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Un implante cerebral la salvó de la depresión, ¿cómo?

La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo y puede convertirse en un problema de salud serio.

Escrito en MENTE SANA el

Una publicación de la BBC comparte la historia de Sarah, una mujer de 36 años y cómo era su día a día hasta hace poco más de un año cuando la depresión la había afectado tan severamente que su agotamiento era inminente. Conoce su historia y cómo un implante cerebral pudo cambiar totalmente su vida.

En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo y puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave, y puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales, escolares y familiares:

{"field1":"\"En el peor de los casos puede llevar al suicidio. Cada año se suicidan cerca de 800 000 personas, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años\".","field2":""}

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Un implante cerebral la salvó de la depresión: conoce la historia de Sarah

Luego de intentar con numerosos tratamientos que incluían pastillas y hasta terapia de electrochoque, nada parecía funcionar como cuenta Sara:

{"field1":"“Cuando estaba en lo más hondo de la depresión todo lo que veía era feo. Mi vida diaria se había vuelto limitada. Me sentía torturada cada día. Apenas me movía o hacía alguna cosa”.","field2":""}
 

La desesperación hizo que la mujer agotara todas las opciones posibles de tratamiento y fue entonces que surgió la alternativa de algo distinto, una solución experimental que nunca antes había sido empleada en el mundo y que hasta el momento solamente ha sido probada con Sarah.

Los expertos le explicaron a Sarah que sería necesario colocarle un dispositivo eléctrico en su cráneo, el cual se conecta con conecta con cables a su cerebro para poder detectar y tratar su depresión severa.

¿Una cirugía?

A la mujer le sorprendió la alternativa pues una cirugía de esa magnitud podría sonar aterradora, sin embargo, Sarah buscaba cualquier tipo de alivio que mejorara la “oscuridad” en la que sentía, estaba su vida hundida en la depresión.

Los pensamientos suicidas desaparecieron…

Así, la intervención requería insertar una cajita que contenía una batería y un generador de impulsos eléctricos en el cuero cabelludo, posteriormente se tenían que abrir pequeños agujeros en su cráneo para colocar los cables que darían seguimiento y estimularían su cerebro.

El procedimiento requirió de todo un día de trabajo. Se hizo utilizando anestesia general, por lo que Sarah estuvo inconsciente todo el tiempo y cuenta que al despertar, estaba eufórica:

{"field1":"“Cuando el implante fue activado por primera vez, mi vida dio un vuelco de inmediato. Mi vida volvió a ser placentera. A las pocas semanas, los pensamientos suicidas desaparecieron”.","field2":""}

Depresión y salud física

La OMS también refiere que la depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos:

{"field1":"\"Quienes han pasado por circunstancias vitales adversas (desempleo, luto, traumatismos psicológicos) tienen más probabilidades de sufrir depresión. A su vez, la depresión puede generar más estrés y disfunción, y empeorar la situación vital de la persona afectada y, por consiguiente, la propia depresión\".","field2":""}

Hay relaciones entre la depresión y la salud física; así, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares pueden producir depresión, y viceversa.

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Finalmente, pasado ya un año, Sarah continúa con una buena salud física y mental, no padece efectos secundarios y le alegra haber salido de la depresión:

{"field1":"“Este dispositivo ha mantenido mi depresión a raya, permitiéndome ser la mejor versión de mí misma y reconstruir una vida que merece la pena”.","field2":""}

Con información de: BBC y Organización Mundial de la Salud