El mayor estudio realizado hasta ahora sobre el impacto del tipo de parto mediante el que nace un bebé, confirmó que los bebés que nacen por cesárea tienen más microbios potencialmente peligrosos y resistentes.
Conoce las grandes diferencias en las comunidades bacterianas adquiridas por los bebés según el tipo de parto, de acuerdo a un estudio sobre el microbioma en recién nacidos publicado en la revista científica Nature.
Bebés que nacen por cesárea
Durante el nacimiento, adquirimos el conjunto de bacterias o microbiota que define en gran parte nuestra salud por el resto de nuestra vida.
Al pasar por el canal de parto en un parto vaginal, los bebés reciben un baño de millones de bacterias de sus madres.
Los microbios tanto intestinales como vaginales colonizan el cuerpo del recién nacido y se asientan en todos sus órganos para facilitar funciones clave como la digestión.
Este conjunto de bacterias hace también que el sistema inmune o las defensas del bebé, las cuales llegan al mundo sin memoria alguna, aprendan a distinguir los microbios benéficos de aquellos potencialmente peligrosos.
Por su parte, cada vez hay más estudios que confirman que los bebés que nacen por cesárea tienen un conjunto de bacterias o una microbiota muy diferente a la de los nacidos mediante parto vaginal.
También tienen un riesgo mucho mayor de sufrir enfermedades y complicaciones de salud a lo largo de su vida, como asma, alergias y obesidad. Se estima que tienen un 30% más de posibilidades de desarrollar estas patologías que los bebés nacidos por parto natural.
Para comprobarlo, se estudiaron muestras de microbiota de casi 600 bebés a lo largo de su primer año de vida y también las de 175 mamás.
Los resultados demostraron que los bebés que nacieron por parto vaginal reciben la mayor parte de sus bacterias de sus madres, adquiriéndolas a través del canal de parto.
En cambio, los bebés que nacen por cesárea sufren una interrupción en la transferencia de bacterias maternas y los microbios más abundantes en su cuerpo son los del ambiente hospitalario. Adquieren varias especies de bacterias potencialmente peligrosas y resistentes a antibióticos.
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Al respecto, Nigel Field, investigador del University College de Londres y coautor del reciente estudio, señala que “estos microbios son oportunistas, aunque no tienen por qué causar una infección, sí existe el riesgo si el sistema inmune del bebé está debilitado o si acaban en el órgano equivocado, como el torrente sanguíneo”.
Además, indica que los estudios revelaron que hasta el 80% de los nacidos por cesárea presenta estos microorganismos peligrosos.
“Estos microbios hospitalarios suponen el 30% del total tras una cesárea, pero solo el 10% tras un parto vaginal”, explica el investigador.
Otro de los factores que puede contribuir a que el bebé adquiera más bacterias peligrosas, es que a las madres se les suele ofrecer una dosis de antibióticos antes de la cirugía para evitar infecciones.
Cesárea solo cuando es necesaria
Actualmente, el número de cesáreas ha ido en aumento, se estima que del 2000 al 2015, el número de cesáreas creció al doble, lo que es mucho más de lo sugerido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Europa y América es donde se practican la mayor cantidad de nacimientos por cesárea en el mundo, pero los expertos señalan que solo debe hacerse en caso de emergencia, cuando es crucial para salvar la vida de la mamá y/o el bebé.
“Las cesáreas han aumentado en parte porque lo piden las madres, pero en general hay que defender el parto vaginal porque es mejor tanto para el niño como para la madre, que experimenta una recuperación mucho más rápida”, señala al diario El País, María Jesús Cancelo, vicepreseidenta de la Sociedad Española de Ginecología.
Recuerda, la cesárea solo debe hacerse en los casos en que sea absolutamente necesario, ya que un parto vaginal tiene muchas más ventajas.
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