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¿Por qué sentimos cuerpo cortado cuando padecemos covid-19 o gripe?

Los dolores musculares y articulares que ocurren con el covid-19 y la gripe están relacionados con las causas de la fibromialgia

Escrito en ESPECIALIDADES el

Si no te has contagiado de coronavirus ni sufrido neumonía, seguro has padecido alguna vez de gripe. Estas enfermedades del sistema respiratorio ocasionan síntomas como fiebre, dolor de garganta, congestión nasal, tos seca o con flemas, cansancio y muchas veces dolor muscular y articular.

Es comprensible tener síntomas respiratorios, sin embargo, es curioso que la enfermedad afecte a nuestros músculos y articulaciones. Aquí te contamos qué sucede en nuestro cuerpo que nos hace sentir esos fuertes e incómodos dolores.

(Foto: Unsplash)

¿Por qué sentimos dolor en el cuerpo cuando padecemos covid-19 o gripe?

Cuando sufrimos una infección viral respiratoria, nuestro sistema inmune se activa y provoca inflamación lo que conlleva un aumento de la mucosidad, dolor de garganta, tos, debilidad y dolor muscular y articular también conocido como mialgia

Esta respuesta inmunitaria también hace que las células liberen proteínas llamadas citoquinas. Éstas tienen diferentes funciones, por ejemplo, controlan la magnitud de la respuesta del sistema inmune, regulan la reparación de los daños en órganos y tejidos o señalan el lugar de la infección y el tipo de respuesta que se debe producir. Muchos tipos de citoquinas producen inflamación y dolor tanto en donde se encuentra la infección, como en los músculos, articulaciones y otros órganos.

De los diferentes tipos de citoquinas, la interleuquina 1-beta (IL-1b), que produce fiebre, y las interleuquinas 6 (IL-6) y 17 (IL-17), junto con el factor de necrosis tumoral-alfa (TNF-a), son las principales culpables del dolor muscular

(Foto: Unsplash)

Dolor muscular, herramienta del sistema inmune

En el covid-19 y otras enfermedades respiratorias se han detectado altos niveles de IL-6 en el músculo, lo que genera rotura de las fibras musculares y por lo tanto pérdida de músculo y dolor. Además, en respuesta a estas citoquinas, el músculo genera niveles elevados de prostaglandina E2 (PGE2), una molécula lipídica asociada también con la inflamación y el dolor.

Por lo anterior, es común que se receten antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno o paracetamol. Estos medicamentos inhiben la producción de PGE2 y en consecuencia disminuyen el dolor y debilidad muscular.

Lo que debemos reflexionar es si es correcto combatir ese dolor e inflamación cuando más que ser síntomas molestos, son herramientas del sistema inmune para frenar la infección. De hecho, la inflamación es crucial para controlar la infección y reparar los daños que se están produciendo.

Si el dolor y la debilidad muscular son soportables, tal vez sea lo mejor permitir que se cumpla su función de defensa en el cuerpo, sin embargo, si se trata de una situación crónica sin otros síntomas de infección, probablemente se trate de un desequilibrio en el sistema inmunitario.

Estos desajustes en el sistema inmune que conllevan dolor, inflamación y cansancio en los músculos suelen ser la razón de padecimientos como la fibromialgia y otros tipos de mialgias. Por eso es de sumo interés resolver la clave de la liberación descontrolada de citoquinas proinflamatorias que podrían ser la causa de esos dolores. Para ese tipo de enfermedades es importante controlar los niveles de estas citoquinas como parte del tratamiento.

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Con información de: BBC