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Transparencia de OMS, en entredicho

Un nuevo estudio señala que científicos asesores del organismo recibieron fondos de laboratorios por asesorías y para sus investigaciones.

Escrito en ESPECIALIDADES el

Las decisiones y acciones de la Organización Mundial de la Salud con respecto a la pandemia de gripe AH1N1 vuelven a ponerse en entredicho.

Una investigación que realizaron de manera conjunta la revista British Medical Journal y la organización de periodistas Bureau of Investigative Journalism señala que varios científicos que participaron en el plan de 2004 del organismo, que abordaba la posibilidad de una pandemia, recibieron previamente fondos de compañías farmaceúticas.

Las recomendaciones de los especialistas en caso de pandemia incluían hacer acopio de reservas antivirales y el financiamiento que habían recibido era de Roche, fabricante del antiviral Tamiflu y GlaxoSmithKline, productor de Relenza.

La investigación recalca que este conflicto de intereses nunca se hizo del conocimiento público y que estas guías de hace seis años fueron fundamentales para abordar la reciente pandemia de gripe A.

Los autores señalan: "Científicos asesores clave en el plan de la OMS para una pandemia de gripe habían trabajado de forma remunerada para firmas farmacéuticas que tenían mucho que ganar con las guías que se estaban preparando".

Los científicos señalados son Fred Hayden, autor principal de estas guías de la OMS, quien había recibido financiación previa, principalmente de Roche.

Arnold Monto, quien hizo el anexo sobre el uso de vacunas obtuvo fondos para investigación y servicios de asesoría por parte de Roche y GlaxoSmithKline; otro de los involucrados es Karl Nicholson, quien también había recibido ayuda de los laboratorios para sus investigaciones.

Ninguno de estos investigadores ocultaba su relación con las farmaceúticas en su ámbito laboral o académico, pero la OMS no informó que esto podría causar un conflicto de intereses.

En la editorial que acompaña la investigación, Fiona Godlee, una de las responsables de la publicación, destaca especialmente la falta de transparencia que ha demostrado la OMS en los últimos tiempos.

"Nadie debería estar en un comité de desarrollo de guías [y recomendaciones] si tiene vínculos con empresas que fabrican fármacos o vacunas, dispositivos médicos o un test para evaluar una enfermedad", comenta esta especialista.