HÍGADO GRASO

Hígado graso asociado a disfunción metabólica (MAFLD)

Hasta hoy en día no existe un dato exacto de la prevalencia de hígado graso en México, sin embargo, diversos estudios describen que esta sea de aproximadamente el 30%

El hígado graso se ha establecido como la causa más común de enfermedad hepática crónica a nivel mundial.
El hígado graso se ha establecido como la causa más común de enfermedad hepática crónica a nivel mundial.Créditos: Canva
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La enfermedad de hígado graso fue descrita por primera vez en el siglo XIX por Thomas Addison, un renombrado médico inglés. Addison describió cambios histológicos en biopsias hepáticas de pacientes sin antecedente de alcoholismo, parecidos a aquellos observados en pacientes con enfermedad hepática crónica.

Sin embargo, no fue hasta la década de los 80s que Ludwig et al propusieron nombrar a esta enfermedad como enfermedad de hígado graso no alcohólica (NAFLD, por sus siglas en inglés). No obstante, con los avances en la ciencia y la tecnología se fue descubriendo que existía una estrecha relación entre NAFLD y alteraciones metabólicas, como la obesidad, la diabetes mellitus y el síndrome metabólico.

Por esta razón en el 2020 un panel de expertos propuso renombrar esta enfermedad como enfermedad de hígado graso asociada a disfunción metabólica (MAFLD, por sus siglas en inglés) debido a que este nuevo término se considera más apropiado porque reconoce dicha relación.

¿Qué es el hígado graso y por qué es tan importante?

El hígado graso se define como la acumulación de grasa en el hígado, comúnmente conocida como esteatosis hepática. En el caso de MAFLD la esteatosis hepática está relacionada con la presencia de alteraciones metabólicas como lo es la obesidad, el sobrepeso, la diabetes mellitus y la resistencia a la insulina.

Posteriormente con la progresión de la enfermedad se puede desarrollar fibrosis y cirrosis hepática, que corresponden a etapas más severas de la enfermedad y al mismo tiempo fungen como factores de riesgo para el desarrollo de carcinoma hepatocelular, un tipo de cáncer hepático.

MAFLD se ha establecido como la causa más común de enfermedad hepática crónica a nivel mundial y como la primera causa de cirrosis hepática, afectando a una cuarta parte de la población adulta mundial. En los últimos años se ha reportado un aumento en la prevalencia mundial de MAFLD, en 2019 se reportaba una prevalencia del 29.8% y en el 2022 de 32.5%.

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Se estima que el 50% de los adultos que padecen sobrepeso/obesidad desarrollan MAFLD, convirtiendo a esta enfermedad en un problema de salud pública a nivel mundial. México se ha posicionado como uno de los principales países con una mayor prevalencia de obesidad, siendo esta del 36.1%, convirtiendo a la población mexicana en población de riesgo para el desarrollo de MAFLD.

Hasta hoy en día no existe un dato exacto de la prevalencia de MAFLD en México, sin embargo, diversos estudios describen que esta sea de aproximadamente el 30%. No obstante, con el creciente aumento de la prevalencia de obesidad y diabetes se prevé que esta sea mayor y que para el 2050 exista un millón de casos de enfermedad hepática crónica en nuestro país.

La etapa más avanzada de la enfermedad, la cirrosis hepática, se ha establecido como la cuarta causa de mortalidad en México y la cirrosis hepática asociada a MAFLD es la primera causa de trasplante hepático en Estados Unidos. Adicionalmente la presencia de otros factores ambientales y genéticos confieren a la población mexicana una mayor susceptibilidad a MAFLD.

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MAFLD no solo se ha establecido como una enfermedad hepática, sino que se considera la manifestación hepática del síndrome metabólico, convirtiéndola en una enfermedad multisistémica que implica un aumento en el riesgo de complicaciones extrahepáticas.

La enfermedad cardiovascular se ha posicionado como la principal causa de mortalidad entre los pacientes con MAFLD. Otras de las enfermedades asociadas a MAFLD son diabetes mellitus, cáncer hepático y extrahepático, enfermedad cardiovascular, síndrome de ovario poliquístico, psoriasis, enfermedad renal crónica, por mencionar algunas.

La promoción de estilos de vida saludables mediante el consumo de dietas bajas en azucares y grasas, la realización de ejercicio físico supervisado y el control del peso se han propuesto como los pilares para el tratamiento de MAFLD, así como para su prevención.

Debido a la importancia del tema la Academia Nacional de Medicina de México y estuvo coordinado por el Académico Dr. Nahum Méndez Sánchez.