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Mielofibrosis, un tipo de cáncer agresivo que no debe ser descuidado

Especialistas se reunieron en una conferencia de prensa para hablar de este mal, que tiene una tasa de supervivencia a 5 años menor al 50%.

Escrito en ESPECIALIDADES el

La mielofibrosis es una enfermedad rara que afecta nuestra producción normal de células sanguíneas. Se le considera una leucemia crónica y si no es atendida, puede causar problemas graves de salud.

Uno de los problemas de esta afección en México es que no se tiene un registro de la cantidad de personas que lo padecen, pero al tratarse de un tipo de cáncer agresivo, un grupo de especialistas se reunió en una conferencia de prensa virtual para abordar el tema y explicar todo lo que implica esta enfermedad; las personas más afectadas, sus síntomas y formas de tratamiento. Esto es lo que dijeron de mielofibrosis.

Mielofibrosis: la importancia de las consultas hematológicas

Los ponentes explicaron que la mielofibrosis es un tipo de cáncer agresivo porque el tejido blando de la médula es reemplazado por tejido cicatrizante, disminuyéndose de esta manera la producción de los glóbulos rojos, blancos y plaquetas.

Por lo general, explican los expertos, este padecimiento se desarrolla de forma lenta y algunas personas no presentan síntomas por años. Otras, por su parte, pueden empeorar de manera progresiva y necesitar tratamiento.

De acuerdo con los especialistas, en México se calcula que aproximadamente 1 de cada 100 mil habitantes lo desarrollan y las personas tardan un año o dos en ser atendidas por un hematólogo. Por si fuera poco, la pandemia ha retrasado las consultas, haciendo que se complique la situación de las personas con mielofibrosis.

¿Cuáles son los síntomas de la mielofibrosis?

Los doctores informaron que entre los principales síntomas y signos de mielofibrosis se encuentra el incremento de tamaño del bazo (esplenomegalia) que puede ocasionar las siguientes molestias:

+ Abdominales

+ sensación de llenura

+ falta de apetito

+ anorexia

Esto a su vez puede causar anemia, pérdida de peso, piel pálida y fatiga.

La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos agrega estos signos:

+ Comezón

+ Fatiga

+ Dolor de huesos

+ Sensación de llenura antes de terminar de comer (por el incremento de tamaño del bazo)

+ Hematomas

+ Sangrado con facilidad

+ Fiebre muy baja

+ Pérdida de peso

+ Tos seca

+ Palidez

+ Dificultad para respirar cuando se hace ejercicio

+ Sudores nocturnos

+ Incremento de la probabilidad de contraer una infección

+ Agrandamiento del hígado

¿Qué provoca la mielofibrosis?

De acuerdo con esta institución, frecuentemente se desconoce la causa de la mielofibrosis, pues no hay ningún factor de riesgo conocido. Sin embargo, los doctores mencionaron en la conferencia de prensa que sí existen factores pronósticos de la afección:

+ Edad > 65 años

+ leucocitos (definidos por el Instituto Nacional del Cáncer como células sanguíneas producidas en la médula ósea que se encuentran presentes en el tejido linfático y la sangre)

+ Blastos: definidas por la Clínica Barcelona como células tumorales de la leucemia

Además, Mayo Clinic agrega que la edad, otro trastorno de las células de la sangre, exposición a sustancias químicas y a la radiación también son factores de riesgo para mielofibrosis. Estos factores aumentan el riesgo de padecerlo.

¿Cómo se diagnostica y trata la mielofibrosis?

Las guías de la Red Nacional Integral del Cáncer, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la European Leukemia Net sugieren que se haga una biopsia de médula ósea para el diagnóstico de mielofibrosis, además de buscar la presencia de mutaciones, con el fin de brindar un tratamiento personalizado a los afectados y que estos puedan mejorar su calidad de vida.

Dado que las personas que tienen mielofibrosis avanzada que pueden no ser candidatos a trasplante de médula ósea (o células hematopoyéticas) por falta de un donador compatible o por edad avanzada, la doctora y directora Médica de Novartis Oncología México, Mafalda Hurtado, señala que el tratamiento actual recomendado por los especialistas son las terapias dirigidas, que ayuden a reducir el tamaño del bazo y atacan la mutación genética que provoca la mielofibrosis.