Shelly Kendeffy, una paramédica de 44 años de State College, en Pensilvania, quien recibió la segunda dosis de la vacuna de Moderna contra la covid-19 relata qué efectos tuvo al recibir la segunda dosis. Cuenta que por la tarde, sintió el brazo adolorido y dolor corporal, y en la noche, tenía síntomas parecidos a los de la influenza.
“Los dientes me temblaban, pero estaba sudando, empapada y a la vez congelándome”, relata,
Al día siguiente, fue a trabajar y cuestionó a sus compañeros sobre las reacciones que habían tenido ellos, eran ocho hombres y siete mujeres. Se sorprendió cuando le contaron que seis de las mujeres tuvieron un dolor de cuerpo, escalofríos y fatiga pues coincidían con sus síntomas. La única mujer que no tuvo síntomas de influenza estuvo despierta vomitando gran parte de la noche.
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En cambio, los hombres dieron un testimonio muy distinto; uno tuvo un ligero dolor en el brazo, dolor de cabeza y dolor corporal. Dos hablaron de una ligera fatiga y un poco de dolor muscular. Uno tuvo dolor de cabeza. Y cuatro no experimentaron ningún síntoma.
“Yo trabajo con mujeres muy fuertes”, afirmó Kendeffy. Pero dijo: “es evidente que, para nosotras, los efectos secundarios fueron más intensos”. Después de 24 horas, ya se sintió mejor y está muy contenta de haber recibido la vacuna. “No me arrepiento, porque seguro que esto es la mejor alternativa”, señaló.
Mujeres tienen más efectos secundarios que hombres al recibir la vacuna contra covid-19
Un estudio elaborado por los investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) analizó los datos de inocuidad de los primeros 13.7 millones de dosis de vacunas contra la covid-19 administradas a los estadounidenses. De los efectos secundarios reportados a este organismo, el 79.1 por ciento fueron de mujeres, pese a que solo se habían aplicado el 61.2 por ciento de las vacunas a personas del sexo femenino.
La mayor parte de las insólitas reacciones anafilácticas a las vacunas contra el coronavirus también habían sufrido esta reacción a la vacuna de Moderna eran mujeres. Los investigadores de los CDC informaron que las 19 personas que habían sufrido reacciones a la vacuna de Moderna eran mujeres y que las mujeres representaban 44 de los 47 personas que han tenido reacciones anafilácticas en la vacuna de Pfizer.
“No me sorprende en absoluto”, señaló Sabra Klein, microbióloga e inmunóloga de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins. “La diferencia que se da según el sexo coincide por completo con informes anteriores relacionados con otras vacunas”.
¿Cómo fueron las reacciones de las mujeres ante otras vacunas?
En un estudio de 2013, los científicos de los CDC y de otras instituciones descubrieron que cuatro veces más mujeres que hombres entre 20 y 59 años reportaron reacciones alérgicas después de recibir la vacuna de 2009 contra la influenza, pese a que fueron vacunados más hombres que mujeres.
En otro estudio, se descubrió que entre 1990 y 2016, las mujeres conformaron el 90 por ciento de todos los casos de reacciones anafilácticas a las vacunas en personas adultas.
En general, las mujeres “tienen más reacciones a una diversidad de vacunas”, mencionó Julianne Gee, funcionaria médica en la Oficina de Seguridad de la Inmunización de los CDC. Esto incluye las vacunas contra la influenza que se administran a los adultos, así como algunas que se administran en la infancia, como las vacunas contra la hepatitis B y la de sarampión, rubéola y paperas (SRP).
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Efectos secundarios en mujeres suelen ser leves y durar poco tiempo
La noticia no debe ser mala ni alarmante para las mujeres. Casi siempre, los efectos secundarios son leves y de poca duración. Además, estas reacciones físicas se consideran un efecto “normal” de la vacuna, al desarrollarse respuesta inmunitaria y es probable que, como consecuencia “estés protegida”, indicó Klein.
¿Por qué las mujeres tienen mayores efectos secundarios?
Las investigaciones han demostrado que, en comparación con los hombres, las mujeres y las niñas producen más anticuerpos que combaten las infecciones como respuesta a las vacunas contra la influenza, SPR, fiebre amarilla, rabia, así como hepatitis A y B. También a menudo desarrollan respuestas más conscientes que vienen de las células inmunitarias llamadas células T. La mayor parte de las veces, estas diferencias son más importantes en adultos jóvenes.
Las hormonas sexuales que incluyen estrógenos, la progesterona y la testosterona pueden adherirse a la superficie de las células inmunitarias e influir en la manera en que funcionan. Por ejemplo, la exposición de los estrógenos hace que las células inmunitarias produzcan más anticuerpos como respuesta a la vacuna contra la influenza.
Además, según Klein, la testosterona “parece ser muy inmunosupresora”. La vacuna contra la influenza tiende a ser menos protectora en los varones que tiene mucha testosterona, en comparación con los que tienen una menor calidad de esta hormona sexual. Entre otras cosas, la testosterona inhibe la producción de sustancias químicas inmunitarias.
También es posible que las diferencias genéticas entre hombres y mujeres tengan alguna influencia sobre la inmunidad. Muchos genes relacionados con la inmunidad se encuentran en el cromosoma X, del cual las mujeres tienen dos copias y los hombres solo una. Los inmunólogos siempre han creído que solo se encendió un cromosoma X en las mujeres y que el otro estaba inactivo. Pero ahora, las investigaciones demuestran que el 15 por ciento de los genes eluden esta inactivación y se expresan en las mujeres.
Estas fuertes respuestas inmunitarias ayudan a explicar por qué el 80 por ciento de las enfermedades autoinmunes afecta a las mujeres. “Las mujeres poseemos una mayor inmunidad, ya sea hacia nosotras mismas, hacia un antígeno vacuna o hacia un virus”, afirmó Klein.
Klein señala que en los ensayos para las nuevas vacunas contra la covid, no se distinguieron ni se analizaron lo suficiente los efectos secundarios por sexo. Tampoco probaron si una dosis más pequeña podría ser igualmente eficaz para las mujeres y producirles menos efectos secundarios.
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Hasta que no lo hagan, comentó Klein, los profesionales de la salud deben hablar con las mujeres sobre los efectos secundarios de las vacunas para que no se asusten si los presentan. “Creo que es útil alertar a las mujeres de que quizás tengan más reacciones adversas”, afirmó. “Eso es normal y es probable que sea un reflejo de que su sistema inmunitario está funcionando”.
Finalmente, las investigaciones al respecto continúan pues las reacciones a la vacuna reportadas hasta el momento no han sido graves y son muy pocos los casos de choques anafilácticos, por lo cual las mujeres próximas a vacunarse no deberían preocuparse y deberán consultar siempre con su especialista.
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(Con información de: New York Times)