La ansiedad y los altos niveles de estrés pueden ser detonantes de los pensamientos catastrofistas. Vivir bajo cualquiera de estos estados nos hace más vulnerables a pensar que lo peor va a suceder, pero debemos, por nuestro bien, saber cómo frenar estas ideas.
¿Cómo se relaciona la ansiedad con los pensamientos catastrofistas?
La ansiedad nos lleva a vivir en escenarios futuros, mientras que perdemos el suelo del presente. Generalmente esta condición se asocia con una perspectiva negativa del porvenir, por lo que la angustia puede volverse una constante en las personas que sufren cuadros graves de este padecimiento.
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El trastorno de ansiedad generalizada es uno de los estados más fuertes de esta condición, que hasta cierto grado se le puede considerar normal.
De acuerdo con Mayo Clinic, uno de los principales síntomas del trastorno de ansiedad generalizada es, precisamente, el de manifestar una aguda preocupación hacia diferentes áreas de la vida.
Sin embargo, no hay que ir tan lejos: todos somos propensos a los pensamientos catastrofistas. Como ya se decía, un momento de estrés cotidiano puede ser detonante suficiente para que se piense en que algo malo va a suceder.
Los pensamientos catastrofistas afectan nuestra salud mental
Mayo Clinic aclara también que los pensamientos de este tipo pueden afectar seriamente a nuestra vida laboral, de pareja y familiar. Es ahí cuando hay que acudir con un especialista.
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¿Qué hacer ante este tipo de pensamientos?
Lo primero es valorar qué tanto nos están afectando estos pensamientos. Hay técnicas sencillas que pueden brindar una importante ayuda en este sentido, pero si notamos que esto se manifiesta continuamente, lo más recomendable es consultar a un especialista.
Por el momento te presentamos las 4 maneras en que podemos hacerle frente a los pensamientos catastrofistas, según Patricia Riddell, profesora de neurociencia aplicada de la Universidad de Reading.
1. Toma decisiones por la mañana
Conforme a lo mencionado por la especialista para The Conversation, los seres humanos tendemos a pensar en el futuro durante la noche. Esto hace que nuestra parte racional disminuya y la parte emotiva aumente su actividad.
En conjunto, esto nos puede llevar a padecer de insomnio. Por ello, lo recomendable es cuidar nuestro sueño y evitar caer en este círculo vicioso. El mejor momento para tomar decisiones es la mañana.
2. Evita ser duro contigo
La especialista nos hace ver que muchas veces nos tratamos a nosotros mismos como no lo haríamos con otras personas. Esto, en suma, hace que seamos duros con todo lo que nos corresponde. Hay que ser conscientes del lenguaje que usamos para dirigirnos a nuestra propia persona.
3. Piensa que algo mejor puede suceder
Otro importante ejercicio que podemos poner en práctica desde ya. En vez de dejarnos llevar por los pensamientos catastrofistas, hay que dirigir nuestra energía mental hacia escenarios mejores.
4. Sé amable contigo
Una vez que dejamos que ser duros con nosotros, lo que sigue es mejorar el trato que nos brindamos.
Ser amables con nosotros mismos puede marcar una diferencia enorme en este proceso y, además, nos puede ayudar a tener una mejor administración de nuestras emociones al tiempo que reducimos el estrés, menciona el Dr. Neff para The Healthy.
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(Con información de Mayo Clinic, The conversation y The Healthy)