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Laboratorios multados al inventar enfermedades

El “disease mongering” es una estrategia de laboratorios farmacéuticos para apoyar la venta de medicamentos antiguos para nuevas enfermedades.

Escrito en ESPECIALIDADES el
Los laboratorios farmacéuticos GlaxoSmithKline y Abbott aceptaron el pago de multas millonarias por haber incurrido en malas prácticas para la promoción y venta de sus medicamentos. Las multas fueron pagadas para evitar ir a juicio.
 
Las prácticas inadecuadas que cometieron los laboratorios fueron:
  • Vender medicamentos para enfermedades que no requieren su prescripción
  • Pagar dádivas y sobornos a médicos para que los receten
  • Ocultar la existencia de efectos adversos
Esta situación recuerda un problema suscitado a finales de los años ochentas, cuando algunos laboratorios incurrieron en disease mongering, que significa “creación artificial de enfermedades”, para poder dar nuevas indicaciones a sus medicamentos más viejos; así consiguieron convertir procesos naturales de la vida como menopausia, tristeza o timidez en enfermedades aptas de ser curadas con medicamentos.
 
La tercera mayor farmacéutica del mundo, GlaxoSmithKline (GSK), deberá pagar una multa de 2 mil 400 millones de euros por promover entre menores de edad el antidepresivo Paxil, únicamente autorizado para adultos debido a los efectos adversos que fueron demostrados en pacientes jóvenes; así como por haber indicado el Wellbutrin, un medicamento para procesos como obesidad y disfunción sexual para los que no se había demostrado su actividad terapéutica; y al haber ocultado que el Avandia, uno de sus medicamentos con mayor demanda, aprobado para la diabetes, aumentaba el riesgo de un mal cardiaco.
 
El del laboratorio GSK está considerado como el fraude más grande de la historia, sin embargo en Abott se recurrió durante 10 años a pagos y sobornos a médicos para prescribir un anticonvulsivo contra la epilepsia y el trastorno bipolar para enfermedades en las que no tenía ninguna eficacia. La multa que pagó Abbot fue de mil 225 millones de euros.
 
La estrategia comienza con la promoción de medicamentos para enfermedades que no están relacionadas con su uso, y una vez que consiguieron colocarlos, ocultar los efectos adversos; por ejemplo, con el Paxil, se ocultó que los jóvenes que lo tomaban tenían ideas y conductas suicidas. 
 
Gracias a esta situación, en Estados Unidos la ley cambió y se obligó a los laboratorios a publicar todos los datos de sus investigaciones, medida que ayudó a descubrir que GSK había omitido los efectos adversos del fármaco que promocionaba para controlar la diabetes. 
 
Estrategia en fases
Para que los laboratorios consigan ubicar un fármaco viejo para el tratamiento de una nueva patología, es necesario que recurran a una estrategia en tres fases:
  • En la primera se identifican enfermedades próximas o no a la indicación inicial del medicamento, que podrían justificar la prescripción del fármaco
  • La segunda fase consiste en atacar medios de comunicación con estudios, reportajes y entrevistas, aparentemente independiente, respecto a la manera como la patología a tratar puede afectar a la sociedad
  • La tercera fase consiste, en algo sencillo: ofrecer la solución
A pesar de los cambios en las leyes sanitarias y de la gran cantidad de medicamentos que han sido parte del disease mongering, de acuerdo con especialistas en el ramo, han ido apareciendo nuevos síndromes que son objeto de fuertes campañas en los medios especializados para que se les reconozca como patología tratada. 
 
De ahí que nuevos fármacos se sumen a la estrategia del disease mongering. Pero la polémica se dirige contra el amplio abanico de trastornos de la personalidad, desorden bipolar y déficit de atención. (Con información de El País)