El consumo de tabaco es uno de los factores de riesgo de varias enfermedades crónicas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año fallecen 1.9 millones de personas por enfermedades cardíacas provocadas por el tabaco.
El hábito de fumar daña el corazón, y en un comunicado de prensa publicado en su sitio web, la OMS mencionó que hacerlo y dejarlo de hacer tiene repercusiones.
“Fumar ocasionalmente, la exposición al humo de segunda mano o solo unos pocos cigarros al día, incrementan el riesgo de enfermedad cardíaca. Pero si los consumidores de tabaco actúan de inmediato y dejan de fumar, entonces su riesgo de enfermedad cardíaca disminuye en un 50% después de un año de no fumar”, menciona la OMS.
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¿Cómo se relaciona fumar con las enfermedades coronarias?
La Fundación Española del Corazón apunta que las probabilidades de padecer una enfermedad cardíaca son proporcionales a la cantidad de cigarros fumados al día y al número de años en los que se fuma.
“La nicotina y el monóxido de carbono pueden producir una isquemia coronaria. La primera desencadena la liberación de adrenalina y noradrenalina que dañan el endotelio (la pared interna de las arterias), produce alteraciones de la coagulación, aumenta el tono coronario con espasmo, incrementa los niveles de colesterol malo (LDL) y reduce los de HDL (colesterol bueno)”, explica esta fundación.
La OMS detalló el pasado 22 de septiembre que la cantidad de personas que pierden la vida por padecimientos inducidos por el tabaco equivale a una de cada cinco fallecimientos por enfermedad cardíaca.
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¿Quiénes son los más vulnerables y qué se puede hacer al respecto?
La Gaceta UNAM mencionó el año pasado que el grupo más vulnerable se ubica entre los jóvenes de 12 a 15 años, y que tanto hombres como mujeres fuman tabaco por igual. Y si bien el estilo de vida es decisión de cada persona, sí se puede hacer algo al respecto para cuidar la salud de las personas.
El doctor y presidente del grupo de expertos en tabaco de la Federación Mundial del Corazón, Eduardo Bianco, recomienda que las sociedades de cardiología capaciten a sus miembros en el abandono del hábito de fumar, así como para que impulsen y promuevan el control del tabaco.
“No ofrecer servicios para dejar de fumar a pacientes con enfermedades cardíacas podría considerarse negligencia o negligencia clínica”, comentó Bianco en el comunicado de la OMS