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Las pacientes de cáncer cervicouterino son su razón de ser

La doctora e investigadora Lucely del Carmen Cetina Pérez fundó y dirige el programa MICAELA en el INCan

Escrito en LÍDERES DE LA SALUD el

El fallecimiento de sus padres cuando cursaba sus especialidades la hizo dudar en algún momento si quería estudiar oncología; su mamá murió de cáncer. La doctora Lucely del Carmen Cetina Pérez hoy es oncóloga médica y fundadora y directora del programa de Modelo de Atención Integral para Cáncer Cervicouterino Localmente Avanzado y Avanzado (MICAELA) en el Instituto Nacional de Cancerología (INCan).

“Eso me sacudió mucho, pero logré entender que una de las enfermedades más difíciles de tratar es precisamente el cáncer y lo que yo quería hacer era tratar este padecimiento y ayudar a las personas”, detalla

Su camino hasta su puesto actual ha sido accidentado; ella lo llama “golpeado”, pero no se arrepiente, pues en el panorama de las pacientes con cáncer cervicouterino todavía hay mucho por hacer.

“Estar cerca de ellas, apoyarlas en todos los sentidos ha sido la mejor experiencia que puedo tener y lo volvería a hacer pese a todo lo difícil que ha sido, porque ellas (las pacientes) me mueven, me impulsan y quiero hacer más porque todavía nos falta, porque todavía es una enfermedad con mucha prevalencia en nuestro país y que desafortunadamente afecta a mujeres de muy escasos recursos, a mujeres indígenas”, menciona la especialista en entrevista para SuMédico.

En México se presentan entre 4 mil y 6 mil casos de este tipo cáncer al año y cada día fallecen entre 11 y 13 pacientes, informó la especialista.

 

Foto proporcionada por la doctora Lucely del Carmen Cetina Pérez

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La sub-atención de las pacientes, su primer impulso

“Mi interés por las pacientes con cáncer cervicouterino empezó desde que tenía noción de la medicina. Soy de Campeche y para poder estudiar medicina a la altura, tuve que ir a la ciudad de Mérida para empezar mis estudios de medicina. Enfrente de la facultad había un hospital, que es el “Centro Anticanceroso”, así se llama. Todos los días, terminando mis actividades académicas, me cruzaba a ese centro. Ahí nació mi gran pasión por las pacientes con cáncer y especialmente por las que tienen cáncer cervicouterino”, detalla Cetina Pérez.

Tras cursar su maestría en la UNAM y el doctorado en la UAM, la oncóloga recuerda que en su etapa de estudiante las pacientes con cáncer de cérvix estaban muy “olvidadas”, pues no se contaba con los tratamientos necesarios y adecuados para su atención.

“Se carecía mucho de radioterapias, de terapias… en aquella época, 1994 hasta el 2000, aproximadamente, no había mucho que ofrecerle a las pacientes, entonces las que tenían cáncer cervicouterino abundaban en ese tiempo en nuestro país”, explica la experta

La doctora explica que el sur de la república, especialmente Campeche, que es de donde viene, y los estados de Yucatán y Quintana Roo, son muy endémicos de cáncer cervicouterino y lo eran en mayor medida en los años en los que ella se formaba.

“Estamos hablando de 1994 y 2001, que es cuando terminé la carrera. En todo ese tiempo me dediqué a las pacientes con cáncer cervicouterino. En ese entonces ya tenía publicaciones como licenciada en medicina, cinco de ellas, y desde ahí nació la pasión por este tipo de pacientes”, comenta la especialista.

Su trayecto continuaría en la Ciudad de México, dentro del Instituto Nacional de Cancerología, donde el doctor Alfonso Dueñas la invitó a participar en su grupo, lo cual aceptó con mucho gusto.

“Ocurrió cuando vieron mi currículum. Eso me permitió estar muy cerca de las pacientes con cáncer cervicouterino. Desde que era residente me dedicaba a las pacientes, especialmente a las que tenían cáncer cervicouterino y desde entonces me dedico a hacer arte, ciencia, tratamientos y a atenderlas lo más humanamente posible, tratando de buscar alternativas del mejor tratamiento que pudieran tener las pacientes para incrementar su supervivencia”, enfatiza Cetina Pérez.

En 2000-2001, cuando la doctora empezaba la carrera de oncología, a nivel mundial salieron cinco o seis estudios que impulsaban la supervivencia de las pacientes con cáncer cervicouterino con la combinación de quimioterapia y radioterapia. Desde ahí nació una carrera que lleva aproximadamente hasta la fecha, 23 años.

