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¿Las redes sociales son veneno? Repunta la anorexia por culpa de Instagram

Trastornos de conducta alimentaria, en aumento debido a la sobreexposición de los más jóvenes a través de las plataformas. La presión social y la distorsión de la realidad son las principales causas.

Escrito en FAMILIA el

El Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición ha determinado que las y los adolescentes están presentando una incidencia de desórdenes alimenticios y trastornos de conducta alimentaria. Los casos clínicos estudiados han denominado en específico a Instagram como un veneno.

Diversas voces expertas llevan alertando los últimos años sobre el repunte de la anorexia y otras patologías alimentarias por un culpable, las redes sociales. Actualmente las plataformas digitales y las redes sociales han presentado un gran impacto desfavorecedor en los más jóvenes, los cuales consumen cada vez con mayor intensidad.

Al verse expuestos al contenido al cual pueden acceder sin ninguna regulación están alterando drásticamente su estado de salud.  

¿Anorexia por culpa de Instagram?

Nutricionistas especializados y psicólogos expertos en trastornos de conducta alimentaria confirman el incremento en los últimos años de los casos de anorexia y otras patologías alimentarias por culpa de estas plataformas de exposición pública.

En lo que respecta al Hospital Infantil Universitario registró un 20% más de ingresos por trastornos alimentarios durante el año 2020, principalmente por anorexia nerviosa.

Foto: Pexels

¿Qué es la anorexia nerviosa?

La anorexia nerviosa es un trastorno de la alimentación caracterizado por un temor intenso de aumentar de peso, un rechazo a mantener un peso normal y una imagen del cuerpo distorsionada.

Las personas diagnosticadas con anorexia nerviosa tienen:

  • Una pérdida anormal del apetito por los alimentos.
  • Tratan de evitar comer.
  • Comen lo menos posible.

Foto: Pexels

¿Cuáles son los trastornos de la conducta alimentaria?

Los trastornos de la alimentación son afecciones graves que se relacionan con las conductas alimentarias que afectan negativamente la salud, las emociones y la capacidad de desempeñarte en áreas importantes de la vida:

  • La anorexia nerviosa.

El tratamiento para la anorexia suele llevarse a cabo mediante un abordaje en equipo, que incluye médicos, profesionales de salud mental y dietistas, todos con experiencia en trastornos de la alimentación. La terapia permanente y la educación sobre nutrición son muy importantes para la recuperación continua.

  • La ortorexia.

Obsesión extrema por la comida y la vida sana.

  • La bulimia nerviosa.

Se caracteriza por episodios repetidos de ingesta excesiva de alimentos en un periodo corto de tiempo. Esto se une a una preocupación excesiva por el control del peso corporal, lo cual le puede llevar a utilizar métodos para controlar el aumento de peso.

  • El trastorno alimentario compulsivo.

Después de un atracón, puedes sentir culpa, enojo o vergüenza por la conducta y por la cantidad de alimentos consumidos.

Pero no intentas compensar esta conducta con el ejercicio desmesurado o la purga, tal como lo haría una persona bulímica o anoréxica

Estos son los trastornos de la alimentación más frecuentes. Otros trastornos de la alimentación comprenden el trastorno de rumiación y el trastorno por evitación o restricción de la ingesta de alimentos.

¿Vidas distorsionadas y presión social?

Los motivos por los que las plataformas han aumentado los trastornos de conducta alimentaria son varios, aunque dos de ellos están especialmente relacionados:

  • La presión social.
  • La distorsión de la realidad en un periodo de formación de la identidad.

En redes sociales, como Instagram, se tiende a pensar que se tiene que dar una imagen perfecta, tanto de nuestra cara como de nuestro cuerpo. De hecho, los denominados influencers generan unas expectativas poco realistas y poco saludables.

Foto: Pexels

  • Filtros

Además de la fuerte influencia que padecen las y los adolescentes, la distorsión puede llegar a uno mismo por culpa de los filtros.

La mayoría de estas redes sociales cuenta con filtros que, sin necesidad de saber de Photoshop, te permiten tener una cara y un cuerpo detallado más de lo normal.

La mayoría de los jóvenes genera un contenido editado, de esta manera los filtros están normalizando que únicamente lo bonito es lo correcto.

Al no poseer lo que ven plasmado en la parte virtual, la vida real genera una insatisfacción constante que va más allá de la imagen.

  • Baja autoestima

Derivado de los trastornos de conducta alimentaria se genera una baja autoestima, en la que se presenta una hipersensibilidad a los comentarios. Tanto negativos como positivos.

En este sentido los nutricionistas especializados indican que es muy fácil que el tema de cuerpo y la comida se convierta en una vía de escape para personas con baja autoestima.

Al final, toda la obsesión y estos pensamientos son una manera de desviar la atención de que no estoy conforme con mi vida, no estoy bien a nivel social o no tengo unas buenas estrategias de regulación emocional.

¿Cómo frenar los trastornos de conducta alimentaria generados por las redes?

Es necesario hacer especial hincapié en que no se deben demonizar las redes sociales al tener también su parte positiva como informativa.

Las figuras que funcionan de referente para las y los adolescentes, como lo son los influencers, estos deberían tener más cuidado con los contenidos que exponen. Así mismo, la publicidad y contenido chatarra debería de ser regulado.  

Más allá de la necesidad de eliminar perfiles que incitan directamente a la bulimia y la anorexia, se debe de poner la atención necesaria en que se debe de tener cuidado con cuentas que aparentemente son positivas para la sociedad.

Foto: Pexels

Pero que en realidad influencian a tener malos hábitos de salud reivindicando el tema del físico.

Estudios de la salud han externado que la mayoría de cuentas que centran el tema de body positive no están verificadas pero que sí cuentan con miles de millones de seguidores.

Las cuales funcionan con el objetivo de desviar la atención del cuerpo y la comida, porque si la atención está ahí tenemos un riesgo alto de que nuestros adolescentes sigan desarrollando trastornos de conducta alimentaria.

(Con información de Secretaría de Salud, Google Business, Instituto Nacional de Psiquiatría, Instituto Nacional de Psicología, UNICEF, Casa Lamm y Tec Check)