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Hay más muertes por maternidad en México

En México, en los últimos años repuntó el número de mujeres que mueren a causa del embarazo; falta más atención reconocen autoridades de salud.

Escrito en SOY MAMÁ el

En los últimos años, el rostro de la muerte lo mismo unió el destino de las indígenas pobres de siempre que el de las adolescentes embarazadas, con el de las profesionistas de más 35 años y con el de aquellas que dan todo por embarazarse, aún a pesar de tener enfermedades terminales, como el cáncer o cardiopatías, a sabiendas de que arriesgaron su vida.

Actualmente, las mujeres ya casi no se quedan a parir ni a morir en sus casas. Ahora llegan a dar a luz a clínicas y hospitales. Sin embargo, el problema radica en que la mitad de las embarazadas en México sólo acuden una vez o ninguna al médico o se presentan hasta el último momento cuando ya tienen problemas graves.

Son en las clínicas y hospitales de salud pública, donde las autoridades reconocen que se debe trabajar para mejorar la atención médica hacia las embarazadas y así disminuir la mortalidad.

En los últimos 20 años, la mortalidad materna iba en descenso en México, hasta que en 2008 y 2009 las cifras volvieron a dispararse ligeramente. En especial, en 2009 en el que la influenza A H1N1 sumó víctimas entre las embarazadas.

En total, de acuerdo con cifras estimadas, el año pasado ocurrieron mil 235 defunciones maternas, de las cuales 207 fueron a causa de neumonías atípicas.

En años anteriores, la mortalidad materna asociada a enfermedades respiratorias agudas graves no rebasaba los 30 casos.

El gobierno se había comprometido en las metas del Milenio ante la ONU, a lograr que se redujera en México la tasa de mortalidad materna para 2015, a 22.5 muertes por 100 mil habitantes. Pero la meta está lejos de alcanzarse. Actualmente la tasa es de 59 muertes maternas cuando para estas fechas debería ubicarse en 40.

Falta mejorar atención

En el país, Campeche, Colima, Nayarit y Tabasco, no han registrado una sola muerte materna en su territorio en el último año, de acuerdo con cifras proporcionadas por Roberto Ruiz, responsable de la División de Gineco-Obstetricia y Perinatal del Instituto Mexicano del Seguro Social.

El funcionario médico del IMSS considera que a pesar de los esfuerzos gubernamentales se siguen muriendo mujeres debido a que existe un descuido por parte de ellas en la salud previa al embarazo. También, a que en el momento de ser atendidas en el parto existen algunas inconsistencias médicas en el manejo, o que después del alumbramiento también provocan alguna serie de fenómenos que hacen que la mujer tenga un desenlace fatal.

Con esto coincide Javier Mancilla, director del Instituto Nacional de Perinatología (INP) de la Secretaría de Salud (Ssa), quien dice que el problema de la mortalidad materna deriva en la calidad de la atención.

Para que el control de un embarazo sea adecuado, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), deben registrase al menos cinco consultas prenatales, y en México la mitad de las embarazadas no llegan ni a una, y la otra mitad llega a cumplir el requisito, pero con consultas de dudosa calidad, reconoce el director médico.

“No es suficiente que llegue el médico y sólo le diga a la mujer: cómo se siente, sino hay que hacer una exploración adecuada, hacer pruebas de que no haya infección de vías urinarias y que no haya diabetes. En fin, una serie de medidas que nos hacen reducir el riesgo de embarazos”, reflexiona.

La atención hacia las embarazadas, sigue cambiando, asegura Javier Mancilla. “Ya no se quedan en sus casas ni se mueren en los trayectos al hospital; ahora 86% son atendidas en alguna unidad médica, pero llegan en condiciones de gravedad y en algunas no las atienden adecuadamente”.

El problema, explica Patricia Uribe Zúñiga, directora general del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Ssa, es que algunos casos no se cumplen con el protocolo establecido por parte de los médicos en el manejo hospitalario de las embarazadas.

Por eso, desde el año pasado, recuerda que existe un convenio firmado desde la Presidencia de la República entre las diversas instituciones de salud para atender emergencias obstétricas, por lo que una mujer aunque no sea derechohabiente del IMSS, ISSSTE o Salud, tiene que ser atendida, sin costo alguno.

Sin embargo, admite, a veces las embarazadas son “peloteadas de una unidad médica a otra”, porque hay hospitales que no tiene la capacidad para atender ni a la madre ni al bebé.