Cada año, el 1 de enero se presenta como un momento ideal para empezar nuevos hábitos o dejar atrás los negativos. Los propósitos de Año Nuevo son una tradición con la que las personas suelen prometerse cambios y renovaciones (como bajar de peso, dejar de fumar o empezar a hacer ejercicio). Pero, ¿es realmente este día un buen momento para hacerlo? En realidad, sí.
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La importancia de fechas como el 1 de enero
Un estudio de Hengchen Dai titulado 'El Efecto de un Nuevo Comienzo' muestra que estos hitos temporales, como el primer día del año, un cumpleaños o hasta el inicio de un nuevo ciclo escolar, pueden ser momentos en los que nos mentalizamos para cumplir distintos propósitos.
Una de las ventajas de hacerlo en estas fechas está en crear distancia entre el presente y el pasado. Dai y su equipo señalan que los nuevos períodos de lo que llaman “contabilidad mental”, marcados por fechas como el 1 de enero, proporcionan distancia psicológica de las imperfecciones pasadas de una persona. Esto puede animarnos a adaptar nuestro comportamiento para coincidir con una nueva imagen de nosotros mismos.
Wendy L. Bartlett explica en Psychology Today que los rituales colectivos, como las resoluciones de Año Nuevo, satisfacen la necesidad humana de encajar y sentirse respaldado. Sin embargo, este impulso social no siempre se traduce en éxito, ya que los beneficios pueden desaparecer rápidamente cuando la motivación inicial disminuye.
No hay mal día para empezar
Entonces, ¿qué podemos hacer para asegurar el éxito de nuestras metas? Es bueno comenzar el 1 de enero, pero el 2 de enero tampoco sería un mal día. De hecho, no hay mal momento para iniciar. Lo importante es no depender solamente de la motivación inicial. Aquí algunos consejos:
- Establece metas específicas y alcanzables, en lugar de objetivos vagos
- Incorpora el nuevo hábito a uno que ya hayas establecido, como una forma de “apilar” los buenos hábitos
- Haz la experiencia agradable y divertida. Optimiza las circunstancias para que ese hábito sea algo que te guste hacer.
En lugar de esperar al 1 de enero para empezar a trabajar en nuevos hábitos, los expertos sugieren que lo más importante es actuar en el momento adecuado, impulsado por razones personales profundas. Ya sea en enero, en un cumpleaños o cualquier otro día, lo esencial es identificar las motivaciones correctas y estar dispuesto a tomar acción de inmediato. Si fracasas, no te desanimes. La perseverancia es clave en el proceso de cambio, y siempre puedes intentar de nuevo, independientemente de la fecha.
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