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¿La contaminación en el aire puede causar déficit de atención en niños?

Las personas con TDAH tienen problemas para prestar atención, controlar conductas impulsivas y son demasiado activos

Escrito en MENTE SANA el

Vivir en zonas con mayor contaminación atmosférica por partículas PM2.5 y con pocos espacios verdes incrementa el riesgo hasta un 62% de que los niños desarrollen el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

Por el contrario, los que viven en zonas más verdes y menos contaminadas tienen un 50 % menos de riesgo de desarrollar el trastorno. 

Las personas con TDAH tienen problemas para prestar atención, controlar conductas impulsivas y son demasiado activos. El TDAH no tiene cura y se desconoce la causa del padecimiento. Los síntomas inician durante los primeros 5 años de vida, aunque es comúnmente diagnosticado entre los 7 y 10 años de edad. 

(Foto: Unsplash)

¿Qué son las partículas PM2.5?

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) señala que el tamaño de las partículas está directamente relacionado con el potencial para provocar problemas de salud. Son las más pequeñas, de menos de 10 micrómetros de diámetro, las que causan los mayores problemas, no sólo porque pueden llegar a la profundidad de los pulmones, sino porque algunas pueden alcanzar el torrente sanguíneo y afectar tanto a los pulmones como al corazón. 

La exposición a la contaminación por partículas tiende a afectar mayormente a personas con enfermedades cardíacas o pulmonares, niños y adultos mayores. Las partículas PM2.5 tienen un efecto mayor en la salud humana sobre todo por su composición, que puede ser más tóxica y se caracteriza principalmente por la presencia de sulfatos, nitratos, ácidos, metales y carbono negro.

(Foto: Unsplash)

Partículas PM2.5, comunes en el aire de las ciudades

El equipo científico pudo identificar en total 1,217 casos de TDAH, lo que equivale a un 4.2% de la población total del estudio. El análisis de los espacios verdes reveló que los participantes que vivían en zonas con un mayor porcentaje de vegetación tenían un menor riesgo de TDAH: un aumento del 12 % en el porcentaje de vegetación se asoció con una reducción del 10 % en el riesgo de desarrollar el trastorno.

Sobre la contaminación atmosférica, se observó que los niños con una mayor exposición a las partículas finas PM2.5, que son las más habituales en el aire de las ciudades, tuvieron un mayor riesgo de TDAH: cada 2.1 micrómetro de aumento en los niveles de partículas finas PM2.5 significó un aumento del 11 % en el riesgo de TDAH.

En cambio, no se encontraron asociaciones para el resto de exposiciones ambientales evaluadas como el dióxido de nitrógeno (NO2) y ruido. 

 

¿La contaminación en el aire puede causar déficit de atención en niños?

Esas son las conclusiones de un trabajo publicado en Environment International con datos de 37 mil niños de Vancouver, Canadá. La investigación fue dirigida por Matilda van den Bosch, del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación "la Caixa".

La investigación pretendió indagar sobre las posibles relaciones entre la exposición a áreas verdes, la contaminación atmosférica y el ruido en los primeros años de vida con la incidencia del TDAH, que es uno de los trastornos del neurodesarrollo más prevalentes en los últimos años, con una afectación de hasta el 10% de la población infantil y adolescente. 

Para realizar el estudio se utilizaron datos administrativos de los nacimientos en Vancouver entre 2000 y 2001, así como la recopilación de información sobre los casos de TDAH a partir de los registros hospitalarios, las visitas y las recetas médicas. 

Van den Bosch dijo sobre los hallazgos del estudio que “estas asociaciones (entre las partículas y el TDAH) son especialmente relevantes porque las exposiciones tienen lugar en los primeros años de vida, un período crucial para el desarrollo del cerebro en el que los niños y niñas son especialmente vulnerables. Y lo que es más importante, estas exposiciones son modificables, lo que significa que los resultados deberían tenerse en cuenta para una planificación urbana más saludable".

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Con información de: EFE, IMSS y Semarnat