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Julián tenía infecciones por inmunodeficiencia; se suicidó sin saberlo

Es preciso que los médicos sean capaces de “sospechar” posibles inmunodeficiencias para atender adecuadamente a sus pacientes.

Escrito en ESPECIALIDADES el

Julián tenía 17 años y había padecido múltiples infecciones desde que tenía dos años de edad. Se infectaba por lo menos 10 veces al año, había padecido 8 veces neumonía y tenía dermatitis por hongos.

Este joven, a quien se le cambió el nombre, llegó al consultorio de la inmunóloga Julia Méndez por recomendación de la prima de Julián, quien era nutrióloga. Ninguno de los 15 médicos que había consultado a lo largo de su vida se había dado cuenta de que lo que se encontraba en el fondo de sus males era un sistema inmune deprimido.

Cuando llegó al consultorio de la doctora Méndez, editora del libro “Inmunoglobulina humana, Tratamiento en Inmunodeficiencias, Autoinmunidad, Inflamación y Covid-19”, Julián llegó en muletas. Debido a los constantes tratamientos de antibióticos a base de quinolonas, se le rompieron los tendones de Aquiles y, como podría esperarse, estaba deprimido. El muchacho se suicidó poco tiempo después.

A la doctora Méndez ya no le dio tiempo de contrarrestar el efecto que había provocado en su vida un sistema inmunológico que no funcionaba adecuadamente y de ahí la necesidad de publicar un libro que sirva de guía para el diagnóstico temprano de este tipo de males, que pueden causar problemas tan graves como cáncer.

(Foto: Doctora Julia Méndez) 

A decir de la doctora Méndez, quien es titular del Departamento de Inmunología y Alergia de los Hospitales Ángeles de las Lomas y Puebla, hay diferentes factores que pueden afectar el funcionamiento del sistema inmune. Desde el estrés, la diabetes, la obesidad y el ejercicio excesivo, entre otros, pueden bajar las defensas del organismo y exponerlo a los patógenos.

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La doctora Méndez y el médico neurólogo Adolfo Leyva Rendón, coeditor del libro en el que participaron otros 19 médicos de diferentes disciplinas, entre ellos, el doctor Joseph Bellanti, quien es autor de los libros en los que muchos médicos mexicanos han aprendido sobre inmunología y alergia, ofrecieron una conferencia de prensa para anunciar la publicación del libro mencionado.

La publicación surge de la necesidad de capacitar a los médicos para “sospechar” que detrás de algunos síntomas y padecimientos puede estar un problema inmunológico, como el de Julián o cualquier otra persona que presente infecciones frecuentes, se le caiga el cabello, tenga la lengua y la garganta granulada, adelgace o esté morado y otros síntomas que van configurando la deficiencia de defensas.

La administración de inmunoglobulina humana, que se obtiene por medio de donadores y es industrializada para su uso médico, puede regular el sistema inmune y en muchos casos contribuye a disminuir la inflamación de órganos y tejidos que provocan otras enfermedades.

Es el caso de covid-19 pues si bien la inmunoglobulina no es un tratamiento contra covid (lo son los antivirales) sí es una forma de combatir la inflamación generalizada que se ha presentado con mucha frecuencia en enfermos graves de covid, cuyo sistema inmunológico reaccionó en demasía (conocido como tormenta de citoquinas) y provocó una inflamación general.

Los médicos explicaron que el primer capitulo del libro es para que los médicos aprendan a medir como está funcionando el sistema inmunológico y posteriormente se aborda este tema desde diversas disciplinas médicas, como la neurológica, la oftalmológica, la dermatológica, entre otras.

DIEZ CASOS DE GILLIAN BARRE DERIVADOS DE LA VACUNA EN MÉXICO

El doctor Leyva Rendón, quien es neurólogo, informó que en nuestro país se han detectado solo 10 casos del síndrome de Gillian Barré como secuela de la vacunación, lo cual de ninguna manera constituye una razón para desincentivar la vacuna. Son 10 casos frente a millones de dosis administradas, dijo.

Tanto el doctor Leyva como la doctora Méndez enfatizaron que los médicos tienen que estar familiarizados con los síntomas de que el sistema inmune está bajando. Si los linfocitos están bajos, o tienen niveles normales pero no tienen la función adecuada, no se pueden combatir los ataques al organismo por diferentes patógenos

Pusieron el ejemplo de la trombosis idiopática autoinmune, a la cual, si se le administra inmunoglobulina a dosis 5 veces más altas, se va a parar la inflamación; en el manejo de los procesos inflamatorios, dijeron, las dosis deben ser más altas.

La doctora Méndez indicó que la agencia sanitaria de Estados Unidos (FDA) ha autorizado el uso de inmunoglobulinas para atender la reacción postvacunal que han presentado algunas personas.

Indicaron que si bien se trata de un tratamiento que no es de bajo precio, es mucho más alto el beneficio de administrarlo de manera oportuna y adecuada.

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