Apoyo, compañía, soporte, confianza, respeto, empatía, entendimiento, alegría, sinceridad, prioridad, estabilidad son algunos elementos que esperamos recibir de nuestra familia. Ese círculo de apoyo que nos cuidó, protegió y procuró bienestar a lo largo de nuestro desarrollo. Sin embargo, así como cambiamos físicamente y mentalmente, nuestras relaciones familiares también lo hicieron. En la infancia, la adolescencia o la adultez probablemente las virtudes que encontramos en nuestros familiares desaparecieron.
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Desacuerdos o conflictos intervinieron en la relación pasada, presente y futura. A comparación de una ex pareja o un ex amigo, cuando tenemos una relación poco saludable con algún familiar es más probable que nos enfrentemos a situaciones que nos obliguen a relacionarnos nuevamente. Ejemplo de ello son las fiestas navideñas mediante cenas, posadas, intercambios o celebraciones de fin de año. Entre los abrazos, los buenos deseos y las esperanzas, el dolor de la herida familiar está presente.
¿Cómo mejorar la convivencia familiar en estas fiestas decembrinas o cualquier otra época? ¿Cómo poner límites a familiares? ¿Qué hacer para tener una mejor convivencia familiar? Son algunas preguntas a las cuales obtendrás respuesta si continúas leyendo esta nota. Esta información no sólo te servirá para estas fiestas decembrinas, también te ayudará en diversas celebraciones donde debas enfrentarte a un ambiente familiar poco saludable.
¿Qué recomendaciones realizar para mejorar la convivencia familiar?
Libella Psicología detalla que la familia es una institución relevante, pues es el principal núcleo donde las personas se constituyen y forman como personas. La familia está constituida por todas las personas que crecen en ella, entendiéndose como una totalidad, un sistema abierto. Debido a la constante convivencia, cada miembro de la familia está interconectado, por lo cual, cada comportamiento influye en ellos. Como todas las relaciones personales, existen conflictos, afectando la convivencia familiar.
De acuerdo con abc, vivir en un ambiente familiar estable y sano permite a las personas ser seguras, amables, respetuosas, capaces de relacionarse y desarrollarse en diversos ámbitos así como tener confianza en sí mismo. Gritos, peleas, falta de diálogo, desorden, insultos, desinterés y no respetar loes espacios, pertenencias y tiempos cada miembro puede dificultad la convivencia familiar.
Esta convivencia familiar también puede verse impactada por las fiestas navideñas. Debido a cuestiones políticas, herencias, preferencias, préstamos, entre otras situaciones, las relaciones familiares pueden ser menos cordiales, explica Protocolo 3. A ello se le añade las comidas abundantes, el consumo de alcohol y otros estímulos que podrían desencadenar discusiones y disputas por problemas que están presentes. Por lo cual, las personas deben buscar estrategias que les permitan una convivencia familiar saludable en fiestas navideñas, sea tras la resolución de conflicto o el establecimiento de límites.
Escuela de Posgrado de Psicología y Psiquiatría destaca que el conflicto en la convivencia familiar es inevitable, pues existen personas con distinta personalidad, edad, intereses y formas de convivir. La clave más allá de quitar el conflicto en la relación, es prevenir la agresividad que impulse el crecimiento del conflicto. En este caso, deben gestionarse de manera asertiva los problemas. El portal recomienda las siguientes acciones para hacerlo durante estas fiestas navideñas o en cualquier otra época:
- Marcar límites en familia: pensar previamente cómo queremos actuar ante situaciones conocidas. En caso de que no pueda establecerse un límite, deberá evitarse involucrarse en el tema
- Respetar a cada integrante de la familia: evitar imponer alguna idea o tratar de cambiar a un familiar. En lugar de ello, aprender a respetar gustos e intereses, aceptando cómo es la persona. Si la persona sobrepasa tus límites, no es necesario mantener la relación
- Evitar tomarse las cosas personales: reflexionar sobre la gestión emocional de cada persona y evitar caer en el juego, sino responder de manera asertiva y sin violencia
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