El exigente ritmo de los empleos y la alta demanda de los jefes a los trabajadores pueden hacer que estos sufran el síndrome del burnout y dejen de rendir como cuando estaban en sus máximas condiciones.
¿Qué es el síndrome del Burnout?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el Síndrome del Burnout como una enfermedad laboral que provoca detrimento en la salud física y mental de los individuos y señala que:
“El agotamiento es un síndrome conceptualizado como resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito. Se caracteriza por tres dimensiones:
+ sentimientos de agotamiento o agotamiento de energía;
+ mayor distancia mental del trabajo de uno, o sentimientos de negativismo o cinismo relacionados con el trabajo de uno; y
+ eficacia profesional reducida"
Por su parte, la maestra Alejandra Apiquian Guitart, quien es Coordinadora de Psicología Laboral en la Universidad Anahuac del norte, indica en su artículo "El Síndrome del Burnout en las empresas" que si bien no existe una definición unánimemente aceptada sobre burnout, parece haber consenso en que se trata de una respuesta al estrés laboral crónico, una experiencia subjetiva que engloba sentimientos y actitudes con implicaciones nocivas para la persona y la organización.
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¿Cómo combatir el Burnout?
Lo primero que puedes hacer es reconocer los síntomas: Pueden ser quejas de clientes, discusiones con compañeros de trabajo, que se demuestre baja productividad, participar en acoso o acosar en el lugar de trabajo y gritar en reuniones o llamadas.
Se puede tratar de problemas personales o de un descontento en el ambiente laboral, por lo que hay que hablar con alguien al respecto para saber qué es lo que está pasando.
Otro punto importante es que si tú como empleador inviertes en algo más que el examen psicométrico que se les realiza a las personas que vas a contratar, te puedes dar cuenta de muchas cosas y actuar en pro de ellos para que el rendimiento sea el adecuado y tus números crezcan.
Una evaluación continua y automatizada brinda a los líderes empresariales la visión de algunos de los eventos externos de la vida a los que la mayoría de los empleadores no pueden ver, dejándoles ver y, si es posible, intervenir.
Después viene el ambiente laboral: Hay que crear un ambiente laboral abierto donde todos estén contentos y rindan a su máximo.
Lamentablemente muchas empresas se fijan nada más en los resultados y no se preocupan por el bienestar de las personas que laboran en ellas, corriéndolas incluso cuando empiezan las quejas sin sentarse a escuchar a esa persona para ver cómo se puede mejorar la situación.
Se tiene que cambiar la cultura laboral. "Tolerancia a la frustración" ni siquiera debería ser un requisito para postularse a un empleo.
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Escuchar a los trabajadores, prestar atención a sus necesidades, considerar a todos en la toma de decisiones y crearles un entorno ameno resultará en un "ganar-ganar": las empresas se evitarán problemas y los empleados se sentirán tan a gusto con lo que están haciendo que rendirán a su máximo nivel, mejorando la productividad y la calidad de sus entregas.
Ahora bien, por el lado de los trabajadores, de vez en cuando es necesario "desenchufarse". Que los tiempos de descanso en verdad sean de descanso, sin revisar redes sociales, sin contestar llamadas o mensajes y sin revisar el correo.
Lo sabemos: a veces no es posible, pero darse un tiempo para sí mismos puede traer buenos resultados. Se relaja el cuerpo y se relaja la mente, haciendo que cuando se empiece una nueva semana, se inicie con la energía a tope y los ánimos renovados de saber que durante esas 24 horas hiciste lo que querías hacer, estuviste con quien querías estar y dormiste lo suficiente como para estar relajado para enfrentar otra jornada laboral.
Con información de OMS, "El Síndrome del Burnout en las empresas", Credit Union Times, livechatinc.com