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5 tips para ayudar a un anciano con hiporexia o falta de hambre

Un anciano con hiporexia o falta de hambre está en riesgo de desarrollar complicaciones como pérdida de masa muscular y desnutrición

Escrito en FAMILIA el

Con la edad avanzada, pueden empezar a presentarse muchos problemas de salud, como la hiporexia o falta de hambre, que en las personas mayores tiene efectos muy graves, tales como la desnutrición o el desarrollo de enfermedades. Por ello, es fundamental aprender a reconocer las señales que lo alertan oportunamente y, sobre todo, saber cómo ayudar a un anciano a superarlo.

Pero ¿qué es exactamente la hiporexia en personas mayores? De acuerdo con Infosalus, se trata de un trastorno que causa una disminución parcial del apetito. No es lo mismo que la anorexia, ya que esta última se refiere a la ausencia total del hambre.

Se ha identificado que la pérdida del apetito es resultado de otros problemas, generalmente psicológicos, como nerviosismo, tristeza o depresión, aunque también los cambios fisiológicos propios de la edad, como la dificultad para comer ciertos alimentos, contribuyen en gran manera. Efe Salud explica que “los ancianos normalmente comen menos porque disminuyen sus necesidades físicas y porque con la edad el estómago comienza a pedir menos cantidad; algunos porque perciben los sabores y olores de forma distinta, y otros por culpa de algún fármaco que estén recibiendo para tratar alguna otra complicación”.

¿Cómo ayudar a un anciano con hiporexia o falta de hambre?

Lo primero que debemos hacer es identificar el problema, por lo que, si hay un anciano en casa, debemos estar atentos a cambios como la reducción repentina en el consumo de alimentos, la presencia de actitudes negativas hacia la ingesta, pérdida de peso y cansancio excesivo.

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Es fundamental estar muy al pendiente, pues en poco tiempo, la hiporexia o falta de hambre puede causar déficit nutricional y hasta anemia, lo que a su vez lleva a una pérdida de la masa muscular, un deterioro de todos los procesos vitales y un aumento en las complicaciones en caso de padecer otras enfermedades agudas.

Si observamos que la persona mayor comienza a manifestar los síntomas de la hiporexia, debemos hablar con el médico para iniciar con el tratamiento adecuado pero, además, se pueden implementar algunos cambios en casa, como:

1. No regañar a la persona mayor

La disminución o falta de hambre no es algo intencional, por lo que no ayuda en nada regañarle o hacerle sentir mal por no comer lo suficiente. Recuerda que detrás hay una serie de problemas que van desde lo psicológico hasta lo fisiológico.

2. No obligarlo a comer

Esto va muy relacionado con el punto anterior y es que algunas personas creen que los ancianos dejan de comer como un “berrinche”, y optan por forzarlos a comer aun cuando la persona mayor no lo desea. En lugar de ayudar, esto solo genera más rechazo hacia la comida, así que deja pasar un tiempo y vuelve a ofrecerle el alimento de forma paciente, aunque sea en horarios fuera de lo establecido en casa.

3. Reducir las porciones para darle de comer más veces al día

Especialistas recomiendan en la revista Webconsultas seguir un plan de comidas en la que el anciano ingiera menos porción de comida o menos cantidad, pero más veces al día, por ejemplo, en lugar de darle solo tres veces, lo ideal sería hacer de cinco a seis comidas al día con porciones pequeñas. De esta manera, no saturamos a la persona mayor y aseguramos el aporte suficiente de nutrientes.

4. Ofrecer alimentos de fácil deglución y digestión

Para algunos ancianos es difícil poder tragar algunos alimentos o incluso, masticarlos y digerirlos, así que de nada sirve ofrecer un gran platillo si la persona mayor no es capaz de comerlo sin sentir molestias. Por tanto, lo ideal es cocinar y presentar los alimentos cuidando que la consistencia sea suave, sin caer solo en los purés. Otro punto que hay que cuidar es la temperatura, pues si damos alimentos muy calientes se genera rechazo.

5. Tomar en cuenta las preferencias del adulto mayor

Hay que acercarse a la persona mayor con hiporexia para preguntarle qué es lo que desea comer, claro, sin caer en cumplirle todos los antojos. Se trata de llegar a acuerdos para que la comida sea nutritiva, fácil de comer y al mismo tiempo, apetecible para la persona de la tercera edad en casa.

Ayudar a un anciano a superar la hiporexia o falta de hambre no es tan complicado, pero debemos asegurarnos de hacerlo siempre de la mano de los expertos para no causar ningún problema de salud adicional en nuestros abuelitos.

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