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Refrescos light aumentan el riesgo de diabetes

El riesgo mayor está en los edulcorantes artificiales añadidos.

Escrito en ESPECIALIDADES el
Nuevas investigaciones advierten sobre el riesgo de desarrollar diabetes mellitus por consumir refrescos light.

Mientras tanto, Coca Cola, la mayor empresa productora de refrescos de todo el mundo, reporta mejoría en sus cifras;

Han superado las estimaciones de Wall Street gracias al aumento en la demanda de sus productos.

Específicamente sus productos bajos en calorías o reducidos en azúcar; los ingresos superaron los 300 millones de dólares.

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Refrescos light: ¿aumentan el riesgo de diabetes?


De hecho, la empresa refirió que gracias al lanzamiento de sus bebidas bajas en calorías con distintas latas y sabores, entre ellas, la que tiene sabor jengibre y limón fue lo que aumentó los volúmenes de los refrescos light de la marca hasta 3%.

En ese sentido, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Marquette y el Colegio Médico de Wisconsin en Estados Unidos, reveló que los refrescos light  o “zero” aumentan el riesgo de diabetes mellitus tipo 2, sobrepeso y obesidad.

¿La causa? La investigación refiere que el riesgo mayor está en los edulcorantes artificiales añadidos en estas bebidas.

Brian Hoffman, el líder de la investigación declara que los efectos de estos refrescos light son altamente negativos;

En ningún caso elegirlas respecto a otras versiones es beneficioso y agrega:

“A pesar de la adición de los edulcorantes artificiales no calóricos a nuestra dieta diaria, todavía hay un aumento significativo de la incidencia de obesidad y diabetes."

Hoffman señala también:

"Nuestro trabajo muestra que tanto el azúcar como los edulcorantes artificiales provocan efectos negativos que se asocian con obesidad y la diabetes, si bien a través de mecanismos muy diferentes.”

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado reducir el consumo de bebidas azucaradas y hace énfasis en la limitación de refrescos en los niños.

El sobrepeso y la obesidad aumentan por sí mismas el riesgo de enfermedades como la hipertensión arterial, asma, diabetes mellitus, hepatopatías y trastornos del sueño, entre otras.