Exponerse al sol provoca múltiples daños en la salud, especialmente en la piel como lesiones, quemaduras o en casos graves, cáncer.
Sin embargo, el sol puede afectar cualquier parte del organismo como los ojos, de lo que infortunadamente no se tiene mucha consciencia.
En esta temporada de calor, entre las 11:00 y 15:00 horas, es cuando se registra un mayor índice UV, lo que significa que se deben incrementar las medidas de seguridad como son:
El problema es que de todas estas normas, los lentes y protección de los ojos suelen ser consideradas las menos importantes, lo que tiene graves repercusiones.
El Dr. Félix Gil Carrasco, miembro de la Asociación para Evitar la Ceguera en México, I.A.P. (APEC), indica que no cuidar los ojos del sol puede provocar inflamación en la conjuntiva, la membrana mucosa que cubre la parte posterior de los parpados y la parte blanca del globo ocular. La consecuencia de este proceso es la conjuntivitis crónica.
Además de este problema se pueden presentar las cataratas, pues según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 20% de los casos de ceguera por cataratas, se relacionan con la protección inadecuada del sol.
Estudios recientes del NEI (National Eye Institute) en Estados Unidos, revelan que aunque anteriormente se había relacionado a los rayos UV con las cataratas, fue hasta ahora que se confirmó que los rayos UVA penetran en el cuerpo con mayor profundidad, lo que facilita el acceso al cristalino.
Cuando el sol alcanza al cristalino, el agua y proteínas que lo conforman, y que brindan la transparencia y capacidad de transmitir luz y enfocarla a la retina, se agrupan dispersando la luz en lugar de transmitirla, lo que favorece las cataratas.
“Si la exposición a los rayos ultravioleta ha sido muy intensa y frecuente, se estimula la presencia de cataratas y en este caso, más allá de una molestia, la gente puede encontrarse limitada en su función visual”, indica Carrasco.
Otro padecimiento que puede surgir es la afectación de la mácula, la cual es responsable de la visión central que permite ver detalles finos con claridad. Sin embargo, en el país este problema no es muy frecuente, ya que ocurre más en donde el reflejo solar es muy intenso, por ejemplo, en las zonas de nieve.
El especialista indica que para prevenir todos estos inconvenientes, hay que seguir las siguientes medidas:
“Es necesario que la gente aprenda a protegerse de la radiación solar y a la menor sintomatología acudir al médico para tratar algo prevenible”, concluye.
(Con información de Berenice González de El Universal)
Sin embargo, el sol puede afectar cualquier parte del organismo como los ojos, de lo que infortunadamente no se tiene mucha consciencia.
En esta temporada de calor, entre las 11:00 y 15:00 horas, es cuando se registra un mayor índice UV, lo que significa que se deben incrementar las medidas de seguridad como son:
- Aplicar bloqueador solar
- Utilizar gorras
- Vestir ropa clara
- Evitar estar mucho tiempo bajo el sol
- Utilizar lentes
El problema es que de todas estas normas, los lentes y protección de los ojos suelen ser consideradas las menos importantes, lo que tiene graves repercusiones.
El Dr. Félix Gil Carrasco, miembro de la Asociación para Evitar la Ceguera en México, I.A.P. (APEC), indica que no cuidar los ojos del sol puede provocar inflamación en la conjuntiva, la membrana mucosa que cubre la parte posterior de los parpados y la parte blanca del globo ocular. La consecuencia de este proceso es la conjuntivitis crónica.
Otros problemas
Además de este problema se pueden presentar las cataratas, pues según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 20% de los casos de ceguera por cataratas, se relacionan con la protección inadecuada del sol.
Estudios recientes del NEI (National Eye Institute) en Estados Unidos, revelan que aunque anteriormente se había relacionado a los rayos UV con las cataratas, fue hasta ahora que se confirmó que los rayos UVA penetran en el cuerpo con mayor profundidad, lo que facilita el acceso al cristalino.
Cuando el sol alcanza al cristalino, el agua y proteínas que lo conforman, y que brindan la transparencia y capacidad de transmitir luz y enfocarla a la retina, se agrupan dispersando la luz en lugar de transmitirla, lo que favorece las cataratas.
“Si la exposición a los rayos ultravioleta ha sido muy intensa y frecuente, se estimula la presencia de cataratas y en este caso, más allá de una molestia, la gente puede encontrarse limitada en su función visual”, indica Carrasco.
Otro padecimiento que puede surgir es la afectación de la mácula, la cual es responsable de la visión central que permite ver detalles finos con claridad. Sin embargo, en el país este problema no es muy frecuente, ya que ocurre más en donde el reflejo solar es muy intenso, por ejemplo, en las zonas de nieve.
¿Cómo prevenir?
El especialista indica que para prevenir todos estos inconvenientes, hay que seguir las siguientes medidas:
- Utilizar lentes de sol que realmente ofrezcan protección UV y de preferencia con filtro anti reflejante. No todos los lentes oscuros son efectivos.
- Aplicar protector solar al visitar cualquier lugar. En ocasiones la radiación solar es más alta en la ciudad que en la playa.
- Si se utilizan gotas para lubricar, se debe acudir con un especialista para no utilizar productos que causen irritación. Los derivados de la cortisona, se deben de manejar con mucho cuidado porque pueden provocar glaucoma y cataratas.
“Es necesario que la gente aprenda a protegerse de la radiación solar y a la menor sintomatología acudir al médico para tratar algo prevenible”, concluye.
(Con información de Berenice González de El Universal)