Una alimentación saludable es una medida de prevención y acción contra diversos padecimientos en la salud. Verduras, frutas, hortalizas, semillas, cereales, entre otros tipos de alimentos, son las opciones que tenemos para integrar a nuestros platillos y obtener vitaminas, minerales o proteínas que el cuerpo necesita para su adecuado funcionamiento. Aunque el proceso de alimentación pareciera ser sencillo como llevar un bocado a nuestros dientes, algunas personas atraviesan complicaciones en la deglución, como es el caso de quienes viven con disfagia.
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Para poder ingerir alimentos necesitamos del proceso de deglución. Según la Clínica de Tafur, la deglución es el acto del organismo al ingerir alimentos o tragar saliva. Se trata de este bolo alimenticio que pasa desde la boca a la faringe, después al esófago y llegar al estómago. La deglución es posible gracias a las contracciones de músculos. Las personas que tienen disfagia presentan problemas en este proceso, teniendo implicaciones en su proceso de alimentación.
En el Día Mundial de la Disfagia, conmemorado cada 12 de diciembre con el fin de dar a conocer este trastorno con alto porcentaje de incidencia en la población, te compartimos más sobre los síntomas de la disfagia, las causas que la desencadenan y el tratamiento que permite mejorar la calidad de vida del paciente.
¿Cómo empieza la disfagia?
De acuerdo con Vivo Labs, la disfagia es el deterioro o dificultad objetiva para tragar. Este proceso resulta en el retraso o impedimento del paso del bolo alimenticio por el tracto digestivo superior, sea por la región orofaríngea o esofágica. La disfagia suele ocurrir cuando hay un problema de control neuronal de las estructuras involucradas en cualquier parte del proceso de deglución, lo cual suele estar desembocado por 2 causas concretas: obstrucciones mecánicas y trastornos de motilidad esofágica.
Centro Activa explica que en el caso de la disfagia orofaríngea, las causas suelen ser un trastorno de sueño o daños neurológicos causados por accidentes cerebrovasculares, traumatismo craneoencefálico, esclerosis múltiples, entre otros padecimientos. En el caso de la disfagia esofágica puede ser causada por tumores en el esófago, reflujo gastroesofágico, radioterapia u otras patologías.
Mayo Clinic detalla que la disfagia puede presentarse a cualquier edad, pero es más común en personas mayores. Entre los signos y síntomas presentes de la disfagia está el dolor al tragar, imposibilidad de tragar, babeo, ronquera, regreso de la comida, acides estomacal frecuente, alimentos o ácido estomacal que vuelve a la garganta, pérdida de peso y tos o arcadas al tragar. En caso de presentar alguno de estos síntomas, es necesario que la persona consulte a un especialista de salud.
Medtronic agrega que el tratamiento de disfagia varía en función de la causa de los problemas de deglución. En el caso de la disfagia causada por la enfermedad de reflujo gastroesofágico o esófago de Barrett, el tratamiento es enfocado en los síntomas. Estos deben ser tratados, pues la disfagia puede aumentar el riesgo de infecciones pulmonares, dificultades de aspiración y neumonía. Aunque la enfermedad puede ser una enfermedad que asuste, no tiene que ser crónica.
CuídatePlus destaca que entre los cambios que pueden atravesar las personas con disfagia está mantener una adecuada higiene bucal, seleccionar alimentos con una textura adecuada, adaptar volúmenes de alimentos conforme a la disfagia, cuidar el aspecto y presentación de las comidas, procurar que la comida sea realizada en un ambiente tranquilo y agradable, evitar las prisas y evitar ciertos alimentos que podrían ser difíciles de consumir.
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