Vivir con estrés se ha vuelto, desgraciadamente, parte de la vida de una gran cantidad de personas, causando daño en varios órganos de nuestro cuerpo, incluyendo el corazón. ¿Puede ocurrir un infarto por estrés?
En el marco del Día Mundial del Corazón, te damos recomendaciones para mantener a raya el estrés y así evitar complicaciones en la salud cardíaca.
Infarto por estrés
Ya sea en nuestro trabajo, con la familia o en cualquier otro entorno, todos tenemos que lidiar con algún tipo de estrés a diario. Si dejas que el estrés gobierne tu vida, éste puede afectar seriamente tu salud, especialmente cuando se trata de tu corazón.
Acerca de si puede darte un infarto por estrés, el Dr. Ali Rizvi, cardiólogo intervencionista del Hospital Houston Methodist DeBakey Cardiology Associates en Woodlands señala que “la mayoría de las tensiones afectan el corazón, ya sea directa o indirectamente”.
Agregó que, “el estrés puede aumentar la frecuencia cardíaca, elevar la presión arterial y agravar los problemas subyacentes que pueden generar un ataque cardíaco. Incluso sin problemas de salud evidentes, el estrés extremo puede conducir a un ataque cardíaco”.
El estrés persistente o repentino y severo puede poner al corazón y al sistema cardiovascular en mayor riesgo de sufrir una arritmia, de agravar cualquier enfermedad coronaria preexistente, aumentar el nivel de triglicéridos (grasa en la sangre) o incluso generar miocardiopatía por estrés, también conocida como miocardiopatía por Takotsubo o Síndrome del Corazón Roto, el cual imita un ataque cardíaco sin el bloqueo de una arteria.
Además, si estás estresado constantemente y tienes otros factores de riesgo para un infarto, como obesidad, tabaquismo, niveles altos de colesterol y triglicéridos, hipertensión, menopausia, sedentarismo y glucosa alta, las probabilidades de sufrir un ataque cardiaco son todavía mayores.
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De acuerdo al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el infarto o ataque cardíaco, se manifiesta cuando se obstruye el flujo de sangre al corazón, el cual al no reestablecerse rápidamente, causa la muerte del músculo cardíaco.
Los síntomas de infarto que suelen manifestarse en la mayoría de los pacientes son:
Dolor intenso en el pecho
Sensación de opresión intensa en el pecho
Dolor en el brazo izquierdo y en el cuello
Sudoración abundante
Fatiga extrema
Nausea y vomito
En el caso del infarto femenino, los síntomas pueden presentarse un poco diferentes, con un dolor en pecho ardoroso, fatiga extrema, dolor en el cuello, la mandíbula, garganta, abdomen y espalda.
¿Cómo reducir el riesgo?
El Dr. Rizvi nos comparte algunos consejos para un mejor manejo del estrés:
1. Ejercítate regularmente
La actividad física libera endorfinas y disminuye la presión arterial y los niveles de colesterol, lo que reduce el riesgo de eventos cardíacos.
2. Piensa y vive positivo
Investigadores han encontrado vínculos entre la felicidad y la reducción del riesgo cardíaco. Todos los días, enumera las cosas por las que estás agradecido y busca el lado positivo en los eventos negativos que se te presentan para mejorar tu estado de ánimo.
Realiza alguna actividad que te lleve a manejar de manera más positiva tus pensamientos, como la meditación.
3. Eres lo que comes
Prefiere platos más pequeños y evita comer segundas porciones para no comer en exceso. La mayoría de las comidas deben ser bajas en densidad calórica e incluir alimentos ricos en nutrimentos.
Prevenir un infarto está en tus manos y si detectas los síntomas, acude de inmediato a los servicios de emergencia. Cada minuto cuenta.
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