserve para la figura masculina y el segundo para la femenina. 

Sin embargo, la violencia doméstica, también llamada violencia de pareja, es definida por la Clínica Mayo como el abuso emocional, sexual y físico, el hostigamiento y las amenazas de abuso que ocurre entre personas que tienen o han tenido una relación. Puede ocurrir en relaciones homosexuales y heterosexuales y ser perpetrada por hombres o mujeres

De acuerdo con datos del 2011 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 25% de las denuncias por violencia doméstica fueron de parte de los hombres. A nivel mundial, de las víctimas de homicidio cometido por la pareja o familiares, 43,600 fueron mujeres y 20,000 hombres, indicó el estudio mundial sobre el homicidio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), de 2013.

Es claro que la violencia doméstica contra los hombres existe, pero, ¿por qué no se discute ese tema en la sociedad y por qué los hombres callan cuando son víctimas? 

La razón por la que los hombres callan ante la violencia doméstica

(Foto proporcionado por Ricardo Trujillo)

El maestro Ricardo Trujillo Correa, psicólogo clínico y académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, explica en entrevista con SuMedico que en las culturas machistas, como lo es la mexicana, hay sesgos en cómo se expresan las emociones de acuerdo al género. 

Para ejemplificar lo anterior, el psicólogo retoma aquellos estudios que miden las tasas de depresión en hombres y mujeres. Casi sin excepción, la mayoría indica que son ellas quienes más la padecen, sin embargo ese indicativo no resulta fidedigno ya que la forma en que se condiciona al hombre a expresar sus emociones es “totalmente diferente que en las mujeres”. 

Por lo tanto, es “muy probable” que haya menos hombres que admiten sentir depresión, pero eso no quiere decir que no la sientan, dice Trujillo. 


(Foto: Pexels)

Para que funcione, la violencia debe ser invisible

En la violencia doméstica, también la forma en que se expresan las emociones difiere entre géneros. “Los hombres tendemos a no manifestarlo”, dice el especialista. No obstante, la violencia, para que funcione, debe ser invisible, tanto por el agresor como por el violentado. Esto provoca que se normalice y se vuelva difícil identificarla. 

La violencia también se oculta porque nombrarla implica un cuestionamiento para la sociedad, no solo en el núcleo familiar, sino también en el círculo de amigos, colegas e incluso la comunidad, quienes pueden presenciar o reconocer un acto violento pero no actúan al respecto.

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Es esta falta de solidaridad la que también previene las denuncias. “Cómo vamos a expresar una emoción, una situación o una forma de vida violenta si el otro no está dispuesto a apoyarte, si el otro no está dispuesto a ser solidario”, dice el psicólogo.

En ese sentido, Trujillo indica que los hombres tienen un mayor impedimento para encontrar redes de apoyo, “salvo el amigo o confidente cercano”. 

(Foto: Pexels)

A un hombre violentado se le ridiculiza

Cuando un hombre admite ser víctima de violencia doméstica, la sociedad tiende a caricaturizarlo y ridiculizarlo. “Se juega con esta idea de que el que se supone que debería ser fuerte, se vuelve ridículamente débil. Al hombre violentado se le ridiculiza, se le quita valor, se le considera incompetente o incapaz”, dice Trujillo. 

Ante esta situación, el psicólogo considera que se debe apelar a una deconstrucción de las masculinidades y permitir unas nuevas que liberen a los hombres de los estereotipos violentos y les permitan expresar sus emociones

También se debe trabajar no solo desde un ámbito individual sino comunitario e institucional para crear protocolos y saber cómo reaccionar ante los casos de violencia doméstica y cualquier tipo de violencia, señala el psicólogo de la UNAM. 

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