Sentir que se te acaba el mundo porque ya no podrás saciar tu sed con refresco; habrás de eliminar las grasas de las carnitas, quesadillas y demás “antojos”; no podrás ya ingerir bebidas alcohólicas a la par que tus amigos en las fiestas; y te olvidarás del disfrute del dulce abundante de pasteles y demás postres; pero, además, que tendrás que llevar por siempre un control del azúcar en tu sangre bajo tratamiento médico, esta es la primera sensación de las personas que son diagnosticadas con diabetes.
Sin embargo, una vez que asimilan y encaran esta situación, y hacen de la diabetes parte de su vida al adquirir hábitos saludables, se percatan de que es posible no sólo vivir mejor, sino hacerlo de manera feliz y con mayor fuerza y capacidad para alcanzar el éxito. Así lo aseguraron Claudia Elizabeth , de 28 años de edad, y Edgar García Márquez, de 41, al platicar a SUMEDICO sus respectivas experiencias.
La negación, la primera etapa
Claudia Elizabeth Santamaría comenta que quizás hubiera sido diagnosticada tardíamente en el control de su enfermedad, pues le fue detectada a los 25 años de edad luego de ser atendida por una luxación en tobillo; pero lo cierto, revela, es que pudo haber sido atendida desde niña, toda vez que el origen de su diabetes es congénito. Su mamá tuvo diabetes gestacional, y por desconocimiento, no se atendió debidamente ni cuidó el evitar la obesidad.
Dada su juventud, no aceptaba su nueva condición: “Yo no decía nada de que tenía diabetes, mis medicamentos me los tomaba a escondidas. Ahora ya en Facebook lo hago oficial, es más fácil, porque la haces parte de toda tu vida, porque es parte de tu vida, no es como una gripe que te la quitas y ya se acabó, no, la diabetes es parte de toda tu vida (…) Mi vida era antes totalmente desastrosa, era nunca cuidarme, nunca tener un plan de alimentación, un plan de ejercicio, nunca tener el control de mi estado de salud, ahora no es así”.
El deporte como estilo de vida
Edgar García Márquez nos refiere que hace cinco años estuvo al borde del coma diabético, por lo que pasó cuatro días en terapia intensiva y cuatro más en medicina interna, tiempo suficiente para asimilar su condición: “Definitivamente la diabetes es la rifa del tigre, nadie se la quiere sacar, pues hay dos cosas que pueden pasar: Te dejas vencer por ella y los resultados sabemos que pueden ser devastadores, o le das la cara y la enfrentas tal cual”.
Hoy, no sólo se mantiene estable en los niveles de glucosa en su sangre, sino que además es un deportista de alto rendimiento: “Los médicos me decían, mira con que camines 30 minutos diarios con eso es más que suficiente, y eso empecé a hacer”; después siguió el trote y en 2007 hizo su primer carrera de 5 kilómetros, la siguiente meta fue el Maratón de la Ciudad de México.
En 2009 se ubicó como el primer –y único mexicano hasta el momento- en obtener una medalla por su participación en el Ultramaratón de Los Andes: “Cruzar la línea de meta , en ese momento lleno mis ansias de sentirme alguien competitivo, fuerte, capaz de cumplir metas”, destaca Edgar García.