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¿Cómo afecta el estrés a la piel?

El estrés además de agotamiento mental puede generar problemas en tu piel.

Escrito en MENTE SANA el

El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional que puede provenir de cualquier situación o pensamiento que te haga sentir frustrado, furioso o nervioso. El estrés es la reacción del cuerpo a un desafío o demanda, desafortunadamente muchas personas viven con este sentimiento, pero ¿sabes cómo afecta el estrés a la piel? A continuación te lo diremos.

De acuerdo a datos de la Secretaría de Salud, en México aproximadamente 18.4 millones de personas viven con estrés.

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¿Cómo afecta el estrés a la piel?

De acuerdo con un estudio publicado en el The Journal of Clinical and Aesthetic Dermatology, encontró que el 41 por ciento de los adultos reportaron haber notado que el acné aparecía en periodos de mucho estrés o ansiedad.

El estrés puede causar muchos problemas de la piel, pero el acné es de los más comunes.

Pero no es el estrés en sí lo que produce el acné, lo que está detrás de eso es el cortisol, que se ve alterado por el estrés y, al elevar sus niveles, afecta las glándulas del sebo en la piel y provoca que se tapen los poros. En pocas palabras, produce sebo en exceso, eso tapa los poros y resulta en la aparición de granos.

En segundo lugar, el estrés causa inflamación en el cuerpo, esto afecta la piel y hace que el problema de acné empeore, y afecta también tu sistema inmune, lo que daña la habilidad de tu cuerpo de combatir el acné por sí solo. Finalmente, el estrés también puede llevarte a tocar tu cara más veces de lo normal. Lo que lleva a la acumulación de suciedad y bacterias.

(Foto: pixabay)

Envejecimiento prematuro 

Pero no sólo por esto el cortisol es el principal responsable de que el estrés se convierta en el enemigo número uno de la piel. La producción de esta hormona provoca que se descomponga el colágeno y la elastina a un ritmo mucho mayor del correspondiente de forma natural, lo que da como resultado la aparición temprana de arrugas y líneas de expresión. Además, la ansiedad también hace que se destruya el ácido hialurónico y daña el ADN celular, afectando, de forma concreta, a la parte encargada de controlar el envejecimiento de las células. Esto hace que mueran, se dañen más rápidamente o que sus procesos de renovación celular se vean ralentizados y la piel tenga aspecto apagado y mucho más envejecido.

(Foto: pixabay)

Deshidratación y sequedad

Esta es la consecuencia más grave de la ansiedad para la piel, sobre todo porque en torno a ella se construye una especie de círculo vicioso. Y es que, la deshidratación no solo empeora esas inflamaciones de la piel, sino que también es uno de los desencadenantes directos del envejecimiento, pues un rostro seco pierde su jugosidad, volviéndose flácido y tirante en algunas zonas, haciendo que las líneas de expresión se marquen de forma inevitable. Esto se debe a que cuando sufrimos estrés de forma continua, este ralentiza la circulación sanguínea, lo que provoca que no llegue a la dermis la cantidad de nutrientes que necesita para mantenerse sana, joven y húmeda. A su vez, el agua en la piel se evapora con mayor facilidad y termina destruyéndose esa barrera hidrolipídica que evita que la piel se deshidrate y la protege contra los agentes externos.

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(Con información de: La Vanguardia, la razón, GQ y haber bazar)