El apego es una relación emocional especial que implica un intercambio de comodidad, cuidado y placer. John Bowlby es el padre de la teoría del apego y ésta es la definición que dio:
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Para Bowlby las experiencias tempranas en la infancia eran importantes porque influenciaban el desarrollo y comportamiento en la edad adulta. Los estilos de apego se caracterizan por las diferentes formas de interacción y comportamiento en las relaciones interpersonales.
En la infancia, el apego está centrado en cómo los hijos y los padres interactúan, en la adultez, se asocia con las relaciones románticas. Se reconocen cuatro tipos de apego principales; te explicamos cuáles son.
¿Qué es el apego en psicología?
Bowlby pensaba que el apego tenía un componente evolutivo pues los humanos tienen una propensión a establecer fuertes vínculos emocionales con individuos particulares. “Es un componente básico de la naturaleza humana”.
(Foto: Pixabay)
Hay cuatro características distintivas del apego:
- Mantenimiento de proximidad: El deseo de estar cerca de las personas a las que estamos apegados.
- Refugio seguro: Volver a la figura de apego para mayor comodidad y seguridad frente a un miedo o amenaza.
- Base segura: La figura de apego actúa como una base de seguridad desde la cual el niño puede explorar el entorno circundante.
- Angustia por separación: Ansiedad que ocurre en ausencia de la figura de apego.
Asimismo, existen tres proposiciones clave en la teoría del apego.
- Cuando los niños son criados con la seguridad de que su cuidador primario está disponible para ellos, tienen menos probabilidad de experimentar miedo
- La confianza se crea durante un periodo crítico del desarrollo durante los años de la infancia y adolescencia. Las expectativas formadas durante ese periodo tienden a permanecer estáticas durante toda la vida.
- Estas expectativas que se forman están directamente ligadas a la experiencia. En otras palabras, los niños desarrollan expectativas de que sus cuidadores responderán a sus necesidades porque, en su experiencia, sus cuidadores han sido receptivos en el pasado.
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Tipos de apego: estos son los principales
La psicóloga Mary Ainsworth amplió la investigación de Bowlby y tras varios estudios que involucraron la observación de niños entre 18 meses y 12 años, concluyó la existencia de cuatro estilos de apego. Muchos estudios subsecuentes han reafirmado la noción de que los estilos de apego pueden predecir los comportamientos a lo largo de la vida.
- Apego seguro
- Apego ambivalente
- Apego evitativo
- Apego desorganizado inseguro
Apego seguro
Los niños con apego seguro se alteran cuando sus cuidadores no están y se alegran cuando regresan. Cuando se asustan, estos niños buscan el consuelo de su padre o cuidador. Los niños con apego seguro aceptan fácilmente el contacto iniciado por el progenitor y reciben el regreso de éste con un comportamiento positivo.
Aunque estos niños pueden ser consolados hasta cierto punto por otras personas en ausencia de sus padres o cuidadores, prefieren a sus padres antes que a los extraños. Los padres de niños con apego seguro tienden a jugar más con sus hijos, reaccionan con mayor rapidez a las necesidades de sus hijos y son más receptivos a ellos.
Los estudios han demostrado que los niños con apego seguro son más empáticos durante las últimas etapas de la infancia y son descritos como menos perturbadores, menos agresivos y más maduros.
En la edad adulta, las personas con apego seguro tienden a tener relaciones de confianza y a largo plazo. Otras características clave de los individuos con apego seguro son tener una alta autoestima, disfrutar de las relaciones íntimas, buscar apoyo social y la capacidad de compartir sentimientos con otras personas.
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Apego ambivalente
Los niños con apego ambivalente tienden a sospechar mucho de los extraños. Tienen una angustia considerable cuando se separan de su cuidado pero no se sienten tranquilos o reconfortados cuando regresan. En algunos casos, el niño puede rechazar pasivamente al progenitor negándose a consolarlo o puede mostrar abiertamente una agresión directa hacia él.
En la edad adulta, las personas con apego ambivalente suelen ser reacias a acercarse a los demás y les preocupa que su pareja no corresponda a sus sentimientos. Esto conduce a frecuentes rupturas, a menudo porque la relación se siente fría y distante. Estos individuos se sienten especialmente angustiados tras el fin de una relación.
Apego evitativo
Los niños con estilos de apego evitativo tienden a evitar a sus cuidadores. Sobre todo cuando hay un periodo de ausencia. Los niños no rechazan la atención del padre pero tampoco buscan consuelo o contacto y tampoco muestran ninguna preferencia entre un progenitor y un completo desconocido.
En la edad adulta, las personas con apego evitativo tienden a tener dificultades con la intimidad y las relaciones cercanas. Estas personas no invierten mucha emoción en las relaciones y experimentan poca angustia cuando una relación termina.
A menudo evitan la intimidad utilizando excusas. Los adultos con un estilo de apego evitativo son más tolerantes y propensos a mantener relaciones sexuales casuales y si tienen pareja no le dan suficiente apoyo y son incapaces de compartir sentimientos, pensamientos y emociones con la pareja.
Apego desorganizado inseguro
Los niños con un estilo de apego desorganizado-inseguro presentan una falta de comportamiento de apego claro. Sus acciones y respuestas a los cuidadores varían entre la evitación y la resistencia. Estos niños muestran un comportamiento aturdido, a veces parecen confundidos o aprensivos en presencia de un cuidador.
Un comportamiento inconsistente por parte de los padres puede contribuir a este tipo de apego. Cuando los padres actúan como una figura de miedo y seguridad, hacen que el niño se sienta reconfortado y asustado por el padre.
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(Con información de VeryWell Mind)