La “niebla mental” como una de las consecuencias del coronavirus podría durar más de lo que creemos y los afectados por ella la padecerían por más de tres semanas, encontró un estudio publicado en JAMA Network Open el 22 de octubre.
De acuerdo con los autores, una gran cantidad de personas que han sobrevivido al coronavirus se han quejado con frecuencia de una confusión mental, pero la prevalencia de este deterioro cognitivo posterior a la infección y la asociación con la gravedad de la enfermedad todavía no se encuentran bien caracterizadas. Esto fue lo que descubrieron los especialistas.
Las consecuencias del coronavirus en la función cognitiva serían peores de lo pensado
Para resolver la duda sobre la prevalencia de la “neblina mental” como una de las consecuencias del coronavirus y su posible asociación con la gravedad de la enfermedad, los investigadores examinaron a 740 personas desde abril de 2020 hasta mayo de 2021 que fueron seguidos por medio de un registro del Sistema de Salud Mount Sinaí.
Las personas que participaron tenían 18 años o más, dieron positivo a covid-19 o presentaban anticuerpos séricos positivos (anticuerpos contra el coronavirus u otro padecimiento) y no poseían antecedentes de demencia.
Más de la mitad de los participantes eran mujeres (63%) y la mediana de edad de las 740 personas analizadas fue de 49 años. El tiempo medio desde que les habían diagnosticado coronavirus fue de 7.6 meses.
Se encontró que las afecciones más comunes provocadas por la “neblina mental” como una de las consecuencias del coronavirus fueron:
+ Problemas de codificación y recuperación de la memoria (24%)
+ Problemas de fluidez para categorizar cosas (20%)
+ velocidad de procesamiento (18%)
+ Deficiencias en el funcionamiento ejecutivo (16%)
+ Problemas para producir, expresar, crear o relacionar palabras (15%)
“Las personas hospitalizadas presentaban mayores posibilidades de tener deficiencias en la atención, funcionamiento ejecutivo, fluidez de categoría, codificación de la memoria y recuperación de la memoria que los pacientes ambulatorios”, se puede leer en JAMA Network. Por su parte, la gente atendida en un servicio de urgencias presentaba mayores probabilidades de presentar alteraciones en la codificación de la memoria y en la fluidez de categoría que aquellos en atención ambulatoria.
Revisar la salud mental de las personas para ver si no han resultado afectadas por las consecuencias del coronavirus debería ser algo rutinario después de que estos hayan presentado la infección, pide la doctora de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, Jacqueline Becker, para Medpage Today.
“Independientemente de la edad y la gravedad del coronavirus, la evaluación cognitiva de los pacientes después de la infección como estándar de atención podría ser prudente”, concluyó Becker.
(Con información de Medpage Today)