“Se han creado múltiples estudios nacionales e internacionales dedicados a las pacientes con cáncer cervicouterino. Tratamos de darles los mejores tratamientos que hay, no solo a nivel nacional, sino a nivel mundial”, apunta

Foto proporcionada por la doctora Lucely del Carmen Cetina Pérez

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La lucha por un mejor futuro de las pacientes:

“Decidí hacer medicina interna, vine aquí a la Ciudad de México y hubo problemas porque durante mi carrera mis padres fallecieron. Hubo que luchar mucho para poder estudiar, para poder defender mi carrera y para poder salir adelante. Era difícil, pero no imposible, entonces hice medicina interna en el Hospital Juárez de México durante cuatro años y después oncología médica en el Instituto Nacional de Cancerología. Luego vinieron la maestría y el doctorado”, rememora Cetina Pérez.

La doctora estuvo trabajando en la clínica de cáncer de cérvix con los doctores Alfonso Dueñas y Jaime de la Garza, quien en noviembre de 2014 fue distinguido por el Senado de la República por sus aportaciones en el tratamiento del cáncer con quimioterapia.

“Trabajé exclusivamente en este tipo de pacientes durante más de 15 años hasta que empecé a involucrarme también con otros tipos de neoplasias de la mujer, pero mi fuerte, mi pasión, sigue siendo la línea de investigación por las pacientes con cáncer cervicouterino”, detalla.

“Actualmente, Cetina Pérez tiene más de 70 publicaciones, el programa MICAELA, alumnos formados, más de 20 alumnos de maestría, de doctorado, de licenciatura y al mismo tiempo, ha representado a nivel nacional e internacional las líneas de investigación”

En 2013 salió un nuevo medicamento para pacientes con este tipo de cáncer a nivel internacional que había sido aprobado por la FDA, incluso, pero en México no llegaba a sus pacientes ya que no tenía acceso en el Seguro Popular, por lo que la oncóloga decidió que se tenía que hacer algo al respecto.

“Empezamos a luchar junto con organizaciones de la sociedad civil, me comencé a acercar un poco más a la Cámara de Diputados, tratando de luchar por las pacientes. Pasamos de 2013 a 2016 sin poder lograrlo, hasta que en 2017, después de trabajar mucho con la diputada Lucely Alpízar y el licenciado Fernando Gil y sus asesores, quienes nos impulsaron muchísimo para abrir el programa de Modelo de Atención Integral para Cáncer Cervicouterino Localmente Avanzado y Avanzado (MICAELA) junto con nuestro director, el doctor Abelardo Meneses, logramos darle vida a MICAELA”, confiesa la especialista.

Las pacientes, su motor:

Cuando te apasiona algo, es difícil que no se note. La doctora Cetina Pérez encontró en las pacientes su motor y todo lo que ha hecho, ha sido por ellas.

“Lo que siempre me ha movido son las pacientes con cáncer cervicouterino. Todo lo que hemos hecho, al final, pese a que el camino ha sido “golpeado”, ha sido por ese panorama de las pacientes con cáncer cervicouterino que veía y que se repitió mientras hice medicina interna, mientras hacía la subespecialidad.

“Es un problema de salud donde hay mucha inequidad, mucha desigualdad en todos los sentidos y muchos tabúes sociales. Las mujeres que lo tienen son muy señaladas por tener esta enfermedad, incluso las que sobreviven siguen siendo señaladas, lo cual es inaudito, no lo puedo permitir, porque no es culpa de ellas tener este cáncer ni tampoco es culpa de ellas que hayan sido infectadas”, añade Cetina Pérez.

Nadie es profeta en su tierra:

Asegura que hay reconocimiento internacional a su trabajo. “Me siento muy reconocida y querida a nivel internacional. Duele decirlo, pero a veces no somos tan queridos en nuestra tierra, pero a nivel internacional nos toman mucho en cuenta para guías de tratamiento, de manejo del cáncer cervicouterino, para proyectos de investigación. Ese ha sido el parteaguas para continuar”, indica la oncóloga médica, quien remata:

“Todos los estudios que tengo, el cambiar todo esto de la inequidad, la desigualdad, los tabúes sociales generados por esta enfermedad… las pacientes que tienen cáncer cervicouterino me han empujado. No me han exigido, pero toda esa preparación que hemos tenido, al final ha sido por ellas… y lo seguiré haciendo”