Científicos del Massachusetts General Brigham (ubicado en Estados Unidos) vinculó el retraso de algunas comidas, particularmente el desayuno, con un mayor riesgo de mortalidad en las personas mayores. El estudio reveló que quienes desayunan tarde o de manera irregular tienen más probabilidades de desarrollar problemas metabólicos y cardiovasculares.
Esta conclusión se debe a que el desayuno influye en el control del azúcar en sangre, la regulación del apetito y el ritmo del corazón.
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Omitir el desayuno y retrasar comidas puede reducir los niveles de energía y favorecer elecciones alimenticias poco saludables más tarde en el día. Para los adultos mayores, que muchas veces tienen necesidades nutricionales especiales, este hábito puede ser aún más riesgoso.
¿Por qué no debo malpasarme y comer a mis horas?
El desayuno ha sido llamado “la comida más importante del día” y la ciencia parece respaldar esta afirmación, sobre todo en personas mayores. Retrasar o saltarse el desayuno está asociado con un mayor riesgo de mortalidad en adultos de edad avanzada.
En las mediciones del estudio, las personas que omiten el desayuno tienden a presentar mayores niveles de colesterol y presión arterial, lo que incrementa el riesgo de infartos o derrames cerebrales.
La investigación fue publicada en la revista 'Communications Medicine'. En ella se identificó que la tasa de supervivencia a diez años es del 86,7% en el grupo de alimentación tardía, mientras que en comparación con el 89,5 % de aquellos que se alimentan más temprano.
De acuerdo con la Gaceta de la Universidad de Harvard, "El desayuno tardío se asoció de manera consistente con afecciones físicas y mentales como depresión, fatiga y problemas de salud bucodental. Las dificultades para preparar las comidas y la peor calidad del sueño también se relacionaron con las comidas tardías. En particular, el desayuno tardío se asoció con un mayor riesgo de muerte durante el seguimiento. Las personas genéticamente predispuestas a características asociadas con ser «noctámbulas» (que prefieren acostarse y levantarse más tarde) tendían a comer más tarde".
Además, el desayuno regula los niveles de glucosa después del ayuno nocturno. Retrasarlo puede provocar hipoglucemia y, en adultos mayores con diabetes, desequilibrios que afectan el control de la enfermedad.
Por todas las razones anteriores, el desayuno es crucial para asegurar la ingesta de proteínas, fibra, calcio y vitaminas. Saltarlo puede agravar la malnutrición en adultos mayores.
Asimismo, esta comida adecuada puede mejorar la memoria, la atención y la concentración. La falta de nutrientes a primera hora puede impactar negativamente en la cognición.
Mantener una rutina alimentaria balanceada desde las primeras horas del día es una medida sencilla para cuidar la salud en la vejez. En otras palabras, si quieres vivir más, el desayuno no te puede faltar.
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