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El poder de la mente en las enfermedades

Aunque la tecnología avanza a pasos agigantados, todavía no conocemos la razón de todas las enfermedades mentales.

Escrito en MENTE SANA el

El libro Una mente liberada del autor Steven C. Hayes de la editorial Paidós, muestra cómo la mente juega un papel fundamental en las enfermedades.

La ciencia avanza de forma extraordinariamente rápida, cada vez hay más inventos que superan a su antecesor y así es la vida de ahora y aunque antes no había tanta información de las enfermedades como las hay ahora, la gente se sigue enfermando.

Las enfermedades siguen vigentes a pesar de la tecnología  y los problemas mentales aumentan

A pesar de los miles de millones de dólares que se invierten en investigación, los sistemas sanitarios se siguen hundiendo en los drásticos números de las tasas de obesidad, diabetes y dolor crónico. Las enfermedades mentales se están convirtiendo en un problema cada vez más grande.

En 1990, la depresión era la cuarta enfermedad y causa de incapacidad de todo el mundo, por detrás de las infecciones respiratorias, las enfermedades diarreicas y las congénitas.

En el año 2000 escaló a la tercera causa y para el 2010, ya se había convertido en la segunda. Siete años más tarde, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasificó en el primer lugar.

Aproximadamente, 40 millones de estadounidenses mayores de 16 años han sido diagnosticados con un trastorno de ansiedad y casi el 10 por ciento informan que es un malestar mental frecuente.

(Foto: Freepik)

La tecnología ha avanzado mucho pero no ayuda a tener una buena salud

Aunque la tecnología ha avanzado tanto, no nos cuidamos como quisiéramos y el autor del libro indica que no hemos estado a la altura de los retos que plantea el ser humano en el mundo moderno.

Cada paso delante de la tecnología ha dado lugar a retos mentales y sociales cada vez mayores, pero ni la cultura ni la mente se han ajustado con la rapidez suficiente ni de un modo efectivo capacitador. Como resultado de la tecnología, todos nos vemos expuestos a una dieta constante de horror, drama y críticas. Además, muchos de nosotros nos sentimos abrumados y amenazados por la rapidez con la que suceden los cambios.

(Foto: Freepik)

Un ejemplo que se plantea en el libro es que apenas hace unas décadas, los niños podían correr y jugar con libertad, de modos que ahora podrían provocar denuncias por ponerlos en peligro. Es decir, la tecnología y la globalización han vuelto a las personas ‘frágiles’.

La flexibilidad psicológica puede ayudar a afrontar nuevos retos

Steven C. Hayes señala en su libro que después de haber estudiado cientos de investigaciones junto con colegas, encontró que la flexibilidad psicológica puede jugar un papel clave en las personas.

La flexibilidad psicológica es la capacidad de sentir y de pensar con apertura mental, de asistir voluntariamente a la experiencia del momento presente y de avanzar en las direcciones que son importantes para nosotros, al tiempo que forjamos hábitos que nos permiten vivir de un modo congruente con nuestros valores y aspiraciones. Se trata de aprender a no evitar lo que nos resulta doloroso y a aproximarnos al sufrimiento, para poder vivir una vida llena de sentido y de propósito.

La flexibilidad psicológica nos permite acércanos al malestar y a la inquietud con apertura, curiosidad y amabilidad. Se trata de observar, sin juzgar y con compasión, las facetas de nosotros mismos y de nuestra vida que nos duelen, porque las cosas que nos pueden causar el dolor son, con frecuencia, las que más nos importan. Los sistemas de defensa más tóxicos ocultan los anhelos más profundos y las motivaciones más potentes.

La mente y los pensamientos son fundamentales para una vida sana

Para finalizar, el libro dice que la investigación que ayudó a escribir el texto señala que debemos cuestionarnos y reestructurar nuestros pensamientos. En paralelo, la psiquiatría ha promovido la idea de que debemos tratar una serie de trastornos psicológicos como si fuera el rostro de una enfermedad oculta. Eso con la intención de descubrir qué es lo que causa esas enfermedades, sin embargo, hoy en día desconocemos las causas de todos los trastornos mentales de los que oímos hablar.

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