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Testimonio, enferma a causa de la polución

Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), refiere que en nuestro país se registran al año siete mil muertes a causa de daños al organismo por contaminantes.

Escrito en ESPECIALIDADES el

María Luisa González Garibay, de  68 años de edad,  habla con tristeza de cómo la contaminación a la que ha sido expuesta ha sido la causa de que no logre disfrutar a plenitud su tercera edad, al lado de su esposo e hijos. Trabajó durante largo tiempo en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), al cual ahora regresa pero para someterse a exhaustivos estudios cuyo objetivo es establecer cuáles son los daños que han provocado a su corazón y pulmones diversos contaminantes.

María Luisa platica  a SUMEDICO cómo, aún cuando vivió en el campo, estuvo expuesta a contaminantes: “Soy del estado de Oaxaca, y todo se cocinaba con leña, pues no había antes nada de estufa, nada de eso (…) Después que me casé seguía cocinando con leña o a veces con petróleo o carbón”.

Siempre se percató de los daños a su organismo: “Se siente feo, pues la leña o el carbón  luego traen  palitos cuando está humeando y se meten a la nariz, se siente feo”

Más grande, María Luisa fue  trabajadora doméstica en casas particulares, donde utilizó detergentes y limpiadores con químicos;  su último trabajo fue en el INER cono afanadora, donde lo que más usó fue cloro, otro agente tóxico.

Y por si fuera poco, también fue víctima del tabaquismo, más no porque le gustara fumar, sino porque en su  trabajo la convirtieron en fumadora pasiva: “A veces las compañeras fumaban, entonces aunque no quiera uno. Se siente bien feo aspirar el humo,  mejor me salía yo”.

María Luisa comenzó con dolores en el pecho y falta de aire, su corazón está dañado por la contaminación, lo que más lamenta es  lo que se le heredará a los niños.

“Van a estar peor… antes se enfermaba uno menos y ahora se enferma más, ya de tanto humo que hay  (…) Lo veo por mi tierra donde  estaban muy bonitos los cerros, todo estaba verde, pero ahora ya casi no se ven casi, de tanto humo”.

Enfermedades respiratorias, cardiacas y cáncer, resultado de contaminantes

De acuerdo a información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren en el mundo dos millones de personas a causa de enfermedades relacionadas con la contaminación, entre las cuales se destacan por su importancia las respiratorias, cardíacas y algunos tipos de cáncer.

Información proporcionada a SUMEDICO por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), refiere que en nuestro país se registran al año siete mil muertes a causa de daños al organismo por contaminantes.

Tan sólo en el Distrito Federal, las emisiones de automóviles y otras fuentes de polución, como las fábricas,  causan mil muertes anuales y  4 mil en todo el territorio nacional.

Los contaminantes más dañinos

Ozono.- Estudios del INSP establecen que el ozono daña las células de las vías aéreas en el pulmón, por lo que estas se inflaman lo cual a su vez, reduce la habilidad del sistema respiratorio para luchar contra las infecciones y para eliminar partículas extrañas. Representa la peor amenaza para la salud de quienes ya padecen alguna enfermedad respiratoria, como asma, enfisema o bronquitis crónica.

Este contaminante también afecta a personas saludables, pues dificulta la respiración durante el trabajo y el ejercicio,  causa irritación respiratoria general e incomodidad.

Monóxido de carbono.- Las emisiones de monóxido de carbono en un área confinada (como un estacionamiento cerrado) pueden causar la muerte, y el fallecimiento sobrevendrá por insuficiencia cardiaca o sofocación. Esto se debe a que este tóxico reemplaza el oxígeno en los glóbulos rojos, con lo cual se reduce cantidad de este  elemento que es indispensable para mantener la vida.

Por ello, el monóxido de carbono es más nocivo para personas con problemas del corazón, como angina, enfermedad vascular periférica, y otros tipos de enfermedad cardiovascular.

Oxidos de nitrógeno.- Puede ser fatal en concentraciones elevadas. A niveles bajos  puede irritar los pulmones, causar bronquitis y pulmonía, así como disminución de la resistencia a infecciones respiratorias como la influenza.

Es más abundante en interiores que en el exterior; y esto se debe principalmente a que una fuente de este contaminante son las estufas que utilizan gas L.P. como combustible.

Partículas suspendidas totales (PST).- Están constituidas de una gran diversidad de sustancias inertes o biológicas, pueden causar, a corto y a largo plazo disminución de la función pulmonar; lo cual contribuye a la presencia de enfermedades crónicas respiratorias y muerte prematura.

La exposición a partículas también ha sido asociada con un incremento en la hospitalización por enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Entre los padecimientos más frecuentes y graves se encuentran la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y asma. De acuerdo con diferentes estudios realizados en varios países, incluyendo México, se estima que, aproximadamente, el riesgo de morir prematuramente se incrementan en 2 por ciento,  por cada incremento de 10 miligramos de partículas suspendidas.

Hidrocarburos.- A su nivel actual en el aire de nuestra atmósfera, la mayoría de los hidrocarburos no representan por si mismos un potencial significativo para afectar la salud en forma adversa; sin embargo,  contribuyen a la formación de ozono y de esta manera a producir sus efectos negativos. En estudios de salud ocupacional, al menos el benceno ha sido reconocido como causa de casos de cáncer en humanos, pero existen evidencia de que ciertos hidrocarburos carcinogénicos se forman durante la combustión incompleta de casi cualquier material orgánico, incluyendo grasas, carnes, café, azúcar, hule y el humo de los cigarros.