En el Día Mundial sin Tabaco (31 de mayo), se prohibió en México el uso de vapeadores y cigarros electrónicos por los daños que causan a la salud, a través de un decreto firmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. ¿Cuáles son los daños a la salud que provocan estos dispositivos? Te lo decimos.
El presidente de México, recalcó que es mentira que los nuevos productos, los vapeadores, sean una alternativa al cigarro.
{"field1":"“Hay una propaganda que indica que lo que hace daño es quemar el tabaco, el humo, pero eso es falso. También los vapeadores son dañinos para la salud”, dijo el mandatario. ","field2":""}
México ya había prohibido en octubre pasado la importación y exportación de los vapeadores, cigarros electrónicos y sus cartuchos, sin embargo, las empresas han seguido comercializando los productos que tenían una reserva, agregó el subsecretario de salud Hugo López-Gatell.
(Foto: Pexels)
Este nueva medida prohíbe "también la circulación y comercialización de estos nuevos productos", detalló el funcionario.
¿Cómo funcionan los vapeadores?
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indican que los cigarros electrónicos y vapeadores son dispositivos electrónicos que calientan un líquido y producen un aerosol, o una mezcla de pequeñas partículas en el aire.
El líquido por lo general contiene nicotina, saborizantes y otras sustancias químicas que ayudan a producir el aerosol. Los usuarios inhalan el aerosol de los cigarros electrónicos y lo llevan a los pulmones.
Hay vapeadores de muchas formas y tamaños, la mayoría viene con una batería, un elemento que produce calor y un espacio para contener un líquido.
Hay cigarros electrónicos que parecen cigarros regulares, otros parecen memorias USB, bolígrafos u otros artículos de uso diario.
¿Por qué no son seguros los vapeadores?
Los CDC destacan que la mayoría de los cigarros electrónicos contienen nicotina, la droga adictiva que tienen los cigarros regulares y otros productos de tabaco. En un estudio reciente se encontró que el 99 % de los cigarros electrónicos que se venden en los lugares evaluados de los Estados Unidos contienen nicotina.
(Foto: Pixabay)
Esta sustancia puede dañar el cerebro especialmente en los adolescentes, pues el cerebro se sigue desarrollando hasta alrededor de los 25 años.
{"field1":"“Consumir nicotina en la adolescencia puede dañar las partes del cerebro que controlan la atención, el aprendizaje, el estado de ánimo y el control de los impulsos”, advierten los CDC. ","field2":""}
Por su parte, algunos de los ingredientes contenidos en el aerosol de los vapeadores también podrían ser dañinos para los pulmones a largo plazo. Por ejemplo, algunos de los saborizantes en los cigarros electrónicos podrían ser seguros para comer, pero no para inhalar, porque el aparato digestivo tiene la capacidad de procesar más sustancias que los pulmones.
Hay informes recientes de enfermedades pulmonares graves en algunas personas que usan cigarrillos electrónicos o dispositivos similares. Entre los síntomas reportados se incluye:
- Tos, dificultad para respirar, dolor en el pecho
- Náusea, vómito, o diarrea
- Cansancio, fiebre o pérdida de peso
Es importante destacar que el aerosol de los cigarros electrónicos no es un “vapor de agua” inofensivo, puede contener sustancias dañinas como nicotina, partículas ultrafinas que llegan al fondo de los pulmones, diacetilo, una sustancia asociada a enfermedad grave pulmonar, metales pesados y sustancias químicas que causan cáncer.
(Foto: Pixabay)
La American Cancer Society apunta que además de la nicotina, el “vapor” de los cigarros electrónicos contiene propilenglicol y/o glicerina vegetal.
{"field1":"“Se trata de sustancias utilizadas para producir niebla escénica o teatral, la cual se ha descubierto que aumenta la irritación pulmonar y de las vías respiratorias después de la exposición concentrada”, subrayan. ","field2":""}
“Ningún joven, incluidos los estudiantes de escuela secundaria o preparatoria, debería usar cigarros electrónicos ni cualquiera de los otros productos del tabaco”, agregan.
(Con información de CDC, American Cancer Society, El Economista)