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Trabajo nocturno afecta física y emocionalmente

Personas corren el riesgo de padecer estrés crónico, daño cardiovascular y ansiedad, lo que puede traer como consecuencia baja productividad.

Escrito en ESPECIALIDADES el

Policías, choferes, médicos, enfermeras, pilotos y meseros padecen, por sus trabajos nocturnos, daños físicos y emocionales como trastornos de sueño, estrés crónico, daño cardiovascular, irritabilidad, migraña, ansiedad, depresión y problemas familiares, reveló Felipe Uribe Prado, investigador de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

La primera alteración del trabajo nocturno es que rompe con los ciclos naturales del ciclo biológico; afecta los ritmos circadianos que rigen actividades como el sueño y la vigilia, los sistemas cardiaco, gastrointestinal y circulatorio, así como el ciclo menstrual de las mujeres, explicó el doctor en psicología laboral.

Pese a los múltiples daños que ocasiona, el trabajo nocturno no cuenta con una reglamentación en México, donde son frecuentes los turnos de 12 por 24 horas entre guardias de seguridad y choferes de camiones de carga, y de hasta 24 por 48 horas, entre las enfermeras y médicos residentes.

Además, muchas veces esos turnos son variables, y hay quienes laboran unas semanas de día y otras de noche, lo que impide un proceso mínimo de adaptación a un periodo fijo de descanso y sueño.

Propensión a adicciones

Uribe Prado detalló que, para permanecer despiertos y laborar, algunos trabajadores nocturnos recurren a antidepresivos, analgésicos y estimulantes que van del café a refrescos, cigarrillos y consumos recurrentes de drogas y alcohol.

A esta propensión a las adicciones se suman trastornos alimenticios comunes, pues es frecuente que en lugar de un jugo de naranja, consuman un café muy cargado, o tacos picantes, en lugar de frutas y verduras.

Estar despierto y activo en horas asociadas biológicamente al sueño y el descanso también afecta emocionalmente a los trabajadores nocturnos, quienes paulatinamente desarrollan ansiedad, depresión y frustración, los hace irritables y, a veces, violentos.

Estos efectos recaen con frecuencia en las familias, con quienes dejan de convivir, pues requieren dormir unas horas en el momento en que el resto de la familia está en plena actividad, lo que agrega otro factor de inadaptabilidad a su grupo social.

Baja productividad, nula reglamentación

Felipe Uribe explicó, que en otros países, especialmente entre los miembros de la Comunidad Económica Europea, existe una creciente tendencia a regular este trabajo; se reducen las jornadas laborales a seis horas diarias, aumentan los periodos vacacionales y limitan este tipo de empleos a personas jóvenes, que son más resistentes.

En esas reglamentaciones se descarta la contratación de adultos mayores (de 50 años o más) y se dosifica a los empleados que ya tuvieron varias de estas jornadas.

En algunos países de América Latina, como Ecuador, Colombia, Chile, Brasil y Argentina, ya existen esfuerzos para reglamentar el trabajo nocturno. Sin embargo, enfatizó que en México nadie habla del asunto.

Prueba psicométrica para mexicanos

Con ayuda del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT) de la UNAM, en la Facultad de Psicología, Felipe Uribe desarrolló la prueba psicométrica “Escala mexicana de desgaste ocupacional”, que mide la salud ocupacional en trabajadores nacionales; no está limitada a los trabajadores nocturnos pero sí los incluye, aclaró el investigador.  (Fuente : UNAM